«Incesante Picasso. Libertad y vida»

Colección Museo Ruso Málaga

Del 27 de mayo al 20 de noviembre de 2022

Entre los meses de mayo y noviembre de 2022 la mano de Pablo Picasso conquistó las salas de la Colección del Museo Ruso Málaga con una extensa exposición que ilustró a los malagueños con la obra del artista. Gran parte de la colección del Museo Casa Natal Picasso, en su mayoría dibujos y grabados realizados entre los años 1904 y 1971, se dispuso en el espacio expositivo de la antigua tabacalera.

Una vez más Picasso volvió a Málaga. Las mismas circunstancias internacionales que privaron del disfrute de las colecciones del Museo Ruso –como medida de acción temporal por parte de las instituciones responsables– permitieron que el Museo Casa Natal de Picasso pudiese tomar prestadas sus instalaciones.

La exposición se define como una muestra global de la producción de Pablo Picasso desde su llegada y asentamiento en París en 1904, hasta prácticamente sus años finales de producción artística hacia 1971. Ese recorrido vital del artista se traza principalmente a través de su obra gráfica, una práctica que Picasso ejerció durante toda su vida y con la que resulta fácil observar la evolución estilística. Asimismo, los cuadernos de dibujos, ilustraciones para publicaciones, cerámicas producidas y decoradas por Picasso ocuparon las paredes del Museo Ruso, además de una colección de fotografías tomadas por Juan Gyenes que acompañan a las obras, aportando escenas cotidianas y de ocio del mismo artista [1].

La distribución de las salas se organiza en base a iconografías diversas y a series de ilustraciones, desde la representación de lo femenino hasta escenas taurinas, pasando por naturalezas muertas, retratos, etc. Este repertorio visual recurrente se repite a lo largo de su producción, pero en sus dibujos y grabados toman una consideración especialmente elemental, sutil y primaria. La selección de temáticas, tan variadas y originales en su ejecución, demuestran una vez más la multiplicidad de registros y técnicas que Picasso fue capaz de manejar a lo largo de su carrera artística.

Junto con los grabados y dibujos se exponen cerámicas picassianas que pertenecen a los fondos del Museo Casa Natal Picasso. La mayoría de los autores determinan que Picasso llegó a realizar unas 4.000 piezas cerámicas originales, en las que imprimía su originalidad con temas naturales y animales [2] preferentemente1.

La colección de la Casa Natal, a su vez, cuenta con diversas series completas de dibujos, ilustraciones y grabados. En la exposición se exponen las afamadas Sueño y mentira (1937), La Metamorfosis de Ovidio (1930) o la Suite de los saltimbanquis (1905).

Lo taurino ocupa un espacio de significación a lo largo de la exposición. A través de una muestra del legado Arias la tauromaquia se sigue constituyendo como algo incesante en la obra y vida del artista, así como toda una serie de grabados dedicados al manual de Pepe Illo2.

De nuevo, sería interesante poner en boga la jerarquía del dibujo y del grabado en Picasso como estadio de pruebas para la posterior transfiguración en grandes lienzos, y que en la exposición adquiere especial categoría, puesto que no se expone ningún óleo sobre lienzo en la misma. Esta práctica se repite en la obra del autor sobremanera, ya que ambas técnicas se prestan a su trazo rápido y ligero, generando en el caso de la estampa «dibujos grabados» (Martín, 2007: 22).

En la exposición toman cierta relevancia las ilustraciones que Picasso ejecutó para publicaciones como La metamorfosis de Ovidio o Carmen3, que se muestran completas [3].

La iniciación de Picasso con los libros ilustrados tiene su génesis en el año 1905, cuando André Salmon le encargó al malagueño el grabado Dos saltimbanquis para su publicación Poèmes (1905) (Baer, 1996: 26). A partir de ahí Picasso va a ser recurrido por numerosos autores y editoriales para aportar el toque personal del genio a las ediciones ilustradas de sus libros. En la gran mayoría de los casos, el artista solía colaborar con litografías que aportaban una experiencia realmente original al lector, donde la elegancia, la seriedad y el nervio de los trazos son los verdaderos protagonistas de la edición.

Pero lo realmente importante en esta cuestión de los libros ilustrados en los que Picasso participó fue la visión personal del mismo sobre las tramas contadas en los libros. Esto es, Picasso abandona las lecturas e interpretaciones habituales de las historias que ilustraba para abonar una relectura personal.

En 1945 La Bibliothèque Française le encargó a Picasso una serie de grabados para ilustrar una nueva edición de la novela de Merimée, ocasión que acercó a Picasso de nuevo a un tema vernacular. El artista, sin embargo, se mantuvo alejado del mito de la femme fatale y de una posible imagen negativa y morbosa de España, apostando por grabados que nada tienen que ver con la historia (Cramer, 1983: 142). En los buriles que se exponen se pueden observar simples representaciones de rostros como el de una mujer con peineta

Otra de las series de grabados ilustrativos que se exponen es la serie dedicada a los Poemas de Góngora. Picasso reconocía en Góngora una figura esencial, de la misma manera que la Generación del 27 lo reconoció como un punto de unión entre la tradición española y la modernidad.

Una vez más Picasso se gana la vuelta al ruedo de Málaga en un momento verdaderamente convulso para la comunidad internacional y como consecuencia para el arte, quizás en él se advierta un reclamo para la paz y el entendimiento. Pero la puesta en valor que la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal Picasso hace de sus fondos es verdaderamente única con esta exposición. Demuestra su validez y vigor como entidad cultural en una ciudad efervescente, con unos fondos que superan los 1.000 originales y que con el paso del tiempo sigue demostrando una reinvención museográfica reseñable.

La sensación abrumadora de la incesante producción gráfica del artista, pero contrastada en todo momento con el trazo picassiano y la disposición museológica elegida para la ocasión, generan una experiencia para el espectador de lo más seductora, sin necesidad de recurrir a lienzos paradigmáticos, ni a lecturas y narrativas habituales.

Pepe Karmel ya se encargó de atribuir a Picasso el adjetivo de incesante, y no es baladí que lo perpetuo se asocie a Picasso al igual que se acaba uniendo a Málaga constantemente (Karmel, 2014: 187). La querencia le hace volver a las arenas de un litoral que no le olvidan y que, de manera perpetua, hace que lo picassiano siga teniendo aroma a Málaga.

Cierto es que este regreso a Málaga de Picasso no termina de reflejarse en las paredes de la tabacalera, quizás las lecturas natales sobre Picasso podrían haber estado más presentes en esta exposición. Y es que las pulsiones vernaculares de Picasso no son realmente exiguas (Carmona, 2021: 101). No habría que esperar a los famosos escritos de Boisgeloup de 1935 para ver cómo Picasso no sólo mantiene a Málaga en su imaginario, sino que su relación con el tejido cultural emergente de la ciudad es constatable en años anteriores.

La revista Litoral, conocidísima publicación literaria de los años 20 del siglo pasado, en sus números 5, 6, y 7 de 1927, consiguió vincular a Picasso con Málaga una vez más. En este volumen, titulado «Homenaje a Don Luis de Góngora», Picasso ejecutó un dibujo original a color para su difusión en la revista.

Mientras, Vicente Aleixandre en el mismo número escribió los siguientes versos:

Vinieras y te fueras dulcemente,

de otro camino

a otro camino. Verte,

y ya otra vez no verte

[…]

Los versos de Aleixandre apuntan hacia la fugacidad de la adolescencia, la volatilidad de las relaciones vitales, el trasiego personal y el cruce de caminos. Vincular el poema con la exposición resulta una fácil tarea, y es que con esta muestra Picasso vuelve a su Málaga natal, al igual que se acordó de ella con el dibujo para la revista Litoral. Picasso se deja ver y se irá dulcemente «de otro camino / a otro camino», como el murmullo de las olas, que, de seguro, le conducirá a Málaga de nuevo.

Juan José Delgado Guardiola

Universidad de Málaga

Notas

1 En julio de 1946 Picasso visitó la villa alfarera de Vallauris, localidad cercana a Cannes, en la que pudo visitar una exposición de ceramistas. Un amigo pintor le invitó a conocer el taller Madoura, donde realizó un primer conato de cerámica que no llegó a cocerse. Un año después, Picasso se incorporó al taller cargado de dibujos preparatorios y acompañado por una incesante labor creativa. Ya en 1948 se instaló en La Galloise, en una casa cercana a Madoura, donde emprendió gran parte de su labor como ceramista.

2 A fines del siglo XVIII Pepe Illo, torero gratamente reconocido en la época, confeccionó uno de los primigenios manuales de la tauromaquia. La publicación Tauromaquia o arte de torear (1796) supuso toda referencia para el mundo taurino de los siglos XIX y XX. Picasso lo ilustró en el año 1959 gracias a la reedición que ejecutó Gustavo Gili.

3 Carmen, de Prosper Merimée, fue escrita en 1845. Es a la vez un relato que romantiza las costumbres de los gitanos andaluces y la dramática historia de una pasión fatal. El narrador cuenta la historia de un bandido, José Navarro, el cual se ve envuelto en una relación de final trágico con la gitana Carmen. Ella forja su desgracia al hacerle desertar del ejército y convertirse en contrabandista. José la acaba asesinando por celos. Esta trágica historia se hizo famosa cuando Georges Bizet la transformó en ópera en 1875.

Bibliografía

ALEIXANDRE, Vicente (1927), «Adolescencia», Litoral, n.º 5, 6, 7 (Homenaje a don Luis de Góngora), octubre.

BAER, Brigitte (1996), Picasso Peintre-Graveur. Catalogue raisonnée de l’oeuvre gravé (Bd. 1: et lithographié) et des monotypes 1899-1972, Editions Kornfeld, Berlín.

CARMONA, Eugenio (2021), «Picasso: pulsión vernacular y devenir histórico», en LEBRERO, José y KARMEL, Pepe (eds.), Picasso e Historia, La balsa de la Medusa, Málaga, pp. 101-148.

CRAMER, Patrick (1983), Pablo Picasso: The illustrated books. Catalogue raisonné, Patrick Cramer, Publisher, Ginebra.

KARMEL, Pepe (2014), «Incessant Invention: Picasso’s drawings, 1914-1916», en BRAUN, Emily y RABINOW, Rebecca, Cubism: the Leonard A. Lauder Collection, The Metropolitan Museum of Art, Nueva York, pp. 187-195.

MARTÍN, Fernando (2007), «Del infierno azul al rosa de Bateau-Lavoir: La Suite de los Saltimbanquis», en Picasso. Suite de los Saltimbanquis, Fundación Picasso, Málaga.