GONZÁLEZ MORENO, F., JAQUERO ESPARCIA, A. Y RIGAL
ARAGÓN, M. (eds.) (2022). El libro, de lo material a lo simbólico. Peter
Lang GmbH.
ISSB: 978-3-631-86009-0
GONZÁLEZ MORENO, F., JAQUERO ESPARCIA, A., RIGAL ARAGÓN, M. (2022). The book, from the material to the symbolic. Peter Lang GmbH.
María Vázquez Alba (Universidad de Málaga)
Recibido: 14 de diciembre 2022 / Aceptado: 20 de marzo 2023
Sobre libros versa esta reseña, trabajos desarrollados por distintas personas, expertas en la materia, que han sido recopilados en El libro, de lo material a lo simbólico. La coordinación y edición del volumen corresponde a tres docentes de la Universidad de Castilla-La Mancha: Fernando González Moreno, autor que, de por sí, ha dedicado numerosos artículos e investigaciones sobre algunos de los relatos escritos más afamados como es el caso de El Quijote; Alejandro Jaquero Esparcía, experto en poesía, literatura y otras ramas del arte escrito; y Margarita Rigal Aragón, especialista en las narrativas de Edgar Allan Poe. El principal impulso académico que justifica la gestación de esta iniciativa editorial es la recopilación de una serie de estudios sobre un elemento particular: el libro impreso. Así lo enuncian los coordinadores en la introducción inicial que, a su vez, hace de pórtico justificativo de este proyecto.
Cada sección consta de una temática diferente, un eje central diferente pero que, finalmente, acaba derivando en un discurso completo y transversal. Este se basa en el estudio evolutivo de cómo estos objetos materiales se han convertido en fuente de conocimiento, adaptándose a lo largo de la historia a requerimientos concretos.
El elemento simbólico que de forma consecutiva se fue encontrando en los libros lo vemos por primera vez en De Materia Medica, una obra escrita por Dioscórides en el siglo I con la intención de servir de elemento transmisor de conocimiento. Dana Zaben realiza a partir de esta una introducción a los primeros impresos, presentando las permutas en la utilización de los soportes, su evolución temporal debido a distintas necesidades, los nuevos sistemas aportados por las ilustraciones y la implantación de técnicas gráficas como el grabado.
Elena Escuredo se encarga de reforzar estas ideas con un estudio sobre Las Vidas…, de Giorgio Vasari, texto base para la concreción de la disciplina académica centrada en el estudio de la Historia del Arte; para ello, toma como punto de partida la edición que estuvo en propiedad de Diego Hurtado de Mendoza, diplomático y poeta. Solo con los primeros ejemplos que conforman esta colección empezamos a ver la enorme importancia que tiene el libro como elemento que trasciende lo físico y tangible. De hecho, el papel que lo conforma no versa solo en aquello que podemos tocar y leer, va más allá.
La integración de las artes es un hecho que ha interesado de forma persistente al mundo de la investigación; y, con el libro, podemos encontrar un elemento atrayente donde hallar esta confluencia de forma habitual. Remontándonos a la Edad Moderna, las mentes creativas encontraron en el grabado una herramienta útil para dar a conocer sus obras, generando así una relación mutuamente beneficiosa entre artistas. Con el trabajo de Nerea Senra Alonso vemos como, a través de la edición de la Metamorfosis, de François Foppens (1677), se pueden reproducir las obras de arte a través del papel, sirviendo a su vez de elemento evolutivo de las artes gráficas.
Con la literatura emblemática encontramos la perfecta conjunción entre texto e imagen. Desde los conocidos Emblemas (1531), de Alciato, la Edad Moderna se encontró inundada por esta confluencia literario-icónica. En el estudio de Óscar Juan Martínez García se muestra cómo este tipo de arte ha desbordado el papel para expandirse hacia otros estratos del arte. Reflejo de ello es la arquitectura, con el caso de La Casa Grande de Almansa, cuya portada presenta elementos de corte iconográfico que son reflejo primigenio de este género. Pedro J. Martínez Plaza nos ofrece con su trabajo de investigación una muestra de las obras del siglo XIX de Francisco de Quevedo y sus ediciones ilustradas; estas valieron de influencia para los pintores de su tiempo al utilizarse sus trabajos de modelo en un sugestivo trasvase de la imagen literaria a la pictórica.
Mónica Sánchez Tierraseca plantea en el siguiente capítulo un recorrido por las obras más conocidas de William Blake, famoso grabador, pintor y poeta, subrayando la importancia clave de su formación artesanal para la creación posterior de obras artísticas. De hecho, su habitual modus operandi conjuga a la perfección arte y literatura; esto es, palabra e imagen.
A partir del siglo XIX –con prolongación en la siguiente centuria–, el mundo artístico es consciente de la necesidad de interiorizar esta misma idea, sin limitar los impresos únicamente a la ilustración. El trabajo de Sonia Ríos Moyano se enfoca en la figura de Walter Crane y su vinculación con la corriente de las Arts and Crafts. Este artista empezó a involucrarse en los proyectos editoriales, desarrollando conceptos como el mercado editorial. De esta manera, el libro no solamente se consideraba una obra de arte, sino que, además, y gracias a su vinculación a la mercadotecnia, comprendía también la cuestión de su diseño, que acaba obteniendo una función muy relevante.
Es importante detenernos en ciertos ámbitos de la literatura, como los centrados en el segmento infantil y juvenil a través de los libros ilustrados. Aquí llegamos a la investigación realizada por Katerina Valentová sobre Jaroslav Serých, pintor e ilustrador checo. Este consiguió devolver a los textos de los hermanos Grimm gran parte del contenido original –un tanto tétrico– que se había perdido a través de diferentes ediciones. De esta forma podemos ver cómo los trabajos de ilustración pueden transformar un texto, adaptándolo a diversas maneras. Con el estudio de Alfonso González Quesada sobre los manuales de conversación y los diccionarios creados para los combatientes de la conocida como Gran Guerra, se desvela una realidad muy compleja, distinta a la idea establecida: tras el panorama bélico, el libro sirvió como un simple soporte textual. Fueron así las funciones simbólicas y propagandísticas las que cobraron fuerza en este momento.
A través del caso de Miguel Hernández, el investigador Pablo Sánchez Izquierdo presenta su estudio a través de la obra Dos cuentos para Manolillo, unos textos escritos por el poeta para su hijo. Con esta investigación se nos muestran las interesantes producciones generadas por distintos literatos a modo de cartas dirigidas a sus familiares mientras estaban presos. Fueron muchas las firmas que mostraron las terribles consecuencias de la Guerra civil española; una de ellas fue la del ilustrador Orlando Pelayo, quien centra la investigación de Juan Carlos Aparicio Vega, valiéndose de escritos clásicos y contemporáneos para sus pinturas.
Con respecto a lo anterior es interesante ver el estudio del Silvia Hermida Sánchez sobre las ilustraciones de Salvador Dalí para una edición de la Divina Comedia de Dante Alighieri, revelando hasta qué punto un ilustrador-artista puede incluir elementos de su propia visión a aquello que está ilustrando. No en vano, para ciertos artistas –incluyendo al de Figueras–, el relato base sirve como un mero pretexto para generar un tipo de obra pictórica muy desarrollada y expandida. De esta forma el autor está amplificando la obra escrita a través de su propia creación de modo que, quien lee, acaba forjando para sí una nueva lectura de la fuente original.
Es importante ver la exploración de la relación texto-imagen, analizando de esta forma las influencias que tuvieron las artes plásticas en el propio documento literario. De esta forma llegamos a la propuesta de Ricardo Marín Ruiz sobre la relación de Francisco de Goya y Ernest Hemingway; tomando los distintos contextos bélicos como trasfondo para la creación de las obras de ambos autores, el investigador analiza la influencia que tuvo la obra pictórica del aragonés en la literatura del americano.
Con el paso del tiempo se nos ha hecho bastante evidente que el libro se ha enfrentado a numerosos procesos de cambio y actualización. Uno de ellos se ha visto reflejado en el ámbito de la literatura juvenil e infantil, donde los antiguos formatos tradicionales se han visto en la necesidad de adaptarse a intereses determinados de dicho segmento etario. En relación con este tema, Alberto Gutiérrez Gil indaga en la relación entre las imágenes y el texto que se pueden encontrar en los álbumes ilustrados para el público infantil creados por Carlos Reviejo, autor de numerosos poemas pictográficos. Estas creaciones pueden ser de muchos tipos; con esto podemos hablar de los cromos, tebeos y otro tipo de producciones de literatura efímera con la investigación de Luna Moyano Fernández, quien expone una exploración de cómo se recreó la conocida novela de El viaje a la Luna con este tipo de materiales.
Arantxa Romero González introduce el tema del libro de arte a través de los carnets de poeta, creados por el músico y escritor Brion Gysin. Este tipo de producciones son un aparato en el que se puede englobar la escritura, la grafía y el propio gesto escrito, reconciliando el producto final en un espacio de intermedialidad a modo de un renovado action painting. Es en este tipo de investigaciones donde encontramos la importancia de la caligrafía oriental a través del diálogo forjado entre occidente y oriente.
Blanca Torralba Gállego estudia la creación de Cristina de Middle, This is what hatred did (2015), estableciendo un juego de relación con la novela My life in the Bush of Ghosts de (1954), firmada por Amos Tutuola. Así, la relación de texto e imagen tiene como eje central el trabajo fotográfico de una autora sobre el literario de la otra.
Hasta aquí, todas las investigaciones se basan en trabajos realizados sobre escritos y sus ediciones en formato físico, aquellas que podemos tocar y consultar. Es esta una cuestión capital para Berta Ferrer, quien cierra este volumen reflexionado sobre cómo este objeto concreto, el libro material, ha sido capaz de reinventarse e, incluso, empoderarse, a raíz del desarrollo de la actual era digital. Para ello se centra en el análisis de dos propuestas: House of leaves (2000), de Mark Z. Danielewski, y, Tree of Codes (2010), de Jonathan Safran Foer.
En cada capítulo de este trabajo coral se recogen ejemplos de cómo el libro tradicional ha ido adoptando fórmulas para adaptarse a nuevas formas de lectura, adaptándose el propio dispositivo físico hasta modificar su soporte y hacerlo interactivo. Es interesante esta cuestión ya que la tecnología actual promueve nuevas formas de aproximación, ampliando los retos y las oportunidades. Sin embargo, el libro físico seguirá aportando siempre algo único y especial: su propia materialidad.
Es precisamente esta evolución histórica la que hace de hilo conductor a las investigaciones comentadas, manifestando incluso el propio título de este proyecto: el libro en sí ha pasado de ser un objeto concreto para engrandecer su conceptualización en un sentido simbólico a partir de los diversos soportes y formas que ha generado a lo largo de la historia. Este soporte literario no es un mero producto en el que diferentes autorías plasman un sinfín de palabras, sino que, además, son numerosas las disciplinas de corte artístico que han encontrado su sitio dentro de sus páginas. Los capítulos comentados conjugan precisamente ese amplio catálogo de posibilidades que puede ofrecer un simple libro y es, por esto, por lo que constituye una iniciativa editorial apropiada para aproximarse a un campo de estudio tan complejo. No en vano, la evolución de la historia de las publicaciones impresas vinculadas al mundo del arte es un medio correcto para advertir sobre cómo las producciones artísticas y literarias pueden crear una experiencia única de conocimiento.
Como citar este artículo:
Vázquez Alba, M. (2023). González Moreno, F., Jaquero Esparcia, A. y Rigal Aragón, M. (eds.) (2022). El libro, de lo material a lo simbólico. Peter Lang GmbH. ISSB: 978-3-631-86009-0. Revista Eviterna, (13), 98-102 / https://doi.org/10.24310/ Eviternare.vi13.15865