El abastecimiento de agua en la plaza de San Francisco de Sevilla entre los siglos XIII y XVI. Funcionalidad medieval y escenografía renacentista*

Fernando Díaz-Moreno

Universidad de Sevilla

ferdiazmore@us.es

Resumen: Gracias a la documentación inédita localizada en el Archivo de la Provincia Bética OFM ha sido posible reconstruir la evolución de la instalación de abastecimiento de agua y saneamiento de la plaza de San Francisco desde la conquista de Sevilla hasta el siglo XVI. Entre los documentos destacan los dibujos del proyecto de instalación de la fuente del año 1545, primera representación planimétrica que conservamos de la plaza. El análisis de este elemento urbano, tanto en sus aspectos funcionales como formales, desvela la incorporación de intereses ornamentales e intenciones escenográficas, confirmando la presencia del pensamiento moderno y con ello de nuevas formas de entender el espacio urbano. Los indicios que se desprenden de su estudio parecen acercar la propuesta a la órbita de Diego de Riaño, relacionándola con el proyecto de la fuente para la plaza que acompañaba sus trazas del nuevo Cabildo.

Palabras clave: Arquitectura; Urbanismo; Renacimiento; Diego de Riaño; Fuente; Ingeniería hidráulica.

Water Supply in the Plaza de San Francisco in Seville between the 13th and 16th Centuries. Medieval Functionality and Renaissance Scenography

Abstract: Thanks to the unpublished documentation traced in the Archivo de la Provincia Bética OFM (Archive of the Sevillian Franciscan Friars Minors), it has been possible to reconstruct the evolution of the water supply and sewerage system in the Plaza de San Francisco from the conquest of Seville until the 16th century. The documents include the drawings of the project for the installation of the fountain in 1545, the first planimetric representation of the square that we have preserved. Analysis of this urban element, both in its functional and formal aspects, reveals the incorporation of ornamental features and scenographic intentions, confirming the presence of modern thought and with it, new ways of understanding urban space. The indications that emerge from the study appear to bring the proposal closer to Diego de Riaño’s sphere of influence, relating it to the fountain project for the square that accompanied his plans for the new city council Cabildo.

Keywords: Architecture; Urban design; Renaissance; Diego de Riaño; Fountain; Hydraulic engineer.

Recibido: 29 de diciembre de 2023 / Aceptado: 20 de abril de 2023.

Introducción

La plaza de San Francisco es uno de los principales espacios urbanos históricos de Sevilla. Como en muchas otras poblaciones del ámbito peninsular, pasó de ser la principal plaza de mercado medieval a plaza Mayor de la ciudad, transición que se reflejó en la transformación de su instalación hidráulica. Este artículo aporta nuevos datos sobre la distribución del abastecimiento de agua desde las primeras etapas tras la conquista cristiana hasta los comienzos de la Edad Moderna, confirmando la existencia de una primera fuente de corte moderno, posiblemente relacionada con la propuesta de Diego de Riaño del año 1527, previa a la instalación de la diseñada por Asensio de Maeda en 1576.

Contamos con noticias sueltas sobre el abastecimiento de agua de varios de los edificios que configuraban la plaza de San Francisco de Sevilla en el siglo XVI, con un interesante estudio sobre sus fuentes realizado por el profesor Albardonero Freire (2002: 214 y ss) y con una aproximación a la red de abastecimiento de agua de Sevilla en la Edad Moderna de la mano de Fernández Chaves (2011). Toda esta información nos ofrece una imagen difusa y fragmentaria del proceso de transformación de los sistemas de abastecimiento y saneamiento de la plaza.

La localización de una carpeta de documentos inéditos en el Archivo de la Provincia Bética O.F.M. (desde ahora APB), que recoge numerosa información a propósito del abastecimiento de agua del convento franciscano, me ha permitido reconstruir con mayor precisión la evolución de las instalaciones hidráulicas de la plaza desde la conquista cristiana hasta el Renacimiento, y, a partir de esta información, analizar la presencia del pensamiento moderno en la configuración de la fuente instalada en la primera mitad del siglo XVI.

En la carpeta se incluyen varios documentos bajo el nombre Títulos de agua del convento casa grande de N.S.P. San Francisco de Sevilla (Legajo 43-63). Los documentos son todos copias realizadas a finales del siglo XVIII de textos anteriores. Pertenecen a una colección extensa de copias dieciochescas que debió realizarse por motivos de seguridad, incluyendo numerosos documentos de los cuales también se conserva el original en los archivos franciscanos. Ello ha permitido compararlos y comprobar su alto grado de exactitud. En este caso no ha sido posible localizar los escritos originales, pero, dados los antecedentes, considero que la información es muy fiable.

Entre los documentos destaca por su interés el texto que lleva por título Razones del Agua que hay en un Libro Antiguo del Archivo de Provincia son el la forma siguiente (desde ahora Doc.A). Describe la remodelación de la instalación de abastecimiento y de saneamiento de la plaza y la instalación de la nueva fuente en el año 1545. Incluye un croquis del proceso.

La copia es del año 1795 y el copista Fr. Manuel Marcelino Martínez, miembro de la congregación franciscana, lo firma aclarando que es copia del documento contenido en el libro del archivo, incluidos los planos, y que solo ha añadido las notas. Incorpora al final del texto la frase «[…] todo esto y los dos planos siguientes en dicho libro. Solo las notas son puestas de nuevo».

El documento original carece de fecha de firma, pero, tanto por el texto como por los dibujos, es posible acotar con bastante precisión el momento de su realización.

En varios párrafos se hace referencia a los hechos como contemporáneos al escrito. Al describir el estado anterior a la reforma la frase es «Demuchos hasta agora dia de la magdalena de 1545 años estaba en la Plaza mia de San Francisco una bobeda […]». Más adelante se habla del almacén como «el almacen nuevo que se hizo agora a la esquina» [subrayados del autor].

La fuente que se describe es la que se terminó en el año 1545 y todas las referencias apuntan a que estaba en pie en el momento de redactar dicha descripción: «una fuente de piedra bien labrada, como lo esta agora con sus caños […]». Es lógico suponer que aún no se había sustituido por la fuente que levantó Asensio de Maeda en 1576, sobre la que no hay ninguna noticia en el documento.

Pero, sobre todo, encontramos datos significativos en el croquis en el que se recogen las transformaciones en la red de abastecimiento y saneamiento [1]. Aclarar previamente que los dibujos, como ya he comentado, pertenecen al documento original, y que el segundo, dedicado a la instalación reformada, se describe como el estado correspondiente al momento de su trazado «como en la figura aquí puesta es asy que el agua mia viene del almacén que está a la quadra […] El remaniente biene como allí esta figurado entrando […]».

Son dos las características del croquis que ayudan en su datación. La primera es que no se representan las galerías levantadas por Hernán Ruiz II, que debían aparecer como prolongación del cabildo por su lado norte [2]. No es un descuido, al describir el tramo de la instalación que arrancaba en el almacén y enlazaba con la antigua acometida del convento, se detalla que accedía por el lateral del cabildo, no por su fachada: «caños de nuevo dende el dicho almacen nuevo hasta la esquina dela casa de Cavildo […] por los quales entra mia agua ala sacristia» (subrayado del autor) (ver [1]). El texto hace referencia a la esquina porque aún no se habían construido las nuevas galerías del ayuntamiento, por tanto, el croquis es anterior a 1563, año en el que Hernán Ruiz acomete su ejecución (Méndez, 2012: 36). La segunda es que ni en el croquis ni en el texto se hace referencia a la toma de agua de la Real Audiencia, que se ejecutó en el año 1557 (Albardonedo, 2002: 215).

Estos datos nos indican que el documento original se elaboró antes de 1563, y probablemente antes de 1557, situando los dibujos que acompañan al texto como la primera representación planimétrica que tenemos de la plaza de San Francisco, aunque se trate tan solo de un croquis aproximado. Destaca también el documento por su planteamiento temporal, que lo aproxima al concepto de proyecto gráfico. Sorprende, por la fecha de realización, la existencia de un estado previo y de un estado reformado, entendiendo los dibujos como la representación de un proceso ejecutivo (derecha e izquierda del croquis [1]).

Evolución de la instalación de abastecimiento de agua

En tiempos de Alfonso X, entre los años 1252 y 1284, los franciscanos ejecutaron la instalación de abastecimiento de agua que les permitió contar con un caudal de un dinero de plata barcelonés (aproximadamente 18 pajas)1, privilegio concedido por el Rey y confirmado en varias ocasiones por monarcas posteriores. No conocemos la fecha exacta de la donación, pero sabemos que el privilegio original era de Alfonso X porque así queda recogido en la confirmación del año 1310 de su nieto Fernando IV «[…] doles dela mia agua delos caños que viene de Carmona con el agua que les dio el rey don Alfonso mi abuelo que dios perdone en cantidad de un dinero de plata barcelones para el su monesterio […]»2.

La primera cañería arrancaba del almacén del repartimiento general situado en la puerta de Carmona, pasaba por el almacén del Salvador y accedía a la plaza por la calle Ropa Vieja (actual Chicarreros), para atravesarla y entrar en la parcela del convento posiblemente por el sitio más cercano, frente a la embocadura de la calle [3] y [4].

En el año 1411 la Corona permitió la construcción en la plaza de un pilar provisto de un depósito abovedado (B en [5]) y cedió el agua necesaria para su puesta en funcionamiento. El caudal donado igualaba la cantidad cedida a los franciscanos. Para la instalación se contó con las cañerías propiedad del convento.

[…] que se haga un pilar para agua en la plaza de Sant Francisco […] epodades tomar del agua de los mis caños que vienen de Carmona ala dicha ciudad quantidad de un dinero Barcelones demás de otro dinero barcelones que los dichos frailes e convento del dicho monesterio tienen por privilegio del Rey D. Fernando […] que los hagades traer por los caños que los dichos frayles tienen hechos antiguamente por donde quitan el dicho su dinero de agua al dicho su monesterioeque la hagades traer toda la dicha agua hasta el canto de la calle que dicen dela Ropa Vieja cerca dela casa de la justicia […]3.

La descripción de la instalación del año 1411 coincide en gran medida con el estado previo recogido en el croquis de 1545, apuntando que durante más de un siglo no hubo cambios importantes, limitándose los trabajos a reparaciones y puestas a punto. Por ello, en las figuras [4], [5], [6] y [7] se ha dibujado el esquema del primer sistema de abastecimiento del convento y su ampliación posterior tomando como punto de partida el trazado del estado previo de la instalación que se recoge en el croquis [1].

El depósito se alimentó desde el caño que entraba por la calle Ropa Vieja, dando servicio tanto al pilar como a los franciscanos. La nueva acometida al convento se trazó sorteando la sacristía, levantada por esas fechas, un siglo después de la ejecución de la primera acometida [5]. Como es lógico esta operación dejaba sin uso el hipotético tramo original que cruzaba la plaza. Los caños entraban «[…] hasta el canto de la calle que dicen de la Ropa Vieja cerca de la casa de la Justicia» (Doc.A), o sea, se utilizaron las cañerías existentes hasta la esquina de la Audiencia de grados, desde donde se desviaron hacia la pila, situada en el extremo meridional de la plaza.

Poco después la Corona otorgó un dinero de agua (8 pajas) a la cárcel Real. En el documento Comisión de la Corona al alcalde mayor para que haga justicia sobre las quejas del convento por un problema sobre la licencia de extracción de agua de las cañerías4 se hace referencia al privilegio, señalando que fue ordenado por el infante Juan, por tanto, antes de la adquisición de la mayoría de edad en el año 1419: «[…] que la dicha ciudad suplico al dicho infante que les hiciese merced elimosna de un dinero de agua para los presos dela carcel dela dicha ciudad […]». En septiembre de 1418 el corregidor de Sevilla logró una real cédula para que se reedificase la cárcel a expensas de Doña Guiomar Manuel (González, 1997: 5). Sabemos que esta dama benefactora consiguió incluir la cesión de agua para el edificio, así que, combinando las dos noticias, podemos concluir que se produjo a finales de 1418 o durante el año 1419. El agua se tomó del almacén del repartimiento general, sumando al marco de distribución un nuevo orificio a los dos ya existentes que servían al convento y al pilar. Así se deduce de la descripción del marco que tuvo que ser sustituido en el año 1586

[…] que en la dicha chapa vieja están dos marcos grandes […] que el uno de ellos dixo que era del dicho monesterio de Sant Francisco y el otro de Sevilla que va a la pila de Sant Francisco de esta dicha ciudad e junto a estos dos marcos esta otro pequeño que dixo que era de un dinero de agua que va a la carcel del concejo […]5.

Sabemos, por el croquis, que en 1545 la cárcel Real no se alimentaba del depósito contiguo al pilar. Es razonable pensar que, dada su cercanía, la acometida se realizara por la calle Joyería (actual Entrecárceles) directamente desde los caños generales que transitaban por la calle Francos [5].

Para conocer la fecha en el que el convento consiguió la cesión del remanente de agua del pilar debemos atender al Doc.A. En el escrito se relaciona dicha cesión con el permiso que concedió el convento para que la ciudad utilizase sus caños como parte de la instalación de abastecimiento de agua del pilar, así que debió ser un acuerdo cerrado poco después de 1411, año de construcción de dicha instalación. «[…] y que nos dio el remanente de su agua como lo tenemos porque consintiesen los frayles […] que viniese su agua por los caños dellos porque los frayles havian hecho asu costa los caños desde la puerta de Carmona […]». En el croquis se representa el caño que servía para llevar el remanente de agua del pilar a la alberca situada en la huerta del convento, entrando por el solar donde un siglo después se levantaría el Juzgado de Fieles Ejecutores del nuevo cabildo [1] y [5].

Sorprende la posición de esta cañería. Teniendo en cuenta el emplazamiento del pilar lo razonable hubiera sido acometer la parcela del convento por el punto más cercano, por el arco de acceso situado en su extremo sureste. El motivo del extraño trazado pudo ser la necesidad de llevar la canalización pegada al lateral de la iglesia conventual para salvar la zona ocupada por el cementerio, todavía en uso en el siglo XV. En ese caso no es descartable que la cañería original, buscando la fachada de la iglesia, pasara por el solar ocupado más tarde por el apeadero y por la sala capitular baja del nuevo cabildo, como así sugiere la ejecución de unos arcos de descarga en los muros del apeadero durante su construcción en el año 1528 para salvar la acometida que cruzaba el solar desde 1411 [5].

El remaniente biene como allí esta figurado entrando por el aznaguan oapeadero a mano izquierda por devajo anvas paredes en las quales se hizieron unos Arquillos por que no cargasen sobre los caños sigo entrando por mio compas ala mano izquierda (Doc.A).

La solución de los arcos no debió proteger adecuadamente la acometida, como indica la noticia de 1532 acerca de las quejas del convento a raíz de la rotura de los caños que transitaban el solar ocupado posteriormente por la sala capitular (Morales, 1981: 71). Esta situación debió provocar su traslado hacia el sur, ajustando el trazado de la cañería a la cara meridional de la sala y del apeadero, tal como se observa en el croquis [1].

El ocho de julio de 1545 nació el infante D. Carlos, hijo del príncipe Felipe. Con motivo de la efeméride se organizaron corridas de toros en la plaza de San Francisco, siendo necesario para el montaje de las gradas demoler el arca de agua y la pila, dejando sólo la nueva fuente, con la intención de ponerla en uso para las fiestas. Debido al luto por la muerte de la princesa se anularon los actos festivos, posponiéndose la puesta en carga de la nueva fuente hasta el veintidós de julio, día de la Magdalena.

[…] vino nueba como era parida de un hijo la Princesa mia hija del rey de Portugal y dela hermana del Emperador […] y pa las alegrias que se habian de hacer por el Principe nascido de toros que se havian de correr ¿? en mia plaza A mucha priesa sedeshizo la dicha voveda y pilar largo porque los cavalleros tuviesen mas plaza pa los juegos de cañas y se echase aquel dia al agua al pilar nuevo […]. Vino nueba como la Princesa fallecio dende atres días que abia parido por lo cual cesaron las fiestas […]. Echose el agua aldicho pilar nuebo dia dela magdalena 1545y este dia vino el agua a mia casa por los caños nuebos que la ciudad hizo […] (Doc.A).

Ese día empezó a funcionar la nueva instalación, que incluía la fuente octogonal, un almacén y los tramos de cañerías necesarios para reestructurar el abastecimiento de agua y el saneamiento. El croquis recoge las transformaciones que sufrió la instalación. Se instaló el nuevo almacén en la esquina del edificio de la Audiencia de Grados (C en [6]), en la embocadura de la calle Ropa Vieja (actual Chicarreros). Desde el almacén se tiró el tramo de cañería que abastecía la nueva fuente (A en [6]), el que conectaba con la acometida antigua que accedía al convento entre la sacristía y el cabildo y el nuevo tramo que enlazaba la fuente con la red antigua del remanente de agua del convento.

La ciudad hizo un almacen ala esquina dela quadra que esta ala entrada dela calle dela Ropa Vieja en el cual se asentaron los marcos del agua desta ciudad y de mia casa […] la ciudad asu costa hizo abrir las zanjas y asentar caños de nuevo dende el dicho almacen nuevo hasta la esquina dela casa de cabildo donde se encorporaron con los caños viejos que venían hasta alli dende la dicha bobeda por los cuales entra mia agua ala sacristia como aquí se figurara. Yasimismo la ciudad asu costa abrio sus zanjas y hizo asentar caños nuebos por donde viene el remanente del pilar nuebo pª la alberquilla de mia casa los caños nuevos de este remanente sejuntaron con parte delos biejos que venian del dicho pilar largo pa mia casa e alberquilla y juntaronse los nuebos con los viejos (Doc.A).

Las obras se ordenaron con la intención de no interrumpir el abastecimiento de agua, facilitando el proceso de anulación de la instalación antigua y la puesta en carga de la nueva. Posiblemente fue el motivo por el cual la nueva fuente se levantó al lado del depósito de agua, y no en su lugar, con la intención de mantener la instalación existente hasta su finalización. Y debió influir en la desproporcionada duración de las obras, ya que los primeros documentos sobre su ejecución se remontan a 1539, año en el que se «[…] pagó la compra y colocación de ocho caños de metal, piedras y plomo para las grapas del nuevo tazón de la fuente» (Fernández, 2011: 163).

La modificación afectó también al tramo que discurría por la calle Francos. En los últimos párrafos del documento Doc.A se describe la modificación del trazado desde el repartidor de la puerta de Carmona hasta el almacén de la plaza de San Francisco. Partiendo del almacén de la esquina de la Audiencia (C en [7]) se trazó un tramo hasta un segundo almacén situado en la puerta de la cárcel Real (D en [7]), desde aquí, por la calle Joyería (actual Entrecárceles) la red se extendió hasta la puerta del hospital de las Bubas (frente a la iglesia del Salvador), en cuya puerta se instaló otro almacén que servía, además de a la institución, a casas de caballeros sevillanos [3]. Desde este punto, pasando por el lateral de la iglesia del Salvador, «[…] van por la calle do sale la puerta pequeña de Sant Salvador […]», la conducción se dirigió a la puerta de Carmona, «[…] por la sedería y la ollería y ban por medio de la carnicería y dende allí derechos ala Puerta de Carmona […]»6. Con esta operación se anuló parte del tramo de la calle Francos y el tramo de la calle Ropa Vieja (actual Chicarreros) [3] y [7].

Poco después, en el año 1557, se concedió media paja de agua a la Audiencia Real. Por su reducido volumen, el agua se extrajo directamente del caudal de la ciudad destinado a la fuente principal, motivo por el que no aparece su medida en el marco de repartimiento del almacén de la puerta de Carmona del año 15867. La pila debió situarse en el acceso a la Audiencia (E en [7]), ya que se anotan quejas dos años más tarde por la existencia de un lodazal en la plaza «[…] a causa del agua que se pierde de la pila questa a la puerta del abdiençia.» (Albardonedo, 2002: 411,412). Esta conexión no se recoge en los croquis, como ya anoté al plantear su datación.

Entre 1576 y 1578 Asensio de Maeda rehízo la fuente que se encontraba en mal estado. Hasta la gran reforma a la que fue sometida en 1717, debido a los desperfectos que sufrió durante el motín del año 1712, la fuente sólo necesitó operaciones de mantenimiento. No tenemos noticia de cambios en el emplazamiento de la fuente y sí del aprovechamiento de las instalaciones de unas reformas a otras, así que podemos considerar que su posición en la plaza se mantuvo invariable hasta su desmontaje en la década de los treinta del siglo XIX con motivo de la reforma del asistente Arjona. Poco después se instaló la conocida como pila del Pato, que continuó presente en la plaza hasta 18858 (Albardonedo, 2002: 216-218).

Considerando esta estabilidad posicional de la fuente a lo largo del tiempo, en la planimetría que ha acompañado esta descripción he dibujado la fuente que se instaló en 1545 partiendo del emplazamiento de la pila del Pato, conocido gracias al plano realizado por el arquitecto Balbino Marrón en el año 1858 [8]. A continuación, he situado de forma aproximada el arca de agua y el pilar medieval, teniendo en cuenta que debían estar más centrados en la plaza, ya que se derribaron para ampliar el espacio dedicado a los festejos sin desmontar la fuente renacentista. Una vez dibujados los elementos principales he trazado los tramos de cañerías y los depósitos que han definido la evolución de la instalación de abastecimiento de agua de la plaza y de sus edificios principales.

Características de la fuente instalada en la primera mitad del XVI

Antes de entrar en el análisis de la fuente que sustituyó al pilar medieval es conveniente abordar el tema de su emplazamiento, por tratarse de un asunto que ha suscitado cierta controversia. Alfredo Morales apuntó la existencia de intencionalidad en la posición excéntrica de la fuente, tras el estudio de las condiciones geométricas del espacio siguiendo ejemplos italianos similares (Morales, 1981: 26). Otros autores han puesto en duda esa intencionalidad, argumentando que se trataba de un problema funcional; se liberaba espacio para las actividades que se realizaban en la plaza y se ahorraba en tramos de cañerías porque se suponía erróneamente que el abastecimiento venía por el sur, desde el Alcázar pasando por la Catedral [3]. Con el análisis del apartado anterior, basado en el croquis de la transformación de la instalación de 1545, queda zanjada la sana polémica, ya que podemos concluir que la posición fue decidida a principios del siglo XV, alejada, por tanto, de intenciones escenográficas.

La descripción comparada del antiguo pilar y de la fuente del año 1545, unida al análisis de algunas características funcionales novedosas que se incorporaron a esta última, nos permite valorar la importancia que tuvo la sustitución de este elemento dentro del espacio urbano de la plaza.

La plaza contaba con «[…] una Bobeda grande donde venia el agua dela ciudad dela qual salían dos caños de metal y caia el agua por ellos en un pilar de piedra largo donde vevian las bestias» (Doc.A). Se trataba de un depósito y un abrevadero, usado también como lavadero y como fuente de agua potable. No era más que una toma de agua para labores cotidianas, sin ninguna función representativa o escenográfica. Es probable que esta fuente fuera la misma o muy similar a la levantada en 1411, instalada para dar servicio a la actividad mercantil de la plaza durante el siglo XV, como era habitual en las zonas de mercado (Collantes de Terán, 1974: 69). Sin embargo, «[…] pareciole ala ciudad ser el dicho edificio basto y mando hacer junto a la dicha bobeda una fuente de piedra bien labrada, como lo está agora […]» (Doc.A). La nueva fuente adquiría un valor ornamental indudable, que no se encontraba en la sustituida, hasta el punto de presentarse como el motivo principal de la renovación del pilar medieval.

La descripción del sistema de abastecimiento revela datos que nos permiten ir más allá en el análisis de los nuevos valores urbanos que atesoraba la propuesta. En el depósito se instaló un marco de distribución de agua con tres conexiones, una para abastecer el convento franciscano y otras dos para la fuente [6]. El motivo de la existencia de estas dos conexiones era la alimentación independiente de los caños que se encontraban en la parte baja de la fuente y de los que se encontraban en una posición elevada. El texto no deja lugar a dudas, los primeros eran los que estaban siempre activos, cumpliendo una función práctica, centrada en el uso de la fuente como lavadero y fuente de agua potable (ya no se usaba como abrevadero), y los segundos se ponían en funcionamiento para los festejos, eventos en los que la fuente actuaba en todo su esplendor, incorporando ese nuevo carácter ornamental y escenográfico necesario en las celebraciones9

[…] en el almacen nuebo que esta alos grados hay tres repartimientos del agua el uno es el mio. Los dos de la ciudad el uno de ellos sirve para el agua que va alos caños baxos dela fuente nueba y el otro por donde vaya el agua y suba a los caños altos que están en medio de la fuente y quando se hechase el agua aestos que será para alguna fiesta porque suba allí setomara mia agua queriendo nosotros […] (Doc.A).

Elevar los chorros de agua significaba eliminar su valor funcional y apostar por su valor ornamental, asunto de tal alcance para la ciudad que no importó tener que construir el nuevo depósito de la plaza elevado y no a ras de suelo como estaba el antiguo, consiguiendo con ello la presión necesaria para que el agua llegase a los chorros altos. Lo más interesante es que fue necesario reformar también el depósito existente en el Salvador, elevándolo por la misma causa, lo que supuso la ejecución de unas obras cuyo coste solo se justificaba por el interés de la ciudad en el nuevo carácter que se le quería imprimir a la fuente.

El almacen del agua que esta alos cordoneros [acceso de la calle Francos al Salvador] solia estar junto al suelo y subieronlo mas alto como esta agora por que el agua subiese al almacen nuevo que esta alos grados por que paque el agua pueda subir alos caños dela fuente nueba que estan en medio della fue necesario hazer alto el almacen de los grados y el sobredicho que esta a los cordoneros (Doc.A).

La nueva fuente se situaba entre dos mundos, conservaba su función como punto de abastecimiento y con ello su carácter medieval, pero incorporaba la modernidad a través de la atención a los aspectos estéticos y a su función representativa. Como veremos a continuación, estos dos valores estuvieron presentes en la elección de sus características formales, a las que nos podemos acercar a través de la descripción escrita y del croquis [1] que se incluyen en el documento Doc.A

[…] una fuente de piedra bien labrada, como loesta agora con sus caños alderredor della baxos y altos por donde cay el aguay sus rexas estañadas en las bentanas que estan alderredor dela dicha fuente […].

La lectura del texto a la vista del croquis sugiere que estamos ante una fuente cerrada proveniente de la tradición islámica de las casas registro cupuladas, donde el cuerpo prismático de base cuadrada se ha eliminado, manteniendo solo el cuerpo octogonal y una probable cúpula hemisférica (Granero, 2003: 107). Estos dos documentos, unidos a los datos que apuntan a su forma octogonal10, proponen la existencia de una base prismática formada por ocho pilares en esquina definiendo las jambas de otros tantos arcos de medio punto cerrados mediante rejas, sobre la que se montaría una cúpula vista al exterior, como era costumbre en este tipo de fuentes de raíz medieval. Los caños bajos se situarían meando hacia el interior, generando una lámina de agua que se mantendría estable mediante unos aliviaderos que evacuarían el remanente hacia el canal perimetral, tal como se observa también en el croquis. Hasta aquí estaríamos ante la interpretación en un léxico al romano de una fuente medieval cerrada (es razonable pensar que los arcos de medio punto supondrían la incorporación del resto de los aditamentos clásicos). Pero en la fuente existían unos caños superiores que incorporaban una nueva lectura a la fuente, situados posiblemente sobre un elemento vertical centrado. Si bien es cierto que el dibujo tiene un fuerte carácter diagramático, sugiere que los caños altos se encontraban juntos en la zona central, interpretación que coincide con la descripción que se recoge en el texto, al definir la acometida «[…] por donde vaya el agua y suba a los caños altos que están en medio de la fuente […]», así que no es descartable que se tratara de un elemento central con una función exclusivamente ornamental.

Esta composición dual podría ser el motivo por el que Asensio de Maeda, al reformar la fuente en 1576, desmontó la estructura perimetral que fue reutilizada como humilladero en el hospital de las Bubas (Fernández, 2011: 163), y diseñó un fuste central con platos suspendidos rematado por la figura del mercurio Argifonte (Albardonedo, 2002: 216), que pudo ser una puesta al día de la pieza central de la antigua fuente, aprovechando la instalación existente. La transformación del cuerpo exterior en humilladero fue posible gracias a la similitud entre los dos tipos de construcción; solo era necesario adaptarlo para situar en su centro las estatuas de las santas Justa y Rufina (Fernández, 2011: 163)11. Asensio de Maeda, con esta operación, minimizó los valores funcionales de la fuente, eliminando con ello cualquier recuerdo medieval, y se centró en conservar y mejorar la parte de la antigua fuente que contenía los valores escenográficos. La actitud de Asensio de Maeda venía reforzada por la pérdida del carácter comercial de la plaza a finales del siglo, que hacía innecesario el uso intensivo de la fuente para labores de limpieza y reducía su uso como abastecimiento de agua potable.

Como hemos visto la construcción de la fuente que entró en funcionamiento en 1545 se remonta al menos al año 1539. La fuente ha sido tradicionalmente atribuida a Juan Sánchez (Albardonedo, 2002: 215), que por esas fechas era el maestro mayor de las obras del cabildo, sucediendo a Diego de Riaño y siguiendo las trazas del maestro, con el que trabajó como aparejador desde 1532 (Morales, 1981: 40). La ejecución de la fuente comenzó después del fallecimiento de Riaño, por tanto, no se trataba de la continuidad de una obra ya comenzada por su maestro, como era el caso del edificio principal. Ahora bien, su ejecución como parte de un proyecto mayor y la cercanía temporal a la elaboración de las trazas de la fuente presentadas por Diego de Riaño junto con las del cabildo a principios de 1527 (Morales, 1981: 26), sugieren que la fuente ejecutada estaba relacionada con la propuesta original del maestro, actuando Juan Sánchez como continuador de la obra de su predecesor. Riaño falleció en 1534 y la fuente tuvo que estar definida antes de 1539, un intervalo temporal suficientemente corto para que en el ánimo de Juan Sánchez y en el de los promotores estuvieran presentes todavía las trazas del maestro.

La descripción del exterior de la fuente recuerda la de los ochos caños de Utrera, edificación de planta octogonal de principios del siglo XVI resuelta con arcos de medio punto, aunque en este caso sin la incorporación de los caños elevados que singularizaban la propuesta sevillana [10]. El parecido hay que valorarlo teniendo en cuenta la distancia que separaba las dos fuentes debido a su emplazamiento, una inmersa en un entorno urbano muy consolidado y otra situada en la salida de una población pequeña, por tanto, con un carácter periurbano y semirrural.

Aunque no tenemos datos concretos que permitan considerar a Riaño como autor de las trazas de la fuente situada en la alameda de Utrera, no debemos olvidar la relación entre el maestro y la localidad a través de sus trabajos en la iglesia de Santiago. En el año 1527, Diego de Riaño reclamó el pago de unos trabajos realizados en la iglesia, por tanto, debió tener contacto con la localidad en las mismas fechas en que presentó a la ciudad el proyecto del cabildo y de la fuente de la plaza de San Francisco. La primera noticia sobre las obras de la iglesia es del año 1538, curiosamente una noticia sobre el transporte por el mismo carretero de material de obra tanto para la iglesia como para la fuente de los ocho caños (Romero Medina y Romero Bejarano, 2018: 13). También debemos recordar que las canteras de piedra de Utrera fueron usadas por Riaño a partir de enero de 1527 en las obras del cabildo (Morales, 1981: 68).

Conclusiones

La reconstrucción del sistema de abastecimiento de agua y saneamiento de la plaza de San Francisco entre los siglos XIII y XVI no solo supone un avance en el conocimiento de las estructuras urbanas de la ciudad, incide directamente en el estudio de la configuración arquitectónica de su espacio público. Reconocemos en su evolución los edificios representativos que se fueron incorporando a la plaza, así como su trascendencia social reflejada en la importancia de sus instalaciones. Partiendo del convento franciscano, la lectura nos lleva por el nuevo Cabildo, la Audiencia de grados y la cárcel Real, en un proceso que arranca con la primera instalación tras la conquista de Sevilla y desemboca en la definición del espacio como plaza Mayor en la Edad Moderna. A la comprensión de este tránsito hacia el Renacimiento ayuda el análisis de la primera fuente levantada en el XVI, sustituta del pilar de herencia medieval, reconociendo en el nuevo elemento urbano la incorporación de intereses ornamentales e intenciones escenográficas, abriendo el camino a actuaciones posteriores inmersas de lleno en el nuevo pensamiento moderno.

Notas

* Este trabajo se ha realizado en el seno del I+D TALLER-DR: «El maestro Diego de Riaño y su taller de cantería. Arquitectura y ornamento en el contexto de la transición al Renacimiento en el sur de Europa», PID2020-114971GB-I00.

1 Tanto a lo largo de la Edad Media como durante buena parte de la Edad Moderna la medida de la superficie de sección útil de las cañerías se definía por comparación con la superficie de determinadas monedas, entre ellas el real de plata. También se utilizaba una unidad general denominada «paja de agua», que en la zona sevillana correspondía a 0,275 cm2. En los márgenes del documento analizado se incluye la sección a escala real de las distintas secciones de cañería a las que hace referencia el texto.

2 Carta y Privilegio del rey Fernando. APB, Sevilla, legajo 43-63.

3 Licencia para realizar el pilar de la plaza y cesión del agua necesaria para su abastecimiento. APB, Sevilla, Legajo 43-63. Octubre 1433, traslado del documento de 1411.

4 APB, Sevilla, legajo 43-63.

5 Texto en el que el escribano de su majestad Gonzalo de las Casas da fe de que estuvo el 15 de noviembre de 1581 en el repartimiento general de los caños de Carmona. APB, Sevilla, legajo 43-63.

6 El edificio de las carnicerías se levantó en 1540 sobre una calle ocupada tradicionalmente por tablas de carnicería, situada en la actual plaza de la Alfalfa. Collantes de Terán, 1974: 68.

7 Texto en el que el escribano de su majestad Gonzalo de las Casas da fe de que estuvo el 15 de noviembre de 1581 en el repartimiento general de los caños de Carmona. APB, Sevilla, legajo 43-63.

8 El emplazamiento era similar al que ocupaba la fuente anterior a la reforma decimonónica, como se comprueba al compararlo con la iconografía conservada. Destacar el aguafuerte La plaza de San Francisco de Louis Meunier del año 1668 [9], y el dibujo a lápiz de Pharamound Blanchard de la plaza de San Francisco y el Ayuntamiento [2].

9 El sistema se utilizó tal como se describe en el documento. En 1642 la congregación franciscana se quejó al Rey Felipe IV por la pérdida del suministro de agua debido a que no se había restituido el servicio tras su uso para aumentar el caudal de la fuente durante la estancia de la corte Real en la ciudad. Escrito de respuesta de la Corona a las quejas del convento por un problema en el reparto del agua. APB, Sevilla, legajo 43-63.

10 La forma octogonal de la planta que sugiere el croquis es recogida por Ortiz de Zuñiga: «[…] para que viniese el agua a una pila nueba ochabada […]». (Memorias eclesiásticas y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla. Año 1698. Biblioteca Capitular y Colombina. Ortiz de Zuñiga. Tomo III, p. 391. recogido en Albardonedo, 2002: 215. También apoya la idea el documento sobre «[…] la compra y colocación de ocho caños de metal […] del nuevo tazón de la fuente» (Fernández, 2011: 163).

11 Resultó sencillo el traslado de las piezas una vez desmontadas, ya que se llevaron al hospital de las Bubas que se emplazaba muy cerca de la plaza de San Francisco, en la esquina entre la plaza del Salvador y la calle Gallegos (actual Sagasta).

Bibliografía

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