La gallina como ave de corral y su incursión en el arte contemporáneo*

Andrés Richarte Ramírez

Universidad de Málaga

aricharte@uma.es

Resumen: La gallina es un animal vinculado históricamente a las migraciones humanas, lo que ha llevado a su expansión por todo el mundo y, como destacaría Darwin, a la aparición de variedades adaptadas a diferentes localizaciones geográficas. Su condición de ave de corral ha sido determinante en la relación utilitaria entre humanos y gallinas, donde el cuerpo de este animal se encuentra íntimamente ligado a su uso para el consumo humano. Es por ello que la inclusión de la gallina en el arte aporta esta determinada significación a las obras en las que aparece, por lo que es vital atender a un pasado común histórico, social y biológico. Sin embargo, esta incursión en el arte plantea un dilema actualmente polarizado: permite escribir posibles futuros interespecie a la vez que puede perpetuar y reproducir mecanismos de opresión y violencia hacia otros animales no humanos.

Palabras clave: Estudios animales; Arte contemporáneo; Gallinas; Interespecie.

The Hen as Poultry and its Foray into Contemporary Art

Abstract: The hen is an animal historically linked to human migration that has led to its expansion throughout the world and, as Darwin would point out, to the appearance of varieties adapted to different geographical locations. Its condition as a domestic fowl, has been decisive in the utilitarian relationship between humans and poultry, where the body of this animal is closely linked to its use for human consumption. For this reason the inclusion of the hen in art brings a certain significance to the works in which it appears, and is also why it is vital to consider a common historical, social and biological past. However, this foray into art poses a currently polarized dilemma: it makes considering the future of interspecies possible but at the same time, may perpetuate and reproduce mechanisms of oppression and violence towards other non-human animals.

Keywords: Contemporary art; Animal studies; Chicken; Interspecie.

Recibido: 24 de febrero de 2023 / Aceptado: 18 de junio de 2023.

Desde un hábitat en la selva a un hogar global

La gallina doméstica (Gallus gallus domesticus) pertenece a la familia Phasianidae o faisánidos, un grupo que aglomera a otros géneros y especies de aves como las perdices, pavos y faisanes. Históricamente la gallina se ha encontrado ligada a los movimientos de las poblaciones humanas, de este modo podemos encontrar la presencia de esta ave en prácticamente todas las grandes civilizaciones conocidas. Si bien, la expansión de este animal por el planeta conllevó para las poblaciones de estas aves asumir una nueva condición, la de producto, para integrarse en las sociedades humanas. La gallina ha habitado un estrato oculto, a nivel histórico y cultural, que la hace formar parte de una larga lista de alteridades animales, olvidada por los grandes relatos del poder. Sin embargo, resulta sorprendente descubrir que en nuestro planeta existen tres gallinas por cada habitante humano1, una población que no se justificaría de otro modo más que la ganadería intensiva y la explotación de este animal. La elevada cifra a la que asciende la población global de gallinas, su expansión por el mundo así como su importancia dentro de la ganadería, hacen comprensible que científicos como Charles Darwin dedicasen parte de sus investigaciones a esta ave.

En el libro La variación de los animales y las plantas bajo domesticación (1868) Darwin dedica todo un capítulo a las gallinas. Dentro de este texto destaca la presencia de la gallina doméstica y sus variedades: holandesa, española, china… todas ellas descritas al detalle y proponiendo posibles cruces que justificarían la gran diversidad de variedades que hoy conocemos (Darwin y García, 2008: 220). Una de las cuestiones más interesantes que es recogida en dicha publicación, es la relativa a los argumentos a favor de la evolución de la especie Gallus gallus a partir de una ancestral Gallus bankiva.

Gallus bankiva es una especie que cumple los requisitos para ser considerada el antepasado de todas las variedades de la gallina doméstica que conocemos hoy día. Darwin destacaba su amplia distribución por el sudeste asiático (Darwin y García, 2008: 220), así como un largo listado de características muy parecidas entre G. bankiva y la variedad doméstica de gallo de pelea que incluyen: un gran parecido en el canto de ambas aves; la posibilidad de domesticación observada en la cría de G. bankiva; y, entre otros, las características morfológicas del plumaje y los cuerpos. Su investigación incluye un análisis de otras aves gallináceas distribuidas por todo el mundo, ya fuesen provenientes de otros continentes como América o África. Aunque en el texto de Darwin podemos encontrar ciertas reservas sobre la rotundidad de un ancestro común en las gallinas, sin embargo se remite a pruebas de hibridación entre las especies conocidas del género Gallus con resultados de descendencia fértil2. Esto viene a demostrar, que es bastante probable la hipótesis que argumentaba Darwin.

Un viaje interespecie

Como hemos revisado, atender a las variedades de gallinas globales es atender a un único hábitat inicial y un supuesto ancestro común. Una gallina primigenia cuyo cuerpo y cuyas características morfológicas cambiaron bajo la cría masiva orquestada por humanos y que ha supuesto un gran viaje por el globo ligada a los movimientos migratorios humanos. Un viaje y una conquista global que de otro modo no habría sido posible.

La condición de la gallina como animal doméstico se hace patente cuando una investigación dentro del ámbito de la ciencia, como es la de Darwin, acude a la historia para analizar cómo las gallinas habrían podido llegar a Persia a través de las rutas comerciales con China (Darwin y García, 2008: 223) lugar donde eran criadas en grandes aviarios. Tampoco hemos de ignorar un detalle significativo y es que la investigación llevada a cabo por este científico es reunida en un capítulo cuyo título es el de Aves de corral.

Esta condición de polizón, de una olvidada en una historia que nunca fue exclusivamente humana, resulta interesante ante ciertas situaciones de inversión de roles donde la investigación de este animal ayuda a comprender el pasado de determinadas culturas y sus migraciones. La polémica en torno a posibles contactos precolombinos entre Suramérica y la Polinesia incluye a la variedad Araucana de esta ave, procedente del sur de Chile. Históricamente se había considerado que la gallina había sido llevada hasta América por conquistadores españoles o portugueses, dados los indicios de su origen en el sudeste asiático como anteriormente citábamos. Han sido encontrados restos de gallinas en yacimientos arqueológicos de la región de la península del Arauco (Chile), que tras ser fechados por radiocarbono (Storey et al., 2007), indicaban una antigüedad anterior a la llegada de los europeos a América del Sur. Un rango fechado de hasta casi 200 años antes del histórico descubrimiento de América. Los estudios de ADN mitocondrial realizados a los restos óseos encontrados en el yacimiento arqueológico chileno apuntan directamente a las gallinas polinesias (Borrel, 2007: 620-621), pues han sido halladas coincidencias muy altas al comparar los restos óseos con los de gallinas de esta región de Oceanía. El tipo de material genético estudiado sufre pocas alteraciones, lo cual lo convierte en una prueba fiable para estudiar conexiones entre poblaciones animales, como es nuestro caso. Aunque los datos obtenidos resultasen de gran impacto, la comunidad científica llamaría a la cautela ante la controversia de este descubrimiento (Borrel, 2007: 620-621), continuando la investigación y aporte de nuevos datos tanto de radioisótopos como de ADN mitocondrial que refuerzan la hipótesis de un contacto precolombino entre América y Polinesia (Storey et al., 2008). Para corroborar la validez del hallazgo sería necesario trazar un mapa genético de las variedades de gallinas actuales así como de variedades antiguas a nivel global, con el fin de desechar otras posibilidades que justifiquen el grado de parentesco entre estas aves (Borrel, 2007: 620-621).

Es interesante descubrir como una variedad de gallina, la Araucana de huevos azules [1], sirve de objeto de estudio para tratar de demostrar que pudo existir un contacto humano alternativo (Storey et al., 2011: 5) al de los relatos hegemónicos instaurados. Lo importante en todo caso no es que se desvelase el parentesco oculto entre aves que habitaron localizaciones distantes en el globo. Lo increíble es que nuestra mirada deba atender a otra especie, una compañera en segundo plano, para que podamos llegar a comprender nuestro pasado humano. Una mirada hacia un otro relativamente insignificante: un ave de corral. Ave que sin embargo nos recuerda que hubo y hay un nosotros interespecie [2].

Atender al viaje interespecie entre humanos y gallinas, es atender a una historia intrincada y compleja que obligatoriamente nos acerca al concepto naturocultura. Este término recalca la complejidad de la convivencia entre especies donde todo contexto es una mezcla compleja de estratos de historia y de biología (Braidotti y Hlavajova, 2018: 269). En la generación de un nuevo relato, de la construcción de una nueva narración que explique nuestro pasado, resultan indivisibles las anteriores disciplinas porque ni la historia ni la evolución biológica fueron exclusivamente humanas. Si bien la gallina es uno más de esos casos de relaciones complejas que hemos mantenido con otras especies, que con frecuencia ha resultado en la explotación de esos otros animales. Teóricas de referencia en los estudios animales, como es el caso de Donna Haraway, han atendido a esta cuestión. Haraway en su análisis profundo de nuestras relaciones con otras especies describe un tipo de relaciones instrumentales o utilitarias con carácter unidireccional donde el poder es ejercido desde la parte humana hacia un otro que no tiene la misma capacidad de respuesta (Haraway, 2007: 71). Aunque la posibilidad de respuesta del otro no puede ser simétrica a la que ejercemos desde la parte humana, urge trasladar estas reflexiones y preguntas al terreno del arte y a quienes resultan partícipes de él. Haraway destaca además una tradición filosófica en la que la presencia de una lógica del sacrificio nos permite que los animales no humanos puedan ser matados pero no asesinados, una diferenciación moral que es determinante en el tipo de relaciones que establecemos con otras especies (Haraway, 2007: 78). Una poderosa justificación que trasladamos a diversos ámbitos de las relaciones interespecie: explotación del otro, experimentación con el otro, etc. Los anteriores datos e investigaciones pueden hacer que el análisis, la producción y la recepción de obras como las que veremos a continuación pueda verse amplificado más allá de posibles lecturas reduccionistas.

Incursiones de la gallina en el arte contemporáneo

Es en el cruce entre el tiempo, lo histórico, y el espacio, lo geográfico, donde se hace posible la introducción de las gallinas en la práctica artística. Definitivamente la vinculación entre especies fruto de las actividades humanas ha sido imprescindible para que este animal sea incorporado en diversas prácticas artísticas a lo largo de los siglos. Las obras que se muestran a continuación han sido seleccionadas de entre otras muchas por la reiteración de una visión de la gallina como animal de corral destinado a su explotación, una idea que está presente en nuestra memoria colectiva y que sin duda es trasladada al arte. Algunos de los ejemplos de representación de esta ave en el arte requieren retrotraernos siglos atrás, apareciendo representada en vasijas, esculturas de pequeño tamaño, bodegones, como metáfora en pinturas de género, entre otros. Representaciones dispersas entre estilos y expresiones artísticas de diversas épocas donde el animal es incluido como metáfora o con clara referencia a su cuerpo. Cuerpo que sin embargo es productor de carne y huevos. A diferencia de otras aves presentadas o representadas en el arte la gallina aparece como alegoría pero también como producto de consumo, variando el sentido de su representación según acudamos a unas obras u otras. Sin embargo debemos hacer una importante distinción entre representación y presentación. Mientras que en el primer caso nos encontramos en el terreno de la imagen o la idea, en el segundo el cuerpo del animal es introducido en la obra. Esta presencia del animal aportará una significación u otra en función del tipo de relación que la lleve a ser introducida en la obra, pero su naturaleza de animal de corral no es una condición que pueda ser ignorada. Respecto a esta cuestión Anne Sauvagnargues destaca que la gallina pertenece claramente a un grupo de animales con los que nos relacionamos principalmente por motivos muy específicos, cercanos al concepto de utilitarismo presente en Haraway, y que describe del siguiente modo:

[…] gallinas, vacas, cabras y corderos, animales domésticos no familiares, que no entran en casa como miembros de la familia sino que permanecen en el límite de las ciudades, esclavos de la industria agroalimentaria: los pollos de granja, los bueyes, las vacas locas, los pescados de piscifactoría forman una categoría ya más subversiva que la de los leones y los gatos, lobos o perros, puesto que son testimonios reales de los dispositivos concretos de explotación existentes en nuestras sociedades, una explotación no solo agrícola sino social (Antich, 2011: 31).

Las siguientes obras sirven de ejemplos ilustrativos de diversas incursiones de la gallina en las prácticas artísticas, cada una de ellas con diferencias particulares según el medio empleado o la acción llevada a cabo. Vinculado estrechamente con la tradición de los bodegones, el díptico fotográfico Prado I y Prado II (2007) de Eva Lootz representa a la gallina a través de fotografías de vívidos colores, incluso como si de un retrato se tratase, si es que se puede aplicar dicha categoría a otros animales no humanos. Ambas fotografías además de mostrar a dos ejemplares de gallinas llevan sobreimpresas las siglas H5N1 [3], denominación que supone una referencia directa a la gripe aviar3. Para la artista resulta necesaria esta imagen, que vincula al animal con el patógeno, para invitarnos a repensar cómo nos relacionamos con la naturaleza y cuál es el impacto de nuestras acciones sobre la misma4. Entre 2006 y 2008 numerosos focos de la cepa H5N1 de gripe aviar llevaron al sacrificio masivo de estas aves a lo largo del mundo. Esta gripe, cuyo reservorio principal son aves silvestres, cruzó barreras entre especies y puso en peligro a los ecosistemas, la salud pública y las explotaciones ganaderas dedicadas a la cría de aves (Uhart, Karesh & Smith, 2008). Solo en Asia se crían más de 10.000 millones de aves de corral en explotaciones (Uhart, Karesh & Smith, 2008) que suponen el espacio idóneo para que tengan lugar mutaciones como la que en 2006 comenzó a afectar a humanos. La peligrosidad del contagio de esta gripe a humanos acaparó la atención de todos los medios la primera década de este siglo y la representación de estas siglas en una obra de arte supone por tanto una referencia que alude a una preocupación social de gran complejidad. La rápida expansión de esta enfermedad por todos los continentes fue exitosa por encontrarse ligada al transporte y cría de animales (Smallman-Raynor & Cliff, 2008), así como a las migraciones de aves silvestres, lo cual no hace sino recalcar la idea de un mundo globalizado en el que la gallina continúa desplazándose geográficamente vinculadas a las actividades humanas como ya lo hicieron sus antepasados. Sin esta clase de acontecimientos en el contexto vital de la artista no habría sido posible la configuración y producción de estas obras tal y como las percibimos, del mismo modo que el espectador no realizaría la evidente lectura del díptico de Lootz. De entre los ejemplos seleccionados esta obra mantiene la distancia propia de la fotografía que a su vez es una distancia entre el espectador y el animal representado en la imagen. Alineada con esta obra y con la condición de ave de corral de la gallina, podemos encontrar la instalación La ponedora (2006) de Pilar Albarracín. La pieza está conformada por una gallina disecada animatrónica con capacidad de movimiento y de emisión de sonidos así como 270 huevos tallados en madera con acabado dorado colocados en hueveras de cartón5 [4]. Esta pieza dispone de sensores que detectan el movimiento del espectador y que permiten que la instalación produzca movimientos en intervalos de 30”6. Podríamos establecer conexiones con la popular fábula infantil titulada La gallina de los huevos de oro, narración en la que es incluida una moraleja sobre la avaricia. En esta fábula el animal muere a manos de su dueño ante la necesidad de éste de aumentar los beneficios que obtenía del animal de forma inmediata, en este caso la gallina de nuevo es introducida en la obra con clara referencia a su condición de ponedora o productora de huevos. Aunque ave de corral en ambos casos, es evidente la distancia entre las gallinas fotografiadas de Lootz y el cuerpo disecado sin vida de la ponedora de Albarracín.

Otros medios como la performance han permitido la introducción de lleno del cuerpo del artista en su práctica, permitiendo también que otras especies acompañasen y determinasen el sentido de estas obras de arte de acción. Ana Mendieta supone un mítico ejemplo de esta aparición del cuerpo animal en el arte, incluyendo a una gallina en su obra Chicken Piece (1972). La gallina, de plumaje blanco, pierde la vida durante el desarrollo de la acción, siendo sacrificada por la artista en una referencia al exilio de su tierra natal y de su cultura7. La obra es una cita a los rituales religiosos, en este caso de santería, donde el ritual es escenificado por la artista explícitamente como arte (Dreyer, 2020: 163). A su vez, esta acción se encuentra conectada con obras anteriores de Mendieta como Sin título (Escena de violación) (1973). Hay que destacar que en Chicken Piece (1972) el sacrificio de la hembra, de una gallina, en un acto en el que la artista aparece completamente desnuda y donde su cuerpo queda cubierto de sangre de forma irremediable a la comparación con el crimen del que la artista se hizo eco y que recrearía en Sin título (Escena de violación) (1973) (Dreyer, 2020: 163). Es significativo el hecho de que la acción junto a la gallina fuese llevada a cabo por la única mujer que se encontraba participando en el seminario de arte en que transcurre esta acción. Una única mujer y gallina desnudas ante la mirada de un público masculino donde la artista en solitario presenta al espectador la vulnerabilidad y la violencia ejercida sobre su cuerpo (Dreyer, 2020: 163), pero que para ello también ejerce violencia sobre el animal del que se sirve para llevar a cabo la acción. En 2001 la artista indonesia Melaty Suryodarmo referencia esta performance de Ana Mendieta en una obra titulada Why let the chicken run? – Homage to Ana Mendieta (2001), una acción que introduce ciertos cambios en esta cita-homenaje a la artista cubana. Suryodarmo se sirve de un gallo negro que en lugar de ser inmovilizado corre entre el público mientras la artista ataviada completamente de negro trata de recuperarlo durante los 15 minutos de duración de la performance8 [5]. Esta acción extenuante, tanto para la artista como para el animal, se enmarca en una investigación y práctica artística que gira en torno al cuerpo como contenedor de experiencia vital y cultural (McGovern-Basa, 2017: 75). Suryodarmo impulsa su carrera como artista desde un escenario distante de su país natal, Indonesia. Esta distancia lleva a la artista a analizar su propia identidad y cultura que se había tornado «otra» en el nuevo contexto occidental que le supone trasladarse a Alemania (McGovern-Basa, 2017: 75). Un desplazamiento geográfico común entre la vida de la artista y las variedades de gallinas a las que atendía Darwin. Las performances de Mendieta y Suryodarmo resultan acciones polarizadas: la quietud, la inmovilidad y el sacrificio de una gallina blanca frente al movimiento y la frenética huida del gallo negro. Acciones llevadas a cabo en distintas décadas pero también en puntos del planeta distantes, donde la condición de habitante global de la gallina se hace necesaria para que las artistas la incorporen en su práctica aun cuando una acción fue llevada a cabo en Estados Unidos y la otra en Alemania. Artistas y aves desplazadas desde su lugar de origen y encontradas a través del arte para lanzar una nueva narración a partir de su encuentro.

Otra acción con una marcada naturaleza rebelde fue la performance no autorizada que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de Medellín en 2014 y que supuso una polémica que involucraría a un individuo de la especie Gallus gallus. En las instalaciones del museo se encontraban en exposición varias obras del artista Carlos Uribe destacando una de ellas por el particular material que la conformaba. Maíz (1994) es una obra compuesta por cinco toneladas de granos de maíz acumulados en el espacio como un gran montículo con forma cónica (Giraldo, 2013: 22). La obra destaca tanto por el color del material como por la naturaleza de éste: ser el cereal cultivado con mayor producción del mundo. Un cereal que constituye uno de los principales alimentos del ganado, especialmente en la alimentación de aves de corral. La acción que afectaría a esta obra fue llevada a cabo por un estudiante de artes plásticas de la Universidad de Antioquía9. El artista accedió al espacio expositivo con un maletín que ocultaba a una gallina en su interior, la cual fue liberada en la sala para desconcierto del equipo que gestionaba el museo y de los visitantes presentes. El ejemplar de gallina liberado se dirigió a la obra Maíz y comenzó a ingerir los granos conforme alcanzaba la cumbre del montículo10. La acción que afectó a la obra expuesta fue considerada vandalismo por los medios y supuso otro capítulo más en el debate sobre la conservación de las obras de arte y el rol de los museos11. Si bien, aunque la acción fue planeada y llevada a cabo por el artista, no fue hasta el momento de la apertura de su mochila y con la consecuente liberación de la gallina cuando la performance fue llevada a cabo y completada por el animal. Con respecto a la polémica performance el autor de la acción señala:

La gallina. A mí no me parece tan descabellado, que una gallina vaya a dar a un museo de arte moderno, si lo que hay es una gran pila de maíz. Me parece una asociación muy básica: Montaña - Maíz - Gallina. Ante los ojos incrédulos de los espectadores, La Gallina emprendía decidido acenso a la cima de la montaña de oro. Pero ¿qué podíamos hacer? ¿si una gallina estaba atentando contra la estabilidad de la consagrada obra de arte y su recinto? Había comenzado la acción de contingencia: «Eso no debería estar aquí, ¡Esto es una falta de respeto!, ¡Esto es un chiste de mal gusto!, ¿Le parece muy gracioso? Para estas cosas es necesario pedir permiso.» ¿Me lo hubiera usted dado? –le respondí– (Escobar, 2014).

La acción dista de ser una ingenua llamada de atención sin premeditación, pues como señala el artista Daniel Escobar hay una relación evidente entre el animal y el grano con el que se le alimenta. Ante la polémica el autor de la obra Maíz declaró en una entrevista que se hace necesaria la revisión de las obras de arte ya creadas y añade «La gallina complementa la obra. No sé si él lo haya previsto así, o sólo haya sido una coincidencia forzada, pero la relación entre maíz, montaña y gallina está tatuada en nuestra identidad»12. Del mismo modo que en nuestra memoria colectiva una gallina siempre es un animal de corral, siendo ese un punto interesante a destacar sobre esta acción. Porque, ¿qué idea resulta la detonante para planear esta performance? Habríamos de preguntarnos al respecto si nuestra relación con esta ave define la obra de arte performativa resultante, ¿habría sido escogida otra ave para esta acción como por ejemplo un pavo real o un faisán? ¿afectaría a la lectura de la obra? La respuesta afirmativa resulta evidente.

Por su referencia directa a las variedades de gallinas del mundo, el proyecto transdisciplinar Cosmopolitan Chicken Project (1999-actualidad) podría vincularse con los esfuerzos de Darwin por comprender la variación de las especies domésticas. Este proyecto del artista belga Koen Vanmechelen se inició a finales de la década de los 90 y su desencadenante fue un gran amor y una cierta obsesión por las aves. El artista ha fabricado aviarios e incubadoras desde su juventud, lo que le hace conocedor de la diversidad de variedades de gallinas existentes así como de los requisitos necesarios para su cría y cuidado. El proyecto se inició con el cruce de dos variedades de gallinas de orígenes diferentes, creándose lo que en biología se conoce como híbrido. Esta obra, que cruza las fronteras entre disciplinas y áreas del conocimiento supone un acercamiento a la filosofía, a la ciencia y al arte, siendo el objetivo de la obra crear un híbrido de gallina global cuya carga genética incluya genes de todas las variedades de gallinas del mundo. Las gallinas resultantes de este proyecto de hibridación son según el artista aves que «viven más, son menos susceptibles a las enfermedades y son menos agresivas»13. Vanmechelen advierte que el proyecto en sí mismo no se reduce al cruce de aves de corral sino que pretende «servir de espejo en el que poder reflejarnos como sociedad»14. Un reflejo de la globalización y del mestizaje. La condición de la gallina dentro de este proyecto artístico, aunque con una ligera distancia frente a la cría de aves para su consumo, mantiene su carácter de relación utilitaria frente el otro pues como señala Annie Potts:

El artista belga sostiene que «el huevo y la gallina son una metáfora de la raza humana y del arte». Trabajos de esta naturaleza pueden tener como objetivo perturbar la complacencia sobre la explotación rutinaria de las gallinas, pero al mismo tiempo las gallinas son utilizadas como «herramientas» por el propio artista (Potts, 2021: 128).

El proyecto CCP, tal y como Vanmechelen se refiere a él, resulta problemático desde el planteamiento inicial de la obra. El cuerpo de la gallina, como destaca Potts, es a su vez la herramienta y el objeto artístico. El genoma y el fenotipo15 animal son las vías a través de las que manifestar la globalización. Sin embargo, conforme es producida esta obra tiene lugar una alienación y una pérdida no solo de diversidad genética, sino que también se pierde gran parte del acervo genético16 de las variedades de gallinas que son cruzadas. La aparición del «individuo CCP», como lo denomina el artista, es fruto de una hibridación intencionada. Un individuo, que es proclamado perfeccionado desde la genética que le configura. Un discurso, el de la mejora genética, que toma cuerpo en la obra de forma aparentemente no intencionada y no muy distante de uno de los horrores que con mayor fuerza conmovió a la humanidad17 durante el siglo XX. Porque la hibridación forzada y la creación de un individuo único lleva a la pérdida de todas las características que no solo han sido adquiridas a lo largo de siglos de evolución y cruce a escala local, sino que también se pierde la vinculación con las culturas y los pueblos que criaron a cada variedad de gallina y, por tanto, tiene lugar una total desvinculación del contexto del que cada gallina era originario. Ante Cosmopolitan Chicken Project habríamos de preguntarnos cuáles son las diferencias entre la cría sistematizada de aves para su consumo y la cría e hibridación sistematizada de aves para ser disecadas, fotografiadas y expuestas como parte de una obra de arte.

Conclusiones

Resulta urgente atender a las consecuencias de los procesos artísticos, al impacto de la producción de las obras, así como al modo de exposición de las propuestas que involucran a animales no humanos. Es necesario atender a cualquier fase de los complejos procesos que llevan a la creación de nuevas propuestas artísticas en compañía de esos otros, en este caso particular la gallina. Habríamos de mantenernos en la labor de cuestionar el fin último de la práctica artística cuando ésta incluye a otras especies y prestar especial atención a cómo afecta dicha inclusión en la parte no humana. Más aún si dichas prácticas emulan maquinarias de legitimación del poder sobre el otro como las que atraviesan de lleno a nuestras sociedades. Hanna Arendt destacaría sobre esta cuestión que la actitud del hombre con respecto al mundo es la de instrumentalizar y ello implica una degradación de las cosas en medios, así como la pérdida del valor original intrínseco e independiente de esas cosas, incluso cuando dichas cosas son la tierra en general y las fuerzas de la naturaleza (Arendt, 2021: 175). Un proceso similar al que sufre, por ejemplo, la gallina en Cosmopolitan Chicken Project, desvinculada de todo su ser y de las naturoculturas en las que se inscribe, siendo reducida en ocasiones a un mero medio artístico con el que experimentar. Una actitud común con respecto a otros animales no humanos y frecuente en otras áreas de investigación externas al arte, donde también son planteadas preguntas de naturaleza ética.

El encuentro con otras especies no humanas a través de las prácticas artísticas puede hacer florecer nuevos modos de relacionarnos entre especies. Modos que, tal y como hemos visto en los anteriores ejemplos, plantean aproximaciones al otro muy diferentes según nos encontremos en el terreno de la representación o la presencia del animal. Lejos de proponer la exclusión y expulsión de otros animales en los procesos que configuran las obras tal y como las conocemos, habrían de ser explorados los límites y márgenes de lo que hemos edificado y llamado sociedad. Límites que el arte largo tiempo atrás acostumbró a habitar. Sería necesaria una revisión de las definiciones básicas sobre la idea de arte, como una convención humana, sí, pero con capacidad de incorporar a alteridades animales en sus prácticas. No debería sorprender que la incursión de la gallina en el arte pueda ayudar a comprender mejor nuestra historia como especie, nuestras estructuras sociales y la rica constelación de culturas que salpican la geografía de un mundo interconectado.

Notas

* Este artículo forma parte de una investigación mayor y fue realizado como investigador predoctoral FPU-2021 del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y en vinculación a los proyectos de investigación Desnortadas. Territorios del género en la creación artística contemporánea (PID2020-115157GB-100) y Entomornitofilias (y fobias): Impresiones y encuentros de aves e insectos del II Plan Propio UMA (B1-2022_11).

1 Datos aportados por la Fundación Darwin. En: <https://www.darwinfoundation.org/en/datazone/checklist?species=5091> (fecha de consulta: 20-11-2022).

2 Existen barreras biológicas que evitan el cruce indeseado e inviable entre individuos de especies diferentes, por tanto la descendencia fértil se entiende como una prueba de cercanía entre individuos o especies.

3 En: <https://www.amigosmuseoprado.org/es/fundacion/ediciones-arte/coleccion-2007/eva-lootz> (fecha de consulta: 18-08-2022).

4 Idem.

5 Descripción de la obra recuperada de la web de la artista. En: <http://www.pilaralbarracin.com/instalaciones/instalaciones16.html> (fecha de consulta: 18-12-2022).

6 Id.

7 En: <https://www.centrepompidou.fr/es/ressources/oeuvre/cBKyx8a> (fecha de consulta: 15-01-2023).

8 La descripción de la performance así como la idea de homenaje a Ana Mendieta son explicadas por la propia artista. En: <https://www.melatisuryodarmo.com/Why-let-the-chicken-run.html> (fecha de consulta: 15-01-2023).

9 Daniel Felipe Escobar es el autor de esta performance según varios medios de comunicación. La plataforma Youtube confirma a este autor como dueño del canal en el que se encuentra disponible el vídeo completo de la acción.

10 Tal y como puede observarse en el vídeo y que ha quedado como registro de la acción en la que interviene la gallina. En: <https://www.youtube.com/watch?v=G0_xXVDppVw> (fecha de consulta: 03-10-2022).

11 La polémica que rodea a la acción es visible en títulos como el que el periódico ABC da a la noticia «Una gallina se come una obra del Museo de Arte Moderno de Medellín», sin profundizar en el sentido de la acción ni invitar a la reflexión al posible lector. En: <https://www.abc.es/natural-biodiversidad/20140412/abci-gallina-come-obra-arte-201404121827.html> (fecha de consulta: 10-12-2022).

12 En: <https://www.elcolombiano.com/ historico/la_gallina_complementa_la_obra_maiz_carlos_uribe-HXEC_291512> (fecha de consulta: 26-09-2022).

13 En: <https://www.labiomista.be/index.php/en/ccp> (fecha de consulta: 27-12-2022).

14 Id.

15 Este término hace alusión a la manifestación variable del genotipo de un organismo en un determinado ambiente. El fenotipo por tanto es una expresión observable, influida por el genotipo y el ambiente.

16 El acervo genético, o conjunto de genes que pertenece a una población, se ve alterado al crear híbridos en este proyecto artístico.

17 Los discursos de mejora genética de los individuos, en este caso en particular el de la gallina, implican la creencia de la existencia de una impureza genética que someter al perfeccionamiento. Salvando las distancias entre especies, estos discursos pueden ser considerados cercanos a discursos racistas y de supremacía.

Bibliografía

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