Fumerals d’Aldaia

LÓPEZ PATIÑO, Gracia y VERDEJO GIMENO, Pedro

Ajuntament d’Aldaia, Valencia, 2018

ISBN: 978-84-09-03852-7

Que un municipio valenciano de poco más de 30.000 habitantes contase con 17 chimeneas industriales da una idea del peso que este sector ostentó en la localidad de Aldaya, así como el protagonismo que estos elementos arquitectónicos asumieron en la configuración del paisaje urbano de la localidad. En los momentos actuales nadie cuestiona el valor cultural del patrimonio industrial, lo que no quiere decir que siempre esté debidamente cuidado y protegido. Su contribución a este objetivo es uno de los cometidos de este opúsculo, pero no el único. Sus autores, Gracia López y Pedro Verdejo, son ambos doctores arquitectos, especializados en patrimonio y miembros de la muy activa Asociación Valenciana de Patrimonio Industrial.

La formación de los autores explica la metodología con la que se han estudiado estas chimeneas, no solo como hitos urbanos o vestigios materiales con valor de representatividad, sino como elementos arquitectónicos que deben ser analizados desde el conocimiento de sus materiales y técnicas constructivas.

En su gran mayoría estas chimeneas pertenecieron a ladrilleras, y muchas formaron parte de un horno Hoffman, aportación tecnológica que durante la segunda mitad del siglo XIX permitió optimizar el calor aplicado al cocimiento de productos cerámicos. La función de la chimenea era doble, pues además de dispersar en altura los humos nocivos para la salud, contribuían a incrementar el tiro de la combustión aprovechando la diferencia de temperatura entre las capas altas y bajas de la atmósfera.

Las chimeneas aldayenses no son distintas a las del resto de la Comunidad Valenciana, como denotan sus fustes, mayoritariamente de sección octogonal. El caso estudiado sirve para cuantificar la potencia de los equipos valencianos de constructores de chimeneas industriales, altamente especializados, cuya producción se expande por gran parte del territorio peninsular.

Todas las chimeneas aldayenses estaban realizadas con ladrillo macizo refractario en forma de paralelepípedo, a lo que se sumaba una segunda tipología ladrillera, que integrando en su forma un ángulo de 135º permitía construir el octógono del fuste. Fieles a la estructura tradicional de basamento, fuste y corona, estas chimeneas requerían de pechinas escalonadas para propiciar el paso de la base cuadrada al octógono. El fuste decrecía en sección conforme ganaba altura, tanto interior como exteriormente, para facilitar la expedición de los humos.

Probablemente incluso los más concienciados con el patrimonio industrial puedan caer en el error de considerar estas construcciones como hitos urbanos valorables si acaso, en su conjunto, y no como una arquitectura sujeta a una técnica de la que dependía su correcto funcionamiento. Esta es una de las aportaciones de esta monografía, que dedica a cada una de las chimeneas una ficha que incluye emplazamiento, coordenadas geográficas para su geolocalizacón y análisis histórico y descriptivo además de chequear su estado de conservación. La documentación gráfica añade planimetrías de planta y numerosas fotografías, salvo las históricas todas ellas reproducidas a color, necesario para considerar la tonalidad de los diferentes tipos de ladrillo empleados en su construcción y el efecto bícromo con el que se singularizó o decoró a algunas de ellas.

De la totalidad de chimeneas con las que contó Aldaya tan solo se conservan siete, todas ellas pertenecientes al siglo XX y con una altura media de 30 metros. La desaparición de las restantes nos da idea de la fragilidad de este patrimonio y la necesidad de concienciar a ciudadanos y administraciones de su interés, revalorizado si cabe cuando, como es el caso, la actividad económica de la localidad ha tomado otros derroteros.

Como muy bien indican sus autores, la preservación de este patrimonio deja abierta la puerta a la generación de actividades en torno al patrimonio industrial, un sector que lentamente se va asentando en nuestra sociedad y que requiere, como fase previa, la conservación y conocimiento de este patrimonio. La publicación de este libro ofrece otro interés adicional, que es el de aportar una metodología de trabajo aplicable a otros entornos. En este sentido la publicación de la obra en valenciano podría constituir un freno a esta aspiración, aunque la inclusión de resúmenes en inglés y español parece indicar que el Ayuntamiento de Aldaya, editor de este volumen, ha tomado conciencia de la dimensión internacional que ha adoptado el patrimonio industrial.

Francisco José Rodríguez-Marín

Universidad de Málaga