Materialidad y técnica. Una aproximación cultural a la práctica artística occidental

BERNÁRDEZ, Carmen y VEGA, Jesusa

Ediciones Cátedra, Madrid, 2022

ISBN: 978-84-376-4440-0

La forma de estudiar la materia de técnicas artísticas y conservación de bienes culturales en los planes de estudio de historia del arte en España se ha caracterizado desde hace décadas por un modelo de conocimiento descriptivo, cuando no enciclopédico, sobre materiales, herramientas, procedimientos, recetas… Un saber a menudo mal comprendido al no frecuentar el espacio del taller del artista y poder contemplar in situ sus modos de trabajo. Este modelo ha tenido, no obstante, excepciones como el magisterio de Carmen Bernárdez ejercido en la Universidad Complutense hasta su llorada desaparición a causa de la ELA en 2018. Fruto de su actividad docente fue la concepción inicial de este libro que ocupó –junto a sus clases– los últimos años de su vida, y que en el marco de la amistad, la generosidad y la cooperación fue culminado y actualizado por Jesusa Vega, Azucena Hernández y Pedro Marín.

Materialidad y técnica propone una metodología diferente para conocer la manera de hacer del artista, así el estudio de técnicas y materiales no son aquí un fin en sí mismo sino de conocimiento cultural. Este planteamiento es ambicioso y rompedor: ambicioso, por la complejidad de sintetizar en un manual universitario –en origen estaba pensado para la colección Básicos Arte Cátedra– una visión tan amplia de la producción artística; rompedor, por descartar la estructura habitual de manuales, diccionarios y otras obras de referencia. A diferencia de estos últimos, el libro ofrece una explicación alternativa de las técnicas y los materiales desde la Prehistoria hasta la actualidad, considerando como elemento clave del discurso la atemporalidad del acto de crear, propio de la condición humana. Esta consideración permite un fluido transitar por el tiempo y el espacio dentro de cada capítulo –empezando por la concepción primitiva de la tierra, el metal y el fuego en el mundo antiguo– que depara no pocas sorpresas, giros y saltos en la lectura de sus páginas.

Poner el foco en el proceso creativo a través de la materialidad de la obra y el saber del artista lleva a trascender lo que cabe esperar al leer el índice de contenidos. En el segundo capítulo, por ejemplo, la problemática del color y la luz medieval nos adentra en cuestiones previsibles como la trasmisión del conocimiento en tratados, libros de recetas y de secretos, o la explicación de determinadas técnicas de la época como la iluminación de manuscritos o la luz coloreada de las vidrieras. Pero al mismo tiempo, se deslizan otros aspectos que superan el contexto de la cultura medieval, como al analizar el retablo y su evolución en los siglos posteriores, o las aplicaciones de la policromía a la escultura, que llevan a conectar con las civilizaciones antiguas o con el Barroco.

El protagonismo del artista a lo largo de la obra vertebra otros capítulos. En el tercero se traza su formación y organización profesional desde el nacimiento de los gremios al de las academias. Un contexto que lleva a plantear las relaciones con manufacturas como el tapiz, o las alternativas que más tarde planteó el diseño moderno ante la producción en serie contemporánea, culminando con la Bauhaus. En el cuarto capítulo, las técnicas explican cómo el artista aprovechó los avances en el conocimiento técnico para renovar la propia concepción del arte desde el Renacimiento en una continuidad hasta la contemporaneidad, como sucede al explicar la pintura al fresco –que llega hasta los muralistas mexicanos– o la pintura al óleo sobre lienzo. El quinto capítulo, por su parte, dedicado a los procesos de trabajo, es una completa y sugerente aproximación a la práctica del dibujo, sus técnicas y soportes, por ser el medio que de manera más próxima ha materializado la idea de la obra en la mente del artista.

Cada capítulo se abre con el comentario de una obra singular donde, una vez más, se sobrepasa lo concerniente a técnicas y materiales, como la mirada en femenino trazada en los dos primeros capítulos sobre la Dama de Baza y la composición de Thamar pintado a la Virgen con el niño en un manuscrito iluminado de Boccaccio. A partir de ahí, la estructura de cada capítulo es única y responde a las necesidades y singularidades de cada asunto, como sucede con la cuestión de la terminología y las dificultades que ha supuesto el propio lenguaje para estudiar la estampa, objeto del sexto capítulo. Esta concepción invita a leer el libro de manera fragmentada, si así se desea, en función de los intereses del lector, o servir como obra de consulta al hacer uso de los índices de nombres, materias e instituciones al final de la obra. En todo caso, y sea cual sea el modo de lectura elegido –no excluyentes entre sí–, cabe subrayar la claridad del lenguaje al explicar la complejidad de las técnicas, una de las mayores dificultades, como es sabido, para quien escribe o trata de transmitir estos procedimientos, sobre todo en el arte contemporáneo. Este periodo se aborda desde diferentes prismas interrelacionados al tratar las novedades, problemas y soluciones que trajo consigo la Revolución Industrial (capítulo 7), la aparición y desarrollo de la fotografía (capítulo 8) o la multimaterialidad de los objetos en el mundo actual (capítulo 9) donde, de nuevo, la comprensión del artista de nuestros días retrotrae al lector a la experiencia con las técnicas y quehaceres de periodos del pasado. El resultado es un libro que puede ser punto de partida para indagar las tesituras a las que se ha enfrentado en todo tiempo y lugar el ser humano a la hora de crear, pues se trata de una atractiva aproximación que interesa por igual a estudiantes de grado y posgrado, aficionados a las bellas artes y a todo historiador abierto a reconectar con la materialidad de unos objetos que, muy habitualmente, se estudian desde la distancia, una distancia que la lectura de esta obra puede contribuir, cuanto menos, a acortar.

Álvaro Molina

UNED