La storia dell’arte dopo l’autocoscienza. A partire dal diario
di Carla Lonzi

SUBRIZI, Carla

Lithos, Roma, 2020

ISBN: 979-12-80197-11-5

Carla Subrizi, la autora de La storia dell’arte dopo l’autocoscienza. A partire dal diario di Carla Lonzi, catedrática de historia del arte contemporáneo en La Sapienza Università di Roma, cuenta con una amplia experiencia en la práctica de una historia del arte autoconsciente y centrada en el interés por mujeres. En algunos de sus libros anteriores, como Europa e America 1945-1985. Una nuova mappa dell’arte, o bien Azioni che cambiano il mondo. Donne, arte e politiche dello sguardo, estamos ante la presencia de una historia del arte que indaga sobre sí misma, sobre su quehacer, y que ensaya nuevas formas de articular los relatos históricos. Su último libro, que aquí comentamos, descansa en la hipótesis de la posibilidad de interrogar la historia del arte e incluso de construir una historia del arte tras la autocoscienza, o quizá mejor, tomando esta como punto de partida.

Carla Subrizi parte de una de las figuras cruciales de la historia intelectual italiana del siglo XX, Carla Lonzi que, tras haber practicado la crítica de arte, decidió en 1970 abandonarla para abrazar el feminismo a través de la autocoscienza. De un modo más preciso, el punto de partida de este libro es la lectura de los diarios de Lonzi, titulados Taci, anzi parla. Diario di una femminista, escritos entre 1972 y 1977 y publicados en 1978 en las ediciones de Rivolta Femminile. Subrizi acomete una operación en principio aparentemente contradictoria: si Lonzi había renunciado a la historia del arte por el feminismo, Subrizi se propone el desafío de convertir los diarios de la escritora feminista y excrítica de arte en una fuente para la historia del arte.

La autora arranca precisamente de la práctica de la autocoscienza lonziana para idear la posibilidad de nuevos recorridos de la historia del arte pensada desde el desafío al canon de las lecturas dominantes. El reto que Subrizi se impone es, así, extraer de esa autoconsciencia instrumentos para aplicar a la práctica de la disciplina de la historia del arte, fundamentalmente a su escritura. Este asunto comprende la primera parte del libro, cuya segunda parte aborda una serie de casos de estudio específicos y cuyas «Conclusiones», su tercera y última parte, son una profunda inmersión en los problemas actuales de nuestra disciplina y su renovación.

La autocoscienza de Carla Lonzi, tal y como se retrata en este libro, se basa en cuerpos de mujer que piensan juntos. Es un continuo diálogo, un cruce de voces y experiencias, que altera el tiempo lineal, para lograr la inmersión en otro que oscila continuamente entre pasado y presente, y puede servir de base al desmontaje de esa historia del arte al uso que apenas alcanza a ser algo más que un relato de héroes. La práctica de la autocoscienza es la de un proceso de «coralidad transversal, que conecta experiencias, hechos, episodios, textos poéticos, sueños en un único flujo de palabras y escritura». Un proceso oral y escrito de indagación y reflexión, una forma de narración libre, sin concatenaciones. La fragmentariedad es protagonista de los diarios de Carla Lonzi en los que se sumerge Carla Subrizi, textos que retienen y conforman esta experiencia, una escritura que sigue el ritmo del pensamiento, que no teme detenerse, interrumpirse, proseguir más adelante con lo abandonado previamente… Una experiencia intersubjetiva que puede concebirse como otra forma de entender, releer y escribir por primera vez, otros modos de hacer la historia, con toda la carga política que ello entraña y entrañó ya gracias a la poderosa presencia del feminismo en la Italia de los setenta. Este libro nos plantea la cuestión de una historia del arte imprevista, la imperiosa necesidad de empezar a pensarla, en lugar de contar una historia ya escrita, ya sabida y ya contada de eternos precursores y sucesores, de causas y efectos, de tiempos lineales y de sucesión de estilos.

Como he dicho antes, Carla Subrizi lleva años trazando este otro tipo de historia posible, y deseable. En este libro nos ofrece otro magnífico ejemplo, por medio de la exposición de cuatro casos de estudio en los que se intenta ver cómo funciona en la práctica su hipótesis de convertir la autocoscienza en la base de la escritura de la historia del arte. De hecho, Carol Rama, más allá del canon del Modernism, es un ejemplo magistral de cómo puede funcionar este instrumento. El ensayo sobre esta artista constituye el primer case study, al que siguen otros tres, consagrados a la reinvención de los imaginarios del exilio en Giosetta Fiorni, la discontinuidad de la historia en Berty Skupber y la escritura y el habla del cuerpo en Patrizia Vicinelli.

Si todo el libro es una invitación a construir una nueva historia del arte, basada en la Imposibilidad de seguir manteniendo actualmente la ilusión de una historia omnicomprensiva, la última parte, «Conclusioni», revisa la bibliografía fundamental que desde finales del siglo XX se está interrogando sobre la naturaleza de la disciplina y debatiendo sobre asuntos vitales para su renovación. Acudiendo a las líneas de fuerza de la historia del arte más innovadora en la actualidad, Subrizi se detiene en la necesidad de insertar los problemas inherentes al poscolonialismo y la decolonialidad, a la historia transnacional del arte y el «giro global», la caída de las fronteras entre disciplinas, el papel primordial del recurso al anacronismo (Didi Huberman) y a la conciencia de que es el presente el que modifica incesantemente el pasado (Mieke Bal), la crisis del «archivo», la necesidad de dar voz a los silenciados/as de la historia (cuestiones sobre subalternidad), o a la articulación de un relato histórico que rescate lo olvidado y reprimido sin que ello desemboque en una operación consistente en encajarlo en los esquemas predeterminados, sino haciéndolos estallar. Todo ello se entrecruza, en fin, con cuestiones que el feminismo lleva poniendo en práctica desde hace tiempo, como la colaboración y el diálogo, la necesidad de crear redes y de aprender unas de otras, de compartir y tener en cuenta el punto de vista del otro y la otra, revisando el propio, como afirmó la también historiadora del arte Sharon Hecker en la presentación del libro hace unos meses, y que sin duda podría ser uno de los legados de Carla Lonzi.

«Las estructuras de poder son el mayor peligro de la disciplina» afirmó también Hecker en la presentación con valentía, con esa misma valentía con la que está escrito el libro de Carla Subrizi, una de las mayores artífices actuales de esa historia del arte imprevista por las que muchos y muchas ya apostamos. Y es que La storia dell’arte dopo l’autocoscienza es sobre todo un libro valiente, que nace de una autora dispuesta a sobreponerse al estupor de la historia.

«El destino imprevisto del mundo está en empezar de nuevo el camino para recorrerlo con la mujer como sujeto», dejó escrito Lonzi en uno de sus títulos más célebres, Sputiamo su Hegel.

Maite Méndez Baiges

Universidad de Málaga