La restauración del Pórtico de la Gloria. Catedral de Santiago de Compostela. Documentación, estudios y conservación
LABORDE MARQUEZE, Ana (coord.)
Ministerio de Cultura y Deporte, Madrid, 2019
ISBN: 978-84-8181-757-7
En 2018 se celebró en Madrid un ciclo de conferencias para difundir los resultados de la restauración del Pórtico de la Gloria, auspiciado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). Las ponencias aparecen reunidas en el libro objeto de comentario bibliográfico: La restauración del Pórtico de la Gloria. Catedral de Santiago de Compostela. Documentación, estudios y conservación. Sus páginas dejan entrever el ingente esfuerzo de colaboración que hay detrás de la cuidadosa y modélica intervención en esta obra maestra del arte occidental.
La publicación se divide en cuatro secciones. La primera arranca con la presentación de las instituciones que han impulsado el proyecto: Fundación Catedral de Santiago, IPCE y Fundación Barrié. Los estudios posteriores corren a cargo de las restauradoras María Timón, Ana Laborde y Concha Cirujano. A través de ellos se cuenta la génesis y evolución del proyecto y se mencionan los objetivos de partida y los resultados obtenidos. También se narran las vivencias compartidas y se dan a conocer las entidades y firmas participantes, relacionadas en una extensa ficha técnica. Por último, se realiza una semblanza de la tradición de la imposición de la mano en el parteluz y su repercusión en la conservación del monumento.
La segunda parte del libro, titulada «Historia, técnicas y estudios», comienza con un examen técnico de las policromías, escrito por Mercedes Cortázar y Andrés Sánchez. Prosigue con un trabajo sobre el brocado aplicado, firmado por María Roberto. A continuación se sitúa una investigación acerca de la influencia de los recetarios medievales en la policromía, cuyos autores son Stefanos Kroustallis y Rocío Bruquetas. Les siguen cuatro capítulos, pertenecientes a María Vila, Ramón Yzquierdo, Rodrigo de la Torre y diversos miembros y colaboradores del IPCE, centrados en la indumentaria, la primitiva fachada occidental catedralicia, los materiales constructivos y la propia edificación del pórtico. Las dos últimas aportaciones de esta sección, redactadas por Víctor López y Montserrat Lasunción, analizan el procedimiento y efecto sobre la portada del vaciado efectuado en 1866 por el South Kensington Museum de Londres.
El tercer bloque, que lleva por nombre «La conservación de los materiales», contiene estudios sobre protección de las policromías, la limpieza y preservación de la piedra, la intervención en los morteros y reintegraciones volumétricas, siendo sus autores Cristina Cabodevila y otros componentes del equipo de restauración. En el penúltimo grupo de trabajos, compilados bajo el epígrafe «El mantenimiento», se exponen los motivos y las consecuencias de la colonización microbiana en el soporte pétreo y se implementan medidas para mantenerlo a salvo del deterioro biológico. A dicho capítulo, redactado por Julia Montero y María Asunción de los Ríos, del IPCE y el CSIC respectivamente, le sucede otro que muestra las secuelas producidas en los materiales por razones ambientales, entre ellas la temperatura y la humedad del aire. Finalmente, Noelia Márquez, restauradora de la Fundación Catedral de Santiago, propone las acciones de conservación que habrán de implementarse tras la restauración. Y para terminar, dentro del apartado «La documentación», tanto Iñaki Koroso, de la Fundación Catedral Santa María de Vitoria, como José Manuel Lodeiro, del IPCE, explican el sistema de información implantado en el monumento y los trabajos de fotogrametría realizados tras los trabajos de recuperación del Pórtico de la Gloria.
En la primera sección se encuentra el capítulo al que dedicaremos mayor atención: «Una historia del color. Análisis histórico de las policromías del Pórtico de la Gloria». Pertenece a Miguel Taín Guzmán, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Santiago de Compostela. Se trata de un trabajo que plantea objetivos ambiciosos: investigación sobre la evolución de las policromías del Pórtico; análisis comparativos con otras intervenciones similares; búsqueda de fuentes y examen de los motivos decorativos de las indumentarias; y registro de las opiniones vertidas por la historiografía y la literatura de viajes sobre los pigmentos.
Tras la introducción, en la que se exponen las cuestiones señaladas, el profesor Taín divide la estructura de su trabajo en tantos apartados como capas polícromas se han descubierto sobre la piedra del Pórtico de la Gloria. La primera pátina es románica y se administra en algún momento entre 1188 y 1211. Se extiende a todo el conjunto y se conservan vestigios visibles en el tímpano central. Destaca por el uso extensivo del pan de oro y de una rica paleta de pigmentos, entre ellos el azul lapislázuli.
La segunda fase se iniciaría en el contexto de la reforma de 1520 de la fachada del Obradoiro, y ocupa, como la anterior, la totalidad de la superficie pétrea. Estamos ante una policromía tardogótica, caracterizada asimismo por un uso generalizado del pan de oro, pero en detrimento del color. El cambio más relevante consiste en la sustitución del lapislázuli por la azurita. Esta segunda capa apenas se manifiesta, manteniéndose oculta debajo de los sedimentos más modernos.
El tercer período, de carácter renacentista, pudo coincidir con la segunda reforma del frente occidental de la basílica, ejecutada en 1606 y 1607. Se concibe como una repolicromía del trabajo precedente, respetando la misma gama cromática y los brocados aplicados y empleando de nuevo el oro de forma masiva. Esta intervención es la que hoy aflora en la mayor parte del Pórtico. El autor lo tuvo más fácil con la cuarta –y última– etapa, de estilo barroco. Por dos motivos: está perfectamente documentada y se conserva en todo su esplendor. Se adjudica en 1651 al pintor de origen alemán Crispín de Evelino y se limita a las carnaciones de rostros, pies y manos.
El capítulo redactado por Miguel Taín Guzmán no deja nada al azar, ni en su exhaustiva investigación preliminar, ni en el relato explicativo de las policromías, ni en el uso de fuentes y bibliografía, por lo que habrá de tomarse como modelo para futuros estudios sobre esta temática y ulteriores intervenciones en el patrimonio cultural.
Francisco Javier Novo Sánchez
Universidad de Málaga