RETRATAR ESPACIOS, PENSAR LUGARES
ALGUNAS NOTAS SOBRE RELIGIOSIDAD FEMENINA MEDIEVAL EN LA HISTORIOGRAFÍA DE LOS GIROS
PICTURING SPACES, CONSIDERING PLACES
SOME NOTES ON MEDIEVAL RELIGIOUS WOMEN WITHIN HISTORIOGRAPHIC TURNS
Lara Arribas Ramos (Universidad de Salamanca)
Recibido: 28 de noviembre 2022/ Aceptado: 07 de marzo 2023
Resumen: Para el estudio de narrativas al margen de una Historia del Arte de corte positivista, como es el caso de fenómeno monástico femenino medieval, la literatura especializada ha venido replanteando durante décadas una historiografía de los giros -como el espacial o el material-, que permitan trascender la secuencialidad lineal del relato tradicional a favor de una concepción hipertextual de los discursos históricos. Al mismo tiempo, la progresiva especialización de herramientas tecnológicas ha irrumpido en el panorama académico como un medio alternativo para la gestión, transferencia e investigación de esas ruinas, vestigios y ecos del patrimonio conventual hispánico. Conforme a tales paradigmas, en este trabajo se busca plantear algunas ideas sobre la conciencia histórica del individuo contemporáneo de acuerdo con los parámetros de la hermenéutica filosófica y la historia cultural del arte, para el caso particular de trabajos de digitalización del patrimonio artístico y la religiosidad femenina en el medievo peninsular. Este estudio de casos advierte una serie de asimilaciones, y también de digresiones, desarrolladas entre el patrimonio virtual y la historiografía actual de los giros; en respuesta -y alimentación- de la sociedad de la información desde la que los investigadores, como seres históricos, plantean los discursos sobre la Edad Media.
Palabras clave: arte medieval; filosofía de la historia; gestión del conocimiento; historia cultural
Abstract: In order to study narratives outside a History of Art with a positivist approach, as is the case of the medieval female monastic phenomenon, the specialised literature has been reformulating for decades a historiography of turns -such as the spatial or the material turn-, which allows the linear sequentiality of traditional historical discourse to transcend in favour of a hypertextual conception of the past. Moreover, the progressive specialisation of technological instruments has emerged on the academic scene as an alternative medium for the management, transference and research of these ruins, traces, and echoes of the Hispanic conventual heritage. Following such paradigms, this paper seeks to propose some ideas about the historical consciousness of the contemporary individual according to the parameters of philosophical hermeneutics and cultural history of art, for the particular context of the digitisation of heritage in the field of art and female religiosity in the Middle Ages in the Iberian Peninsula. This case study reveals a series of assimilations -and also digressions- developed between virtual heritage and the current historiography of turn; in response to the Information Society from which researchers, as historical beings, approach the discourses on the Middle Ages.
Keywords: Cultural Studies; Knowledge management; Medieval art; Philosophy of History.lo
Como citar este artículo:
Arribas Ramos, L. (2023). Retratar espacios, pensar lugares. Algunas notas sobre religiosidad femenina medieval en la historiografía de los giros. Revista Eviterna, (13), 17-33 / https://doi.org/10.24310/ Eviternare.vi13.15808
1. Introducción
Contrario al sufrimiento de un ‘fin de la historia’ kantiano, el filósofo Hans-Georg Gadamer teorizó, a mediados del siglo XX, sobre la aparición de la Wirkungsgeschichte o historia efectual. En esta línea de pensamiento, el profesor apela al estudio de las ‘cosas históricas’ como un proceso inacabable, comprendido entre la repetición -la de la propia riqueza de la obra heredada- y la diferencia, pues «todo saber procede de una predeterminación histórica» (1977, p. 371) conforme a la cual el pasado se muestra constantemente revisado y narrado a través de los que otros ojos han visto previamente en él[1].
Desde esta conciencia histórica impuesta al individuo desde el siglo XX, Peter Burke reflexiona sobre los procesos de asimilación del saber histórico en la actualidad. «Nos estamos ahogando en información» afirma, «pero pasamos hambre de conocimiento» (2012, p. 13). Y augura cómo la potencia de gigantes que poseen las nuevas generaciones de investigadores puede consumirse y tornarse en enanos del conocimiento ante un uso acrítico de las herramientas con las que gestionan su labor académica.
También las teórías posmodernas han apelado a las dinámicas establecidas entre la sociedad, el individuo y el ‘capital intelectual’ para elegir los epítetos de la última de las contemporaneidades (Wolton, 2000). Conforme a tales planteamientos, unas sociedades de la información se habrían gestado, durante las últimas décadas, en base a una vertiginosa mudanza a nuevos medios tecnológicos ligados al desarrollo de Internet y de una global digitalización que democratiza los recursos del saber. Con ello podría afirmarse cómo el devenir histórico del individuo discurre en torno a herramientas para el almacenamiento y la circulación del conocimiento. Aquella que, desde la década de 1990, se ha presentado como la materia prima de la modernidad (Baudrillard, 2002; Rendon y Herrera, 2010; Lucía, 2019).
Por su parte, los campos humanísticos, inmersos en los cambios ejercidos por estas tercera y cuarta revoluciones industriales, esbozaron dos locuaces imágenes que resumen las actitudes adoptadas en torno a lo digital y a su potencia como medio de transmisión del conocimiento. Y es que, para algunos teóricos del campo de la crítica textual, la cada vez más común presencia de medios y herramientas informáticas en el campo de las Humanidades respondería a una suerte de proceso mecánico de producción (Burton, 1982; Eisenberg, 1989), con el que no se sucederían cambios trascendentes en los contextos de creación y recepción de datos, semejante a la evolución medial del libro manuscrito al impreso en el siglo XVI.
En cambio, para otras mentalidades, dentro del estudio actual de los cambios culturales que impone el mundo tecnológico, la pujanza de las Humanidades Digitales trataría sobre el triunfo de la así llamada ‘segunda textualidad’: un proceso asimilable a la revolución en los medios de transferencia de la información «que se consumó en la cultura occidental en la Alta Edad Media cuando se sustituyó el rollo, de origen romano, por el códice» (Lucía, 1998, p. 1). Y es por ello por lo que la digitalización está siendo hoy revisada como alternativa de cambio ante las problemáticas subyacentes a la autodenominada crisis que la Historia del Arte afronta en la segunda década del siglo XXI (Fischer y Swart, 2004; Anderson, 2011). Lo propuesto en esta segunda visión, abrazada por buena parte de la crítica especializada como imagen elocuente de unos nuevos contextos, se viene desarrollando en un tiempo en el que, por ejemplo, aquellos inmensos archivos que son los big data ya han sido apodados por algunas escuelas británicas como el «macroscopio de los historiadores» o la materia prima de la contemporaneidad (Graham et al., 2015, p. 10). Considerados estos, a un tiempo, como perspectivas y herramienta para el análisis del pasado, y, en otro, como estrategia de análisis que permita procesar los mayores conjuntos de datos de la tradición reciente a favor de una suerte de una historia general de las estructuras 3.0.
Sin embargo, y pese al cambio de paradigma que han supuesto las Humanidades Digitales desde el punto de vista de la gestión y conservación de la información, el debate se mantiene abierto. En especial, en lo que respecta al papel de estas como herramientas para la investigación en contextos de producción, asimilación e interpretación de conocimiento, bajo la discutida premisa de que lo digital «subvierte el orden de los regímenes epistemológicos y disciplinares en los que hasta ahora se había asentado el conocimiento» (Rodríguez-Ortega, 2018, p. 88).
De forma paralela a este tránsito hacia lo digital, la coyuntura historiográfica, siempre dedicada a la constante búsqueda de miradas alternativas al paradigma canónico, «parece estar viviendo, dentro y fuera del discurso histórico, la era de los giros» (Burke, 2018, p. 11). Vueltas de tuerca en los márgenes del discurso tradicional que se revelan, si no causa o consecuencia directa de este nuevo paradigma cultural y tecnológico, quizá sí una circunstancia coetánea a su realidad contextual, con la cual pudiera resultar interesante identificar trasvases significativos.
Al respecto, si se continúa la consideración de que «las formas que construyen el conocimiento humano han supuesto siempre nuevas perspectivas y nuevos métodos como respuesta» (Graham et al., 2015, p. 10), la progresiva digitalización de los procesos de producción y asimilación de los datos históricos no solo habría influido, por ejemplo, en la configuración de un nuevo imaginario para la creación artística contemporánea (Lara, 2018); también habría intervenido, directa o indirectamente, en la modificación de los contextos de creación y recepción de los discursos históricos (Rojas, 2013). Y habría planteado problemas de orden metodológico en el estudio de los corpus que han resultado más permeables a esta historiografía de los giros, como es el caso que a continuación se expone.
De esa forma, en el supuesto de un preponderante discurso académico medieval del espacio y de la materialidad -desarrollado, pudiera suponerse, en respuesta a una contemporaneidad global y globalizada que parece haberle ganado la batalla al tiempo-, el estudio de la religiosidad femenina durante la Edad Media europea podría confirmarse como una de aquellas circunstancias al margen de los discursos canónicos cuyo estudio ha impulsado o ha sido impulsado por esas nuevas formas de hacer historia. Sobre este fenómeno y conforme a los contextos descritos, en este trabajo se plantean algunas ideas sobre circunstancias derivadas del uso de herramientas fotogramétricas y de digitalización 3D en el patrimonio conventual de clausuras femeninas del medievo hispánico.
2. Marco para el estudio de una iconografía (digital) de la clausura
En toda interpretación histórica de un artefacto cultural subyace el problema hermenéutico que planteara Gadamer conforme al cual
a la hora de proceder a la investigación de una obra de arte se pone de manifiesto que existen tanto una diferencia, como una distancia cultural entre el horizonte del autor de la obra de arte y el del intérprete de la misma (Amador-Bech, 2012, p. 44).
Al respecto, el giro espacial o spatial turn puede incluirse, para el propósito de estas líneas, como uno de los ejemplos de planteamientos metodológicos desarrollados en la sociedad digital; un uso derivado de la necesidad de plantear metodologías de estudio del pasado que se sirvan de la utilización de grandes volúmenes de información a los que tiene acceso en la era de Internet (Gámir, 2019, p. 2). A propósito de esto, y pese a afirmarse que la disciplina histórica ha venido contando desde finales del siglo XIX con el uso del espacio en su dimensión geográfico-filosófica, su generalización como perspectiva metodológica dedicada a trascender la secuencialidad lineal y taxonómica del discurso historiográfico tradicional a favor de una ‘concepción hipertextual’ de la Historia es relativamente reciente (Garí et al., 2014, p. 28).
Por su parte, el giro material o material turn completa, como una suerte de contrapunto, es una historia cabal de la cultura conventual que solo puede reservarse a discursos que aprehenden todas las perspectivas que la competen. Como afirmara Jeffrey F. Hamburger,
la cultura material de los conventos ha recorrido poco camino en la ‘autopista' de la Historia del Arte, un destino que dice más sobre la disciplina que sobre los propios artefactos [...] la indiferencia o incluso la hostilidad de los historiadores, en mayor medida que las vicisitudes del tiempo, ha relegado gran parte de ella al ostracismo o al olvido (1997, p. 213).
De forma paralela a esta circunstancia historiográfica, desde principios de siglo la recudida presencia de las herramientas tecnológicas de registro, visualización y representación en el patrimonio histórico −o ‘patrimonio virtual’ (Addison, 2000)− también ha experimentado un rápido crecimiento en su desarrollo con los llamados procedimientos no invasivos de medición 3D por proyección de patrones o laser, las técnicas fotogramétricas o el web mapping, entre otros procedimientos. Del mismo modo, se han diversificado sus campos de aplicación de manera que resulta sencillo encontrar ejemplos de su uso combinado para proyectos de difusión arqueológica, la recopilación de datos antes y después de las obras de restauración, la realización de restauraciones virtuales, así como la presentación de espacios, lugares o paisajes en entornos museísticos o educativos.
Si se plantea lo comentado por Gadamer al respecto de su ‘historicidad de la comprensión’, «lo que se pone en juego en la interpretación de la obra de arte es el vasto universo de significaciones que están presentes tanto en la cultura específica dentro de la cual han sido educados el observador, como el propio creador» (Amador-Bech, 2012, p. 44). Así, esta historiografía medieval en la que los giros digital, espacial y material parecen haberse definido en base a contextos de creación comunes, no son pocos los interrogantes que pueden surgir respecto del grado de irrupción de la cultura digital en los estudios sobre realidades pasadas como las antes descritas; así como en cuanto al potencial de transformación que aportan las nuevas herramientas de virtualización como métodos de análisis. Estas, además de gestionar y almacenar saber erudito, posibilitan también la consolidación de las Humanidades Digitales como un medio de creación de nuevos conocimientos para la investigación en la historia cultural. Pueda ser que la creación de modelos virtuales requiera que se conozcan
la mayor cantidad de datos posibles sobre el mismo para que esta representación sea veraz. En muchos casos esa información no está disponible o es limitada, pero en otros es posible que sólo se llegue a ella a través del planteamiento de los interrogantes adecuados: más fácil, a priori, encontrar algo si se sabe lo que se está buscando (García-Carpintero y Gallego, 2018, p. 87).
De esta manera, se apelaría a la creación de materias virtuales como una acción destinada a aprehender su significación histórica. Un suceso de consecuencias semejantes a la acción de cartografiar un territorio con el fin de aprehender las dimensiones de su condición espacial.
3. Religiosidad medieval hispánica en la historiografía de los giros
Del ‘paisaje’ y del ‘espacio’ medieval en sentido heideggeriano -como un elemento constitutivo del mundo ‘hecho’ por el ser humano en la medida en que este ‘espacia’ en sus acciones y construye espacios mutables en lugares inmutables a través de la acción de ‘habitar’- solo pueden contemplarse hoy desdibujadas sombras. Así, territorios y arquitecturas magníficas han llegado a nuestros días despojadas de su carga social, funcional y sensorial originaria a modo de embalajes vacíos de espacios que fueron. Por tanto, parafraseando a Jean-Claude Smith, al medievalista se le presenta un desafío: analizar estos ‘contenedores de espacios’ a partir de su especificidad plástica, visual y material sin por ello olvidar la relación dinámica que mantienen con la sociedad que los produce y con los individuos que lo ‘espacian’.
Como se ha apuntado al inicio, sería plausible sostener que este enfoque, junto con el giro material, ha marcado un punto de inflexión en el estudio de grupos sociales; un caso particular es el de las comunidades claustrales medievales, cuya experiencia histórica cuenta con un marcado planteamiento físico anclado al territorio. Estas perspectivas aducen también al imaginario visual desde el que la civilización contemporánea observa la Edad Media. Sirva trasladar la memoria hasta los Alpes franceses de El Gran Silencio (2006), con sus adustos interiores cartujos, o a la pesadumbre de Adso, en la abadía benedictina de la Italia septentrional dibujada por Umberto Eco en El nombre de la rosa (1980), para pensar en la vida retirada de la clausura occidental como en un tiempo de espacios y unos espacios en los que el tiempo, circular, marcado al son de campana tañida, impide el paso de la historia por sus piedras. Este hecho se enfatiza, aún más si cabe, con las fundaciones femeninas, en las que la cultura popular ha colocado a la reja y a la puerta como índices de una reclusión total del siglo.
Lejos queda, aunque no ausente, el positivismo de los claustros unitarios y del binomio forma-función, como también comienza a dejarse atrás la denostación de las casas femeninas, relegadas durante décadas y para las cuales el estudio simbólico del espacio y de la retórica de su materialidad permiten aprenderlas -desde la iconografía de la clausura presente en su arquitectura y el valor objetual de su materia devocional-, como un fenómeno de orden histórico, antropológico y social (Arana, 1992, p. 25). Estos ‘espacios’ sensoriales y materiales del monacato femenino se demuestran fundamentales en la actualidad historiográfica, porque sirven como vínculo, punto de contacto e interacción, entre los fenómenos globales y la experiencia personal del individuo que lo erige y habita. Por tanto, su reconstrucción se torna fundamental para el conocimiento del pasado, dentro y fuera de los muros de la clausura.
Coetáneamente a tales contextos tecnológicos y paradigmas historiográficos, la realidad a la que se enfrentan las investigaciones sobre patrimonio monástico femenino medieval resulta en una desigual nómina de imágenes arquitectónicas, buena parte de ellas conservadas en forma de espacios desacralizados desprovistos de carga histórica, profundamente modificados algunos y desaparecidos en su mayoría. Tal es el marco en el que se encuadran los proyectos que han resuelto virtualizar los vestigios medievales de la religiosidad femenina hispánica; unas combinaciones de diferentes técnicas de las que resultan -bien en uno o varios modelos 3D-, imágenes para la creación de infografías o, modelos interactivos con el fin de desarrollar videos o rutas de visualización (Gil, 2016).
Como antecedentes conceptuales sirvan los acercamientos a lo digital gestados dentro proyecto de investigación Paisajes Espirituales de la Universidad de Barcelona (2016), dirigido por Blanca Garí y Núria Jornet. El uso de infografías se presenta, en este caso, como un medio de difusión y divulgación de los resultados de investigaciones pioneras en este grupo, con un marco metodológico que aúna el estudio de las redes de promoción espiritual con las dinámicas establecidas entre el entorno de los espacios de religiosidad femenina y la topografía interior de los cenobios bajomedievales.
En cronologías semejantes, el equipo del Laboratorio de Fotogrametría Arquitectónica de la Universidad de Valladolid, junto con el historiador del arte Fernando Gutiérrez, justifican el uso de recursos digitales fotométricos en el coro del Real convento de santa Clara de Toro, -Zamora-, por tratarse este de uno de estos espacios hoy despojados de su condición de lugar medieval practicado: modificado y desprovisto de los ciclos pictóricos de sus muros, de sus sepulcros así como del artesonado mudéjar [Fig. 1]. La intervención en sí misma responde a lo que los autores denominan un modelo de recreación de ambiente completo (Gutiérrez et al., 2016, pp. 123-134) en el que, además de digitalizar los elementos descontextualizados, se toman los restantes desaparecidos −como el artesonado o las condiciones lumínicas− del vecino centro dominico de Sancti Spiritus, para aunarlos en un contexto arquitectónico original. Al respecto de sus usos, configuran los autores como parte del proyecto la creación de derivados divulgativos audiovisuales para la puesta en valor del conjunto coral a diferentes audiencias y desde distintos medios.
Fig. 1: Planimetrías del coro del convento de santa Clara de Toro. 2016. Gutiérrez, F. et al. (2016). Reconstrucción virtual 3D del coro del Convento de Santa Clara de Toro (Zamora). Virtual Archaeology Review, 7 (15), 123-134. http://doi.org/10.4995/var.2016.5983
En la línea de esta intervención se encuentra un ejercicio de recreación de ‘escena histórica’ realizado por los profesionales de PAR Arqueología y Patrimonio Virtual. No se corresponde con un espacio de religiosidad femenina asociado a una orden religiosa sino a una capilla palatina de la segunda mitad del siglo XIII, en la que se plantean una serie de discursos visuales y ambientales en torno a la reina Violante de Aragón y la Virgen Abrideira de Allariz [Fig. 2]. El trabajo se desarrolla dentro de un proyecto divulgativo y difusor del patrimonio gallego, con intencionalidad didáctica y turística. Para ello, los canales se diversifican entre experiencias de realidad aumentada, realidad virtual, la aplicación móvil A Máquina do tempo y la creación de infografías de difusión abierta en el portal Artstation. En todos estos medios se recrea el ambiente sensorial, lumínico y espacial de su contexto practicado, con las miniaturas de Las cantigas de santa María y del Cartulario de Toxos Outos como fuentes primarias (Aparicio, 2018).
Por tratarse el entorno coral toresano y la capilla palatina de realidades desaparecidas, con imágenes y objetos cuya materialidad se ha visto modificada por una serie de intervenciones posteriores a sus contextos medievales, en la actualidad se presentan despojados de su carga social, funcional y sensorial (Lahoz, 2021, p. 77). Con estas intervenciones se buscaría, en este sentido, emular la experiencia histórica de las religiosas medievales: «ver a través de sus ojos y los de sus contemporáneos» (Hamburger, 1997, p. 2) para reimaginar la potencia visual de los espacios. Convenga recordar, sin embargo, cómo para el estudio de las imágenes medievales conventuales «debemos olvidar cualquier noción preconcebida de 'arte' […] (e) intentar habitar su palabra, alejada de la nuestra por el paso del tiempo y la reclusión de la clausura» (Hamburger, 1997, p. 2). Con ello, el trabajo realizado por PAR y por la universidad vallisoletana supone un interesante punto de partida a partir del cual desarrollar lecturas acordes a los usos y funciones que dan valores de lugar histórico a estos espacios de mujeres medievales planteados en las infografías.
Fig. 2: Recreación en 3D del rezo de la Reina Violante de Aragón. 2018. Aparicio, P. (2018). Recreación en 3D del rezo de la Reina Violante de Aragón (siglo XIII). Patrimonio y tecnología. https://parpatrimonioytecnologia.wordpress.com/2018/04/03/recreacion-en-3d-del-rezo-de-la-reina-violante-de-aragon-s-xiii
Con fines de difusión patrimonial e histórica de departamentos, una vez más, desacralizados, el museo de Santa Cruz comisarió el proyecto de digitalización de los lugares de la clausura del que fuera convento de Santa Fe, en Toledo, reabierto para la primavera de 2018 en un contexto expositivo contemporáneo. La justificación surge, en este caso, para facilitar la hoy extendida divulgación de las etapas formales de adecuación arquitectónica que experimentó el palacio califal original ante sus nuevos usos como hospedería de la orden de Calatrava, conservatorio en tiempos de Alfonso X y hogar de las religiosas de la Concepción franciscana, comendadoras de Santiago y compañía de santa Úrsula [Fig. 3]; se contó, para ello, con un equipo interdisciplinar asesorado por profesorado de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, arqueólogas y restauradores. Se entiende así la periodización de un complejo conventual que, como es común en este tipo de arquitecturas, no es ajeno a las temporalidades de la obra artística pues su evolución se gesta de forma orgánica como planteamiento y respuesta de los contextos urbano-religiosos de su devenir histórico.
Fig. 3: Boceto-esquema de la recreación del convento de Santa Fe, Toledo, siglos XIII-XV. 2019. Aparicio, P. (2019). El conjunto monumental de Santa Fe de Toledo (III): la Capilla de Belén. Patrimonio y tecnología. https://parpatrimonioytecnologia.wordpress.com/2019/04/10/el-conjunto-monumental-de-santa-fe-de-toledo-iii-la-capilla-de-belen
Con una intencionalidad semejante se ha acometido también la reconstrucción y recreación en 3D de centros masculinos como el monasterio visigodo de santa María de Melque, en la provincia de Toledo, mediante técnicas fotométricas y virtuales. Respecto de este último aspecto, no es singular la inclusión de herramientas de digitalización tridimensional como parte del proceso final de visualización de los resultados de investigación de un proyecto a gran escala con fuentes arqueológicas, documentales o incluso maquetas. En ese contexto se encuadran las tesis doctorales dedicadas a tres grandes centros mendicantes medievales como el convento de san Domenico de Cagliari, en Cerdeña, o los franciscanos de san Lorenzo de Montilla, Córdoba (Bellido, 2019), y san Francisco de Betanzos, en A Coruña, así como la digitalización de una maqueta de las dependencias del desaparecido convento del Carmen de Logroño, hoy Instituto de Educación Secundaria (Rodríguez-Miranda, 2021) o la reconstrucción tridimensional de la iglesia benedictina de santa María la Real de Mave, en Palencia (José, 2018). También respecto a la evolución histórica de entornos monásticos surge la necesidad divulgativa y turística que derivó en la creación de una aplicación móvil de realidad virtual con las etapas constructivas del desaparecido convento alavés de santa Catalina de Badaia [Fig. 4], entre los siglos XIV y XVI, así como su reconstrucción actual como parte de un Jardín botánico por parte de Arkikus (2018).
Fig. 4: Infografías del desaparecido convento de Santa Catalina de Badaia. Arkikus (2018). Santa Catalina. Iruña de Oca, País Vasco, España. Arkikus. https://arkikus.com/santa-catalina
Por otra parte, en el portal Sketchfab se alojan, en acceso abierto, un interesante repertorio de arquitecturas monásticas; son los modelos 3D de las ruinas del convento masculino de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz, en Segovia, [Fig. 5] o del monasterio dúplice benedictino de san Salvador de Nogal de las Huertas, de Palencia, realizadas respectivamente, por el grupo Global Digital Heritage y por el ingeniero de edificación Zolio Perrino, especializado en documentación y digitalización del patrimonio. Las técnicas fotométricas y virtuales en 3D permiten reconstruir, para estos contextos de religiosidad interior, sus identidades de lugar practicado para la devoción medieval, aunque para ello sea pertinente recordar la necesidad de contextualización que tienen estas imágenes arquitectónicas. Unas, como lo son todas las medievales, que no pueden ser analizadas de forma aislada sin inscribirlas en el suelo que las fundamenta, conforme a la relación dinámica que mantienen los espacios con la sociedad que los produce y con los individuos que lo significan mediante un vínculo funcional y sensorial (Schmitt, 1999, p. 25).
Fig. 5: Modelo 3D de las ruinas del convento de Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz. Global Digital Heritage (2019). Convent Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz. 3D Model. Sketchfab. https://sketchfab.com/3d-models/convent-nuestra-senora-de-los-angeles-de-la-hoz-a11087e5c8734d3482c9b9df8b206778
Esta última circunstancia, vista repetidamente en los ejercicios de digitalización de arquitecturas monásticas presentados, supone un mayor desajuste en comparación con la historiografía de los giros, que avanza desde hace años hacia una iconografía del lugar, o una imagen construida, que deje atrás el estudio estilístico de las formas. Al respecto Lucía Lahoz apunta cómo «superando los valores formales o sus servidumbres funcionales y técnicas, la arquitectura debe ser abordada como una imagen […] en el más amplio sentido del término» (2022, p. 115). El desfase en la historiografía hispana, que denuncia también esta profesora, ha derivado en un menos prolífico desarrollo de una iconografía de la arquitectura para el patrimonio peninsular, sin que por ello sean escasos los estudios que apelan a la imagen construida en los conventos de clausura a través de los muros y de los umbrales. Los mismos que connotan y denotan, tanto el carisma de las diferentes órdenes monásticas, como el hecho de que las religiosas que habitan esos espacios protegidos estaban consagradas a una vida íntegramente contemplativa.
Por otro lado, como un aspecto vinculado al interés por lo material y lo objetual de las imágenes de religiosidad femenina medieval, y sobre circunstancias relacionadas también con la musealización virtual o in situ de entornos monásticos, destaca por su condición de precedente el proyecto Museo Virtual Cluniacense de la asociación Cluny Ibérica, en colaboración con el ya mencionado Perrino.
La colección de diferentes estancias, imágenes y circunstancias escultóricas relativas a los monasterios pertenecientes a la red se encuentra disponible en el mencionado sitio Sketchfab. El patrimonio mueble y funerario del monasterio Real de san Benito de Sahagún o Santa María la Real de Nájera [Fig. 6] se presentan con una diversificación de usos que aspira a que los modelos de digitalización 3D sean planteados para su estudio o consulta científica «hasta labores de divulgación y difusión, pasando por restitución de volúmenes, restituciones virtuales o su inclusión en entornos de Realidad Virtual o Realidad Aumentada» (Perrino, 2021).
Fig. 6: Modelo 3D del sepulcro de Blanca de Navarra. Zoilo (2018). Sarcophagus lid of Blanca de Navarra. 3D Model. https://sketchfab.com/3d-models/sarcophagus-lid-of-blanca-de-navarra-8ec2d026b254422d9fa59262bcd514d7
Por último, y junto a ejercicios técnicos de digitalización como los expuestos, durante los últimos años se ha sucedido la progresiva eclosión de estudios teóricos sobre diferentes técnicas de modelado virtual del patrimonio como las antes comentadas. En trabajos de este tipo se discurre sobre el rápido desarrollo de la realidad digital en entornos académicos o la generalización de medios propios para los resultados de su aplicación patrimonial. De este modo se atestiguan las capacidades de los nuevos medios tecnológicos para labores de investigación y la importancia de su función para profesionales que «no necesitan desplazarse para realizar tareas de investigación o análisis» (Díaz et al., 2015, p. 35) sobre el conjunto u objeto de su estudio.
En otros campos, como la disciplina arqueológica, se estudia su aplicaciones en obras de restauración como parte del proceso de documentación anterior y posterior a la intervención. Un estudio de las ruinas y el patrimonio fragmentado con un «remontaje físico de los fragmentos o a visualizar el aspecto más probable de una obra de arte para académicos o público más amplio» (Tucci et al., 2017, p. 691) de un modo que no atente contra las leyes de la restauración. Así, publicaciones especializadas −como la Revista de Humanidades Digitales de la UNED, la Revista Caracteres o Virtual Archaeology Review de la Universidad Politécnica de Valencia−, cursos de formación en técnicas fotogramétricas 3D, grupos de investigación, repositorios y plataformas de patrimonio digitalizado en línea (Champion y Rahman, 2020) se suponen circunstancias que pondrían de manifiesto el potencial de estas herramientas para promover una revolución en diferentes áreas de investigación y difusión del artefacto artístico y del patrimonio virtual (Ledo, 2014).
4. Conclusiones
En los márgenes de un discurso diacrónico en los que la secuenciación temporal ha dejado de configurarse como el único motor del devenir histórico del individuo, las herramientas digitales se han venido utilizando como nuevas formas de revisitar y, en ocasiones, también de repensar la iconografía de la clausura femenina medieval. Sin embargo, herederos de una enseñanza e investigación de la historia basada en el ‘acontecimiento’, los proyectos de digitalización del patrimonio conventual hispánico analizados se plantean hoy como un fin en sí mismo que también suponen un medio alternativo desde el que realizar una labor de transferencia, tanto de los resultados de investigación, como de los propios artefactos culturales en entornos divulgativos.
Sin embargo, si se plantean sus usos académicos en el ámbito de la investigación histórico-artística sobre espacialidad y materialidad medieval, resulta interesante proponer cómo el discurso historiográfico y el impulso en la digitalización del patrimonio se gestan, aún, con transferencias limitadas. Pues, como se ha esbozado al respecto de los ejemplos citados en este trabajo, el patrimonio virtual se concibe como un ejercicio de fotografía de espacios desde una contemporaneidad visual y virtual de la historia de los estilos, como si de nuevos mapas de un territorio conocido se tratasen. Por su parte, la historiografía de los giros se aleja progresivamente del positivismo de las formas, del no tomar el mapa por el territorio con vistas a intentar reconstruir lugares practicados a partir de las estructuras espaciales físicas y mentales del pasado; por ejemplo, en lo que respecta a «analizarlos no como espacios aislados en sí mismos sino como ámbitos de relación con el núcleo urbano que les rodea» (Garí et al., 2014, p. 43) o a plantear cómo, en la Edad Media, «la materia creó una retórica en sí misma» (Kessler, 2022, p. 8).
En época de ‘colonialismo digital’ (Casati, 2015), el impacto inicial de estos nuevos instrumentos no se considera causa suficiente para hablar de una revolución en los campos del saber humanístico, tales como la restauración, la arquitectura, la historia cultural o la historia del arte. Tales aplicaciones se servirían de lo adecuado de su técnica para crear representaciones inmutables de materialidades históricas mutables, en mayor medida que para
permitir la formulación de procedimientos innovadores que se ajusten a las necesidades de su campo de aplicación, facilitando la elaboración de nuevos paradigmas, nuevas normas y, por tanto, nuevos métodos para lograr avances reales (Campana, 2014, p. 7).
Consecuentemente, y retornando a la máxima gadameriana conforme a la cual el individuo nunca puede poseer el conocimiento completo de la propia posición histórica, solo el tiempo confirmará si la cultura digital –por definición espacial, visual y sensorial–, transformará en las próximas décadas las estrategias de divulgación y difusión de resultados de investigación sobre las ‘cosas históricas’; hasta el punto que herramientas digitales como las estudiadas deriven también en perspectivas que posibiliten su consolidación como un medio de creación de espacios a partir de territorios.
5. Referencias bibliográficas
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[1] Este trabajo ha sido financiado por JCYL y el Fondo Social Europeo (convocatoria PR-2020) y forma parte del proyecto de tesis doctoral dirigido por la profesora Lucía Lahoz en la Universidad de Salamanca.