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ARTÍCULO 14/2024_30AÑOS_BC (N.º 236). EDICIÓN ESPECIAL 30 AÑOS DEL BOLETÍN CRIMINOLÓGICO

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Valoración del riesgo de reincidencia en jóvenes infractoras:

¿Es el SAVRY un instrumento realmente neutro?


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CARMEN M. LEÓN. FACULTAD DE DERECHO, UNIVERSIDAD DE CASTILLA LA MANCHA

RAQUEL BARTOLOMÉ. CENTRO DE

INVESTIGACIÓN EN CRIMINOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA


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Title: “SAVRY risk assessment in Spanish young female offenders: Is it a neutral tool?”

Abstract: It has traditionally been as- sumed that recidivism among girls could be explained and assessed through the generalization of findings found in boys or in samples mostly composed of boys. Certainly, the similarities between girls and boys who commit crimes and reoffend are notable, which has led to the conclu- sion that risk management can be consid- ered from a gender-neutral perspective. Nevertheless, there are also some differ- ences, both in their trajectories and in the factors that influence them, which should be considered if an adequate response to their needs is really sought. The aim of this study is to examine gender differences in the evaluation of the risk of recidivism with a neutral instrument, the Structured Assessment of Violence Risk in Youth (SAVRY), in a sample composed of youths who are complying with judicial measures of internment in closed centers located in the autonomous communities of Castile- La Mancha and Catalonia (N = 179; 82.7% boys). The results show that, in the final risk assessment of girls, professionals are guided by the instrument and the dynamic factors that are usually associated with vi- olent behavior in boys and not by the fac- tors most linked to violence in girls, such as history of abuse or victimization and self-harmful behaviors. The findings and their implications are discussed.

Key words: differences, structured evalua- tion, youth, gender, violence risk.

Resumen: Tradicionalmente, se ha asumido que la reincidencia delictiva entre las chicas podía predecirse y trabajarse a través de la generalización de los hallazgos encontrados en chicos o en muestras compuestas mayoritariamente por chicos. Ciertamente, las semejanzas entre chicas y chicos que delinquen y que reinci- den son notables, lo que ha llevado a considerar que la gestión del riesgo puede plantearse desde una perspectiva neutral en cuan- to al género. Sin embargo, también existen algunas diferencias, tanto en sus trayectorias como en los factores que las influyen, que deberían ser consideradas si, realmente, se busca una ade- cuada respuesta a sus necesidades. El objetivo de este trabajo es examinar las diferencias entre chicas y chicos en la valoración del riesgo de reincidencia con un instrumento neutro, el Manual de Valoración Estructurada de Riesgo de Violencia en Jóvenes (SAVRY), en una muestra compuesta por jóvenes cumpliendo medidas judiciales de internamiento en centros de reforma ubi- cados en las comunidades autónomas de Castilla- La Mancha y Cataluña (N = 179; 82,7% chicos). Los resultados muestran que, en la valoración final de riesgo de las chicas, los/as profesionales se guían por el instrumento y por los factores dinámicos que ha- bitualmente se asocian a la conducta violenta en chicos, y no por los factores más vinculados a la violencia en chicas como son los historiales de abuso o victimización y los comportamientos auto- lesivos. Se discuten los hallazgos y sus implicaciones.

Palabras clave: diferencias, evaluación estructurada, jóvenes, sexo, riesgo de violencia.

Contacto con las autoras: Raquel.Bartolome@uclm.es

Cómo citar este artículo: LEÓN, Carmen M.; BARTOLOMÉ, Raquel, “Valoración del riesgo de reincidencia en jóvenes in- fractoras: ¿Es el SAVRY un instrumento realmente neutro?”, en Boletín Criminológico, artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236)

Sumario: 1. Introducción. 2. Método. 2.1. Participantes. 2.2. Instrumento y medidas. 2.3. Estrategia analítica. 2.4. Procedimiento.

3. Resultados. 3.1. Diferencias entre chicos y chicas en la valora- ción final de riesgo. 3.2. Diferencias entre chicos y chicas en las subescalas SAVRY. 3.3. Correlaciones entre la valoración final del profesional y las subescalas SAVRY. 3.4. Diferencias entre chicos y chicas en los factores de riesgo. 3.5. Diferencias entre chicos y chicas en los factores de protección. 3.6. Subescalas asocia- das a la valoración final de riesgo de violencia. 3.7. Correlaciones entre la valoración final del profesional y la violencia previa con los ítems individuales que conforman el SAVRY. 4. Discusión.

5. Limitaciones. 6. Conclusiones. 7. Referencias.


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EDITA: Sección de Málaga del IAIC Edificio Institutos de Investigación, Universidad de Málaga.

Campus de Teatinos, 29071- Málaga

DIRECTORA: DEBORAH GARCÍA MAGNA COORDINADORA: PATRICIA SAN JUAN BELLO

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  1. Introducción


    En el ámbito de la Justicia Juvenil, reducir la reincidencia se ha convertido en un ob- jetivo primordial de las intervenciones. El modelo Riesgo-Necesidad-Responsividad (RNR) es el referente en el ámbito de la rehabilitación, ya que ha demostrado ser el más efectivo para este propósito (ANDREWS y otros, 1990; BONTA y ANDREWS, 2016; DOWDEN y ANDREWS, 2019). Este modelo plantea que solo cuando las intervenciones estén dirigidas a las necesidades criminógenas presentes en cada chica o chico tendrán éxito en la reducción de la reincidencia. Además, el modelo RNR defiende que la intensidad de las actuaciones sobre las necesidades criminógenas debe adaptarse a los niveles de riesgo de reincidencia (ANDREWS y DOWDEN, 2006). Por ello, es necesario llevar a cabo una adecuada valoración del riesgo de los/as menores que permita que las decisiones de los/as profesionales sean coherentes con las nece- sidades de cada menor y precisas con respecto a su nivel de riesgo (DEMBO y otros, 2024). Finalmente, la responsividad significa que se deben usar las estrategias que han demostrado ser no solo efectivas, sino adecuadas para las características de cada menor.


    La valoración del riesgo se remonta a la década de 1960 (BORUM, 2000). En su origen, la predicción de la violencia respondía a una visión marcadamente clínica y a una valoración no estructurada basada en la libre interpretación de la información del caso que el/la profesional realizaba sobre la peligrosidad del sujeto. En la actualidad, la valoración del riesgo ha experimentado un cambio profundo, llevándose a cabo me- diante instrumentos de evaluación estructurados basados en el conocimiento científico acerca de los factores de riesgo que mejor predicen la reincidencia. De este modo, estos instrumentos integran aquellos factores que han demostrado empíricamente predecir mejor la reincidencia.


    El SAVRY (Structured Assessment of Violence Risk in Youth) (BORUM y otros, 2003) es uno de los instrumentos estructurados más utilizados en el ámbito de la Justicia Juvenil a nivel internacional (KOH y otros, 2020). Desde su diseño y validación, son numerosos los trabajos que han demostrado su utilidad como herramienta de valoración del riesgo, tanto para predecir la reincidencia como para informar y orientar planes de intervención adecuados en poblaciones diversas (DEMBO y otros, 2024; HILTERMAN y otros, 2014; MANCHO, 2012; SCHMIDT y otros, 2010), si bien no puede obviarse que las

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    revisiones sistemáticas sobre el instrumento han mostrado que la variabilidad predicti- va del SAVRY es grande entre estudios (BARBONI y otros, 2023). A pesar de ello, el SAVRY fue el primer instrumento de valoración del riesgo validado en España y, desde entonces, se ha constatado su validez predictiva con jóvenes españoles (HILTERMAN y otros, 2014, 2016; ORTEGA-CAMPOS y otros, 2017, 2020).


    El SAVRY se presenta como un instrumento diseñado específicamente para valo- rar y gestionar el comportamiento violento y la reincidencia en jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años. Este instrumento se cimenta en un modelo ecológico de la delincuencia en el que los factores implicados están interrelacionados entre sí (BORUM y otros, 2020). De esta forma, se nutre del conocimiento científico sobre los factores de riesgo y de protección relacionados con la violencia y la delin- cuencia en jóvenes. Asimismo, de acuerdo con el modelo RNR, trata de responder a los objetivos prioritarios de la prevención y el tratamiento, de manera que ofrece información muy valiosa para asesorar a jueces/juezas, para la elaboración de planes individualizados de trabajo y para el seguimiento de los casos hasta la finalización de las medidas (MANCHO, 2012; MUIR y otros, 2020).


    Como la mayoría de los instrumentos de valoración del riesgo, el SAVRY se pre- senta como un instrumento neutro en cuanto al género. Es decir, siguiendo el modelo RNR, se asume que recoge los factores y experiencias más relevantes para predecir la reincidencia tanto en chicas como en chicos, sin que la estructura social de género in- troduzca variaciones entre grupos en cuanto a los factores que les influyen, su impacto o su valor terapéutico (BONTA y ANDREWS, 2016). Como muestra de ello, diversos estudios han puesto de manifiesto que la estructura factorial del SAVRY no varía entre chicas y chicos (DEMBO y otros, 2024), siendo su validez predictiva similar en ambos grupos (Barnes-Lee y otros, 2023; Li y otros, 2020; Muir y otros, 2020). Sin embargo, es una realidad que el escaso número de chicas que llegan al sistema de Justicia Juvenil ha favorecido que las investigaciones sobre el riesgo de reincidencia se hayan llevado a cabo fundamentalmente con muestras de chicos, o muestras mixtas, pero compuestas en su mayoría por chicos (BARNES-LEE Y PETKUS, 2023; BELISLE Y SALISBURY, 2021). Igualmente, son muy limitadas las investigaciones que han examinado las dife- rencias en el funcionamiento de los instrumentos de valoración y, específicamente del SAVRY, por sexo o que han analizado las trayectorias delictivas de chicas usando estos

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    instrumentos (HILTERMAN y otros, 2017; HILTERMAN y VALLÉS, 2007). Por ejemplo, en la revisión sistemática realizada por BARBONI y otros (2023), solo tres de los 13 estudios seleccionados proporcionaron datos desagregados de chicas. No es extraño, pues, que los resultados sobre la neutralidad del instrumento hayan sido gene- ralmente poco concluyentes; así, la revisión realizada por KOH y otros (2020) muestra que la variabilidad predictiva es mayor entre las chicas, lo que concuerda con que la capacidad predictiva del SAVRY haya resultado mejor en chicos en algunos trabajos previos (GOODWIN y otros, 2022; Schmidt y otros, 2010). Además, se ha observado que, entre las chicas, el riesgo alto de reincidencia está sobredimensionado (CHILDS y otros, 2022). En líneas similares, diversos estudios han puesto de manifiesto que las chicas puntúan más alto que los chicos en ciertos factores relacionados con intentos de autolesión o suicidio, exposición a la violencia en el hogar, separación temprana de los cuidadores, rechazo por los iguales y escasa habilidad de los padres para educar (GAMMELGARD y otros, 2012; LODEWIJKS y otros, 2008; SHEPERD y otros, 2013). Asimismo, HILTERMAN y colaboradores (2016) hallaron que las relaciones entre los factores que conforman el SAVRY difieren entre chicas y chicos, lo que su- giere que las trayectorias delictivas son distintas.


    Un aspecto que caracteriza particularmente al SAVRY es que, además de factores de riesgo, incluye una serie de factores de protección que se han relacionado con la delincuencia en jóvenes (CHILDS y otros, 2013). Esta característica del instrumento podría ser especialmente relevante para valorar el riesgo de reincidencia en chicas, pues- to que se ha planteado que su exposición diferencial a estos factores podría explicar sus menores tasas delictivas (ver Bartolomé y otros, 2009). Sin embargo, los resultados tampoco son concluyentes a este respecto, pues mientras que algunos estudios han en- contrado ligeras diferencias entre chicos y chicas en la exposición a los factores de pro- tección que favorecerían a las chicas (GAMMELGARD y otros, 2012; LODEWIJKs y otros, 2008), otros no han hallado esa exposición diferencial (PENNEY y otros, 2010; SHEPERD y otros, 2013) o han encontrado que son los chicos los que presentan una mayor exposición a estos factores (GOODWIN y otros, 2022).


    Todo lo señalado pone de relieve la importancia de conocer cómo funcionan los ins- trumentos de valoración del riesgo, y en concreto, por su uso ampliamente extendido, el SAVRY, en chicas y chicos de distintas poblaciones. Con el propósito de contribuir

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    a este ámbito de estudio, la presente investigación responde al objetivo de examinar las potenciales diferencias entre chicas y chicos en la valoración del riesgo de violen- cia SAVRY. Se espera que los hallazgos de este estudio arrojen evidencias sólidas que permitan concluir si este instrumento es realmente neutro en cuanto al género. Más concretamente, se pretende conocer:



  2. Método


    1. Participantes


      La muestra estuvo compuesta por 179 jóvenes con una medida judicial de internamien- to en centros cerrados ubicados en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Cataluña. La selección de los centros y de la muestra obedeció a un muestreo no probabilístico por conveniencia. De las personas participantes, el 82,7% fueron chicos y el 17,3% fueron chicas. Las edades estuvieron comprendidas entre los 14 y los 19 años, siendo la media de edad 16,6 años (DT = 1,19).


    2. Instrumento y Medidas


      El instrumento utilizado fue el Manual para la Valoración Estructurada de Riesgo de Violencia de Jóvenes (SAVRY, por sus siglas en inglés) (BORUM y otros, 2003), traducido y validado al español por VALLÉS y HILTERMAN (2007). Como se ha señalado, el SAVRY es un instrumento de valoración profesional estructurada diseñado

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      para valorar el riesgo de violencia en jóvenes con edades comprendidas entre 12 y 18 años. La herramienta consta de 30 ítems agrupados en dos ejes diferenciados: 24 ítems que evalúan factores de riesgo (y que se agrupan en históricos, sociales e individuales) y seis ítems que evalúan factores de protección. Los factores de riesgo se codifican según la severidad en una escala de tres niveles (i.e., alto, moderado y bajo), siguiendo un inventario claramente definido. Por su parte, los factores de protección se catego- rizan en presente o ausente. Considerando toda esta información y atendiendo a las circunstancias y particularidades del caso concreto, se emite una valoración final de riesgo de violencia (VFR) en una escala de tres valores: bajo, moderado y alto.


      Con fines de investigación, el SAVRY permite realizar un sumatorio de las valora- ciones en los factores de riesgo y de protección, obteniendo puntuaciones en cuatro subescalas: factores de riesgo históricos, factores de riesgo sociales, factores de riesgo individuales y factores de protección. Además, permite obtener una puntuación global en riesgo (PGR), que es el resultado del sumatorio de las tres subescalas de riesgo.


    3. Estrategia Analítica


      El procesamiento y tratamiento estadístico de los datos se llevó a cabo utilizando el programa estadístico IBM SPSS Statistics en su versión 26.0. En primer lugar, se realizaron análisis estadísticos descriptivos de todas las variables intervinientes en el estudio. Las potenciales diferencias entre chicos y chicas fueron examinadas mediante los estadísticos Chi-cuadrado de Pearson y U de Mann-Whitney, en función de las características de las variables. Posteriormente, se llevaron a cabo análisis de correla- ción desagregados por sexos con el propósito de examinar las potenciales asociaciones entre las variables intervinientes en el estudio. Dada la ausencia de normalidad de las variables, se empleó el coeficiente de correlación no paramétrico de Spearman (rho). También se llevaron a cabo análisis de regresión logística con el propósito de cono- cer los grupos de variables que se encuentran asociadas a la valoración final de riesgo emitida por los/as profesionales. Por último, se realizaron análisis de correlación (rho de Spearman), desagregados por sexo, entre la valoración final de riesgo de violencia emitida por los/as profesionales, así como la violencia previa, con los factores de riesgo y de protección que conforman el instrumento.


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    4. Procedimiento

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      La valoración del riesgo de reincidencia fue realizada por profesionales que trabaja- ban con los/as jóvenes que aceptaron participar en la investigación. La información necesaria para la cumplimentación del instrumento se extrajo tanto de los expedientes judiciales de los/as jóvenes como de entrevistas personales durante el periodo com- prendido entre junio de 2014 y octubre de 2015. Tanto los/as profesionales como el equipo de investigación que formó parte del proyecto recibieron formación sobre el SAVRY, y tenían a su disposición tanto el manual de la herramienta como una guía breve del procedimiento de valoración.


      El estudio cuenta con el informe favorable del Comité de Ética del Área de Salud de Albacete, y durante el desarrollo de la investigación se han garantizado tanto la voluntariedad de la participación como la confidencialidad en el uso de la información recabada.


  3. Resultados


    1. Diferencias entre Chicos y Chicas en la Valoración Final de Riesgo


      En la Figura 1 se presentan los porcentajes de chicos y chicas que fueron calificados como riesgo bajo, moderado y alto en la valoración final de riesgo de violencia emi- tida por los/as profesionales. Aproximadamente, la mitad de la muestra (50,8%) fue calificada como riesgo alto, siendo esta la categoría más predominante tanto en chicos como en chicas.


      Si se atiende a las diferencias entre grupos, se encuentra que no existieron diferencias significativas entre chicos y chicas en la valoración final de riesgo de violencia (X2 = 2,07; p = ,355), si bien se observa que las chicas fueron calificadas como riesgo bajo y riesgo alto con mayor frecuencia que los chicos, quienes fueron calificados más fre- cuentemente como riesgo moderado de violencia.

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      100%


      90%


      80%

      41,3%

      70%

      9,5%

      60%


      50%


      40%

      Riesgo alto Riesgo moderado

      Riesgo bajo

      30%

      33,5%

      5,0%

      20%


      10%

      2,8%

      7,8%

      0%

      Chicos

      Chicas

      Figura 1. Valoración Final de Riesgo de Violencia por Sexo



    2. Diferencias entre Chicos y Chicas en las Subescalas SAVRY


      En la Tabla 1 se recogen los descriptivos correspondientes a las cinco subescalas SAVRY desagregados por sexo. Como se muestra, no fueron halladas diferencias significativas entre chicos y chicas en ninguna de las subescalas. Sin embargo, se hallaron diferencias marginalmente significativas entre chicos y chicas en la subescala que evalúa los factores de riesgo históricos (U = 1.836,50; p = ,053). Concretamente, se encontró que las chicas puntuaban en torno a un punto más elevado (M = 10,84; DT = 3,87) que los chicos (M = 9,45; DT = 3,80).

      Tabla 1. Estadísticos Descriptivos de las Subescalas SAVRY por Sexo


      Subescala

      Sexo

      Chicos

      (n = 148) M (DT)


      Chicas

      (n = 31) M (DT)

      U de Mann-Whitney

      p

      Factores de riesgo históricos

      9,45 (3,80)

      10,84 (3,87)

      1.836,50

      ,053

      Factores de riesgo sociales

      6,93 (2,42)

      6,35 (2,73)

      2.010,50

      ,276

      Factores de riesgo individuales

      9,24 (3,90)

      8,84 (3,73)

      2.193,50

      ,660

      Factores de protección

      2,14 (1,82)

      2,23 (1,85)

      2.225,50

      ,471

      Escala global de riesgo

      25,63 (8,18)

      26,03 (8,10)

      2.237,50

      ,816

      M = Media; DT = Desviación Típica

      BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236) image Pág. 9


    3. Correlaciones entre la Valoración Final del Profesional y las Subescalas SAVRY


      Con la finalidad de examinar la relación entre la valoración final de riesgo emitida por los/as profesionales y las puntuaciones obtenidas en las subescalas que conforman el instrumento, se llevaron a cabo correlaciones de Spearman (rho). El propósito de estos análisis fue doble: por un lado, determinar si los/as profesionales basan su valo- ración final de riesgo en los ítems evaluados previamente y, por otro lado, conocer los grupos de factores más determinantes en la decisión final de riesgo emitida por los/ as profesionales.


      Los resultados desagregados por sexo se recogen en la Tabla 2. Como se muestra, tanto en el caso de los chicos (rho = ,65; p ,01) como en el de las chicas (rho = ,77; p ,01), existe una asociación fuerte y positiva entre la valoración final de riesgo emi- tida por el/la profesional y la escala global de riesgo, generada a partir del sumatorio de todos los factores de riesgo que conforman el SAVRY. Además, tanto para chicos como para chicas, los factores que presentan mayor relación con la valoración final de riesgo de violencia emitida por los/as profesionales son los factores individuales (véase Tabla 2). Los factores de protección, por su parte, presentan una correlación negativa con el resto de las variables y se asocian, especialmente, con los factores de riesgo individuales. Quiere destacarse también que la fuerza de la asociación entre los factores de protección y el resto de las subescalas SAVRY fue mayor en el caso de las chicas que en el de los chicos (véase Tabla 2).

      Tabla 2. Matriz de Correlaciones entre las Subescalas SAVRY por Sexo


      Escala

      1

      2

      3

      4

      5

      6

      1. Valoración final de riesgo

      1

      ,65**

      ,44**

      ,45**

      ,63**

      -,57**

      2. Escala global de riesgo

      ,77**

      1

      ,81**

      ,74**

      ,80**

      -,57**

      3. Factores de riesgo históricos

      ,53**

      ,78**

      1

      ,52**

      ,42**

      -,33**

      4. Factores de riesgo sociales

      ,53**

      ,73**

      ,45*

      1

      ,42**

      -,46**

      5. Factores de riesgo individuales

      ,63**

      ,79**

      ,38*

      ,44*

      1

      -,58**

      6. Factores de protección

      -,42*

      -,48*

      -,02

      -,45**

      -,59**

      1

      Nota: Los resultados correspondientes a los chicos se presentan por encima de la diagonal, mientras que los correspondientes a las chicas se representan por debajo de la diagonal.

      **p ≤ ,01; *p ≤ ,05

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    4. Diferencias Entre Chicos y Chicas en los Factores de Riesgo


      Una vez exploradas las diferencias entre chicos y chicas en las subescalas SAVRY, se analizaron las potenciales diferencias entre grupos en cada uno de los factores de riesgo que conforman el instrumento. En la Tabla 3 se presentan los porcentajes de chicos y chicas que fueron calificados como riesgo alto, moderado y bajo para cada uno de los factores de riesgo. Únicamente fueron halladas diferencias significativas entre los grupos en los ítems intentos de autolesión o suicidio anteriores (X2 = 19,20; p ,001), problemas de consumo de sustancias (X2 = 9,26; p = ,026), problemas con el manejo del enfado (X2 = 11,25; p = ,010) y problemas de concentración y/o hiperactividad (X2 = 14,68; p = ,002). Concretamente, la proporción de chicas que fueron calificadas como riesgo alto en el ítem intentos de autolesión o suicidio anteriores fue en torno a seis veces superior (29,0%) al porcentaje de chicos (6,8%). Los chicos, en comparación con las chicas, fueron calificados más frecuentemente como riesgo alto en el resto de los ítems donde fueron halladas diferencias significativas (véase Tabla 3).

      Tabla 3. Valoración en los Factores de Riesgo por Sexo


      Ítem

      Chicos

      image

      Bajo

      (n

      = 148)

      Mod.


      Alto

      Chicas

      Bajo

      (n

      =

      31)

      Mod.


      Alto

      X2

      Violencia previa

      18,9%

      23,6%

      57,4%

      12,9%

      22,6%

      64,5%

      0,75

      Historia de actos delictivos no

      28,4%

      24,3%

      47,3%

      29,0%

      35,5%

      35,5%

      2,01

      violentos








      Inicio temprano en la violencia

      31,8%

      35,1%

      33,1%

      35,5%

      41,9%

      22,6%

      1,34

      Seguimiento/Fracaso de

      27,7%

      25,0%

      47,3%

      16,1%

      16,1%

      67,7%

      4,30

      intervenciones anteriores








      Intentos de autolesión o suicidio

      79,7%

      12,8%

      6,8%

      45,2%

      25,8%

      29,0%

      19,20***

      anteriores








      Exposición a la violencia en el

      48,6%

      20,9%

      27,7%

      41,9%

      9,7%

      48,4%

      6,30

      hogar








      Historia de maltrato infantil

      56,8%

      16,9%

      19,6%

      54,8%

      19,4%

      25,8%

      2,68

      Delincuencia de padres o

      64,9%

      14,9%

      17,6%

      61,3%

      12,9%

      25,8%

      1,87

      cuidadores








      Separación temprana de los

      47,3%

      23,0%

      29,7%

      38,7%

      22,6%

      38,7%

      1,07

      cuidadores








      Bajo rendimiento escolar

      4,7%

      14,9%

      80,4%

      12,9%

      12,9%

      74,2%

      2,97

      Delincuencia en el grupo de iguales

      14,9%

      21,6%

      63,5%

      16,1%

      9,7%

      74,2%

      2,34

      Rechazo por los iguales

      71,6%

      18,9%

      9,5%

      64,5%

      29,0%

      6,5%

      1,71

      Estrés/Incapacidad para enfrentar

      11,5%

      40,5%

      48,0%

      16,1%

      29,0%

      54,8%

      1,57

      dificultades








      Escasa habilidad de los padres

      8,1%

      25,0%

      66,9%

      19,4%

      22,6%

      58,1%

      3,59

      para educar








      Falta de apoyo social de otros

      30,4%

      36,5%

      33,1%

      45,2%

      29,0%

      25,8%

      2,52

      adultos








      Entorno marginal

      31,1%

      29,1%

      39,9%

      48,4%

      25,8%

      25,8%

      3,70

      BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236) image Pág. 11


      Ítem

      Chicos

      image

      Bajo

      (n

      = 148)

      Mod.


      Alto

      Chicas

      Bajo

      (n

      =

      31)

      Mod.


      Alto

      X2

      Actitudes negativas

      16,2%

      43,9%

      39,9%

      12,9%

      48,4%

      38,7%

      0,30

      Asunción de riesgos e impulsividad

      14,2%

      39,9%

      45,9%

      16,1%

      25,8%

      54,8%

      6,62

      Problemas de consumo de

      27,7%

      16,9%

      55,4%

      25,8%

      32,3%

      38,7%

      9,26*

      sustancias








      Problemas con el manejo del

      15,5%

      43,2%

      41,2%

      6,5%

      48,4%

      38,7%

      11,25**

      enfado








      Bajo nivel de empatía y/o

      22,3%

      48,0%

      29,7%

      12,9%

      58,1%

      25,8%

      6,52

      remordimiento








      Problemas de concentración y/o

      46,6%

      31,1%

      22,3%

      74,2%

      19,4%

      3,2%

      14,68**

      hiperactividad








      Baja colaboración en las

      27,7%

      50,0%

      22,3%

      16,1%

      51,6%

      29,0%

      6,61

      intervenciones








      Bajo interés/compromiso escolar

      16,2%

      29,7%

      54,1%

      12,9%

      25,8%

      58,1%

      5,16

      o laboral








      ***p ≤ ,001; **p ≤ ,01; *p ≤ ,05


    5. Diferencias Entre Chicos y Chicas en los Factores de Protección


      Para examinar una posible exposición diferencial a los factores de protección entre chicos y chicas, se examinó su presencia en ambos grupos. Como se muestra en la Tabla 4, no fueron halladas diferencias significativas entre chicos y chicas en la exposición a los factores de protección incluidos en el SAVRY.

      Tabla 4. Presencia de Factores de Protección por Sexo



      Ítem


      Ausente

      Chicos (n = 148)

      Presente


      Ausente

      Chicas (n = 31)

      Presente


      X2

      Implicación prosocial

      78,4%

      21,6%

      77,4%

      22,6%

      0,01

      Apoyo social fuerte

      61,5%

      38,5%

      58,1%

      41,9%

      0,12

      Vínculos con adulto prosocial

      46,6%

      52,7%

      54,8%

      45,2%

      0,85

      Actitud positiva hacia

      50,0%

      50,0%

      45,2%

      54,8%

      0,24

      intervenciones y autoridad






      Fuerte compromiso con la

      72,3%

      27,7%

      64,5%

      35,5%

      0,75

      escuela o el trabajo






      Perseverancia como rasgo de

      77,0%

      23,0%

      77,4%

      22,6%

      0,00

      personalidad







    6. Subescalas Asociadas a la Valoración Final de Riesgo de Violencia


      Para profundizar en el conocimiento de los factores de riesgo y de protección que se encuentran asociados a la valoración final de riesgo emitida por los/as profesio- nales y que permiten discriminar entre jóvenes que son calificados/as como riesgo alto y riesgo bajo de violencia, se estimaron modelos de regresión logística. Para

      Pág. 12 image BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236)


      ello, se dicotomizó la variable dependiente valoración final de riesgo, de tal forma que un grupo estuvo formado por jóvenes calificados/as como riesgo bajo y mode- rado de violencia (49,2% de la muestra, n = 88) y otro grupo estuvo conformado por jóvenes con una valoración de riesgo alto de violencia (50,8% de la muestra, n = 91).


      Las variables se introdujeron en los modelos por bloques, de tal forma que se incluyó el sexo de los/as jóvenes (Modelo 1), los factores de riesgo agrupados en subescalas (Modelo 2) y los factores de protección (Modelo 3). En la Tabla 5 se presentan los resultados de los modelos de regresión logística que examinan la valoración final de riesgo de violencia emitida por los/as profesionales, incluidos los coeficientes de re- gresión no estandarizados (b), con sus correspondientes pruebas de significación (p), así como los coeficientes de regresión estandarizados (Beta).


      Como se muestra en la Tabla 5, dos variables resultaron significativas en todos los modelos: los factores de riesgo históricos y los factores de riesgo individuales. De manera concreta, los resultados muestran que cuanto mayor es la puntuación en los factores de riesgo históricos e individuales, mayor es la probabilidad de que los/as jóvenes sean evaluados como riesgo alto de violencia. Quiere señalarse que, mientras que los factores de riesgo sociales resultaron significativos en el Modelo 2, estos dejaron de ser significativos una vez que se introdujeron los factores de protección en el Modelo 3.


      A pesar de que el Modelo 3 explica un porcentaje elevado de la varianza en la valoración final de riesgo de violencia emitida por los/as profesionales, el poder explicativo del modelo aumentó significativamente cuando se introdujeron los factores de riesgo (R2 = ,546). La inclusión del sexo de los/as jóvenes (Modelo 1) y los factores de protección (Modelo 3) apenas aumentó el poder explicativo de los modelos (véase Tabla 5). Esto sugiere que estas variables tienen una contribución muy limitada en la explicación de la valoración final de riesgo emitida por los/as profesionales.

      BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236) image Pág. 13


      Tabla 5. Subescalas Asociadas a la Valoración Final de Riesgo de Violencia (Modelos de Regresión Logística)



      Variable

      Modelo 1

      b


      p

      Modelo 2

      b


      p

      Modelo 3

      b


      p


      Beta

      Sexo (Ref. Chica)

      0,19

      ,624

      0,34

      ,525

      0,29

      ,588

      1,45

      Factores de riesgo








      Históricos



      0,14

      ,026

      0,16

      ,018

      1,15

      Sociales



      0,21

      ,033

      0,17

      ,110

      1,23

      Individuales



      0,41

      ≤ ,001

      0,36

      ≤ ,001

      1,43

      Factores de protección





      -0,26

      ,072

      0,77

      R cuadrado de Nagelkerke

      ,002


      ,549


      ,564


      -

      N

      179


      179


      179


      -

      b = coeficiente de regresión no estandarizado; p = significancia bilateral asintótica; Beta = coeficiente de regresión estandarizado.


    7. Correlaciones entre la Valoración Final del Profesional y la Violencia Previa con los Ítems Individuales que Conforman el SAVRY


      En la Tabla 6 se presenta la matriz de correlaciones entre la valoración final de riesgo emitida por el/la profesional y la participación en violencia previa, con los factores de riesgo y de protección que conforman el SAVRY. El propósito de este análisis responde a la necesidad de examinar si los/as profesionales consideran en su valoración final de riesgo de violencia los factores que se encuentran asociados a la violencia previa en chicos y chicas o si, por el contrario, emiten sus valoraciones finales de riesgo basán- dose en otros ítems.


      Como se muestra, en el caso de los chicos, los/as profesionales emiten su valoración final de riesgo basándose principalmente en los factores de riesgo y de protección que se encuentran asociados con la violencia previa en chicos (véase Tabla 6). Sin embargo, en el caso de las chicas, es evidente que los/as profesionales evalúan en su valoración final de riesgo de violencia ítems diferentes a los que realmente se encuentran asociados a la violencia previa en chicas. Como muestra de ello, se encuentra que únicamente los factores de riesgo que se han considerado en la valoración final de riesgo de violencia que se encuentran asociados con la violencia previa en chicas son el seguimiento/fra- caso de intervenciones anteriores (rho = ,395; p = ,028) y los problemas de consumo de sustancias (rho = ,598; p ,01).

      Pág. 14 image BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236)


      Tabla 6. Matriz de Correlaciones entre la Valoración Final de Riesgo Emitida por el/la Profesional y la Violencia Previa con los Factores de Riesgo y de Protección SAVRY



      Ítem

      Chicos (n

      VFR

      = 148)

      Violencia

      Chicas (n

      VFR

      = 31)


      Violencia

      Valoración final de riesgo


      ,362**



      Violencia previa

      ,362**




      Historia de actos delictivos no violentos

      ,352**

      ,384**



      Inicio temprano en la violencia

      ,482**

      ,561**


      ,456**

      Seguimiento/Fracaso de intervenciones anteriores

      ,355**

      ,272**

      ,395*

      ,470**

      Intentos de autolesión o suicidio anteriores




      ,396*

      Exposición a la violencia en el hogar




      ,397*

      Historia de maltrato infantil





      Delincuencia de padres o cuidadores





      Separación temprana de los cuidadores

      ,196*




      Bajo rendimiento escolar

      ,306**

      ,188*



      Delincuencia en el grupo de iguales

      ,249**

      ,212**



      Rechazo por los iguales




      ,375*

      Estrés/Incapacidad para enfrentar dificultades

      ,395**

      ,264**

      ,652**


      Escasa habilidad de los padres para educar

      ,385**

      ,235**

      ,429*


      Falta de apoyo social de otros adultos

      ,254**

      ,211**

      ,475**


      Entorno marginal

      ,225**




      Actitudes negativas

      ,568**

      ,273**

      ,370*


      Asunción de riesgos e impulsividad

      ,428**

      ,365**

      ,771**


      Problemas de consumo de sustancias

      ,314**

      ,283**

      ,598**

      ,675**

      Problemas con el manejo del enfado

      ,445**

      ,389**



      Bajo nivel de empatía y/o remordimiento

      ,476**

      ,243**



      Problemas de concentración y/o hiperactividad

      ,298**

      ,227**



      Baja colaboración en las intervenciones

      ,460**


      ,384*


      Bajo interés/compromiso escolar o laboral

      ,465**


      ,604**


      Implicación prosocial

      -,438**


      -,355*


      Apoyo social fuerte

      -,343**




      Vínculos con adulto prosocial

      -,279**




      Actitud positiva hacia intervenciones y autoridad

      -,419**

      -,181*



      Fuerte compromiso con la escuela o el trabajo

      -,430**




      Perseverancia como rasgo de personalidad

      -,385**

      -,307**

      -,422*


      VFR = Valoración Final de Riesgo de Violencia

      **p ≤ ,01; *p ≤ ,05


  4. Discusión


    El presente trabajo tuvo como objetivo conocer el funcionamiento de la valoración del riesgo de reincidencia a través de un instrumento neutro, como es el SAVRY, en chicas y chicos cumpliendo medidas de internamiento en régimen cerrado en las Comunidades Autónomas de Castilla-La Mancha y Cataluña. A pesar del uso extendido de este ins- trumento, los estudios que analizan su funcionamiento por sexo son muy limitados, y

    BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236) image Pág. 15


    los resultados no son concluyentes sobre su validez y utilidad para ambos grupos. La importancia práctica de ampliar y consolidar el conocimiento acerca de los factores relacionados con la delincuencia y la reincidencia de las chicas radica, principalmente, en que solo con un buen conocimiento sobre estos factores se podrán proponer ac- tuaciones coherentes y ajustadas para su prevención y reducción.


    Los hallazgos de esta investigación muestran que el 50,8% de jóvenes fueron califi- cados como riesgo alto de violencia. Este resultado es coherente con la imposición de la medida de internamiento en régimen cerrado, ya que esta está reservada para aque- llos/as menores que han cometido infracciones más graves y/o que son reincidentes, siendo este un hallazgo sistemático encontrado tanto en las aproximaciones nacionales (JUSTA MESURA, 2014; MANCHO, 2012) como internacionales (GAMMELGÅRD y otros, 2012; LODEWIJKS y otros, 2008; SHEPERD y otros, 2013) con muestras de jóvenes institucionalizados. De hecho, tanto chicos como chicas muestran niveles altos en violencia previa e historia de actos delictivos no violentos (véase Tabla 3).


    Aunque no existen diferencias significativas entre chicas y chicos en la valoración final de riesgo de violencia, la proporción de chicas con valoración de riesgo alto es mayor que la de los chicos. Se considera que este es un hallazgo destacable, dado que está bien constatado que las chicas tienen tasas de reincidencia significativamente más bajas que los chicos (BLANCH y otros, 2023; PECHORRO y otros, 2023). La frecuencia con la que se ha encontrado este hallazgo ha llevado a plantear que tanto el SAVRY como otros instrumentos de valoración del riesgo neutros sobreestiman el riesgo alto de violencia en las chicas (BELISLE y SALISBURY, 2021; CHILDS y otros, 2014; HAMILTON y otros, 2023), lo que constituiría una mala praxis de acuerdo con el modelo RNR.


    Por lo que respecta a las puntuaciones medias obtenidas en las subescalas de riesgo y de protección, estas son similares a las encontradas en estudios previos con muestra de jóvenes en internamiento cerrado (MANCHO, 2012; SHERPERD y otros, 2013). Además, únicamente se hallaron diferencias marginalmente significativas entre chicas y chicos en la subescala de los factores de riesgo históricos. En este sentido, los resul- tados muestran que las chicas estarían únicamente más expuestas a factores vinculados con dificultades en el ámbito familiar, estrés y comportamientos autodestructivos, tal y

    Pág. 16 image BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236)


    como investigaciones previas que han utilizado este instrumento han puesto de relieve (GAMMELGARD y otros, 2012; LODEWIJKS y otros, 2008; SHEPERD y otros, 2013). Junto a estos hallazgos, los resultados indican que la presencia de factores de protección es similar en chicos y chicas, lo que coincide con los resultados encontrados por HILTERMAN y colaboradores (2015) en Cataluña y demuestra la baja presencia de factores de protección en ambos grupos.


    Otro de los objetivos de la presente investigación fue conocer la concordancia entre la valoración final emitida por el/la profesional y las valoraciones en las distintas subes- calas SAVRY. Esta concordancia fue muy alta tanto en el caso de los chicos como en el de las chicas, y la asociación más fuerte se observa con la puntuación global en riesgos. Tomados en conjunto, estos hallazgos ponen de manifiesto que el SAVRY, en efecto, parece facilitar a los/as profesionales la toma de decisiones sobre el nivel de riesgo de las/os menores al ofrecerles la posibilidad de hacer una lectura integrada y valorativa del caso concreto y sus circunstancias (BORUM y otros, 2003). Asimismo, el instrumento parece cumplir adecuadamente su función al primar, de acuerdo con el modelo RNR, los factores dinámicos frente a los estáticos, especialmente los factores de riesgo individuales.


    Por su parte, los resultados muestran que los factores protectores no aparecen en el modelo explicativo, lo que sugiere que podrían no cumplir su función, ya que parecen más el reverso de los factores de riesgo que verdaderos factores de protección indepen- dientes. De hecho, trabajos previos ya habían puesto de manifiesto que los factores de protección no influían en la valoración final de los/as profesionales (PENNEY y otros, 2010; SHEPERD y otros, 2013). El presente trabajo muestra que esto es especialmente cierto en el caso de las chicas, a pesar de que, como se ha señalado anteriormente, las chicas reinciden menos que los chicos. Por otra parte, en estudios previos realizados en España, se había observado tanto que los factores protectores no añadían validez incremental a las puntuaciones totales del SAVRY en la predicción de la reincidencia (HILTERMAN y otros, 2014), como que sí lo hacen (ORTEGA-CAMPOS y otros, 2017, 2020). Todo ello pone de manifiesto que, por un lado, es necesario realizar más investigaciones sobre los factores de protección y, por otro lado, que el uso de la infor- mación sobre los factores incluidos en los instrumentos de valoración de cara al diseño de las intervenciones debe realizarse con cautela (DICKENS y O’SHEA, 2018), lo que parece especialmente cierto en el caso de las chicas.

    BOLETÍN CRIMINOLÓGICO Artículo 14/2024_30AÑOS_BC (n.º 236) image Pág. 17


    Aunque con fines de investigación el uso de las subescalas SAVRY es común, los/as profesionales no las utilizan en la práctica clínica, sino que valoran los factores presentes en el instrumento. Además, de cara al diseño de los PIEM (Programa Individualizado de Ejecución de la Medida), deben atender aquellas necesidades concretas, ya que, de acuerdo con el modelo RNR, cuando las actuaciones están alineadas con las necesidades criminógenas, su eficacia es mayor (BONTA y ANDREWS, 2016). Por este motivo, interesaba conocer qué factores se asocian significativamente tanto con la violencia previa de chicas y chicos, como con la valoración que hacen los/as profesionales de su riesgo de reincidencia.


    Los resultados ofrecen una imagen bien diferente de la neutralidad del instrumento. En primer lugar, cabe destacar que los factores que se asocian a la violencia previa difieren entre chicas y chicos. En las chicas, el nivel de violencia previa se asocia a la edad de inicio temprana, las autolesiones/intentos de suicidio, la exposición a la violencia en el hogar, el rechazo entre iguales y, especialmente, al consumo de drogas. En los chicos, se asocia más a los factores de riesgo contextuales e individuales clásicos, como impulsividad, tener amigos delincuentes y un mal manejo del enfado, y a algunos de protección; pero no a autolesiones, violencia en el hogar ni rechazo entre iguales. Estos resultados son cohe- rentes con investigaciones epidemiológicas que ponen de manifiesto que más mujeres que hombres que han cometido violencia han sufrido experiencias adversas y traumáticas (BAGLIVIO y otros, 2014; SMITH y otros, 2006) y han llevado a cabo autolesiones e intentos de suicidio (Stephenson y otros, 2014). En el presente estudio, además, los in- tentos de suicidio y las autolesiones se relacionan fuertemente con el consumo de drogas. Todo ello es acorde con las investigaciones sobre trayectorias delictivas que muestran que ciertos eventos adversos, especialmente violencia familiar y abusos sexuales, impactan negativamente en el bienestar emocional de las chicas, condicionan sus relaciones afec- tivas y favorecen tanto el consumo de drogas como la conducta delictiva (BRENNAN y otros, 2012; DALY, 1992; WATTANAPORN y HOLTFRETER, 2014).


    En segundo lugar, los resultados muestran que los factores que se asocian a la va- loración de los/las profesionales concuerdan, en el caso de los chicos, con los que se asocian a su conducta violenta previa y, además, se toman en consideración factores educativos y de protección. En cambio, los factores que se asocian a la valoración de las chicas no concuerdan apenas con aquellos que se asocian a su conducta violenta.

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    Así, no parecen tener efecto sobre la valoración emitida por los/as profesionales las autolesiones ni las experiencias adversas previas, y toman protagonismo factores como el estrés y la impulsividad; por su parte, solo la perseverancia, que es también un factor individual, parece ser valorado por su efecto protector. Sí que se asocia con fuerza a la valoración del riesgo el consumo de drogas en chicas, con acierto, pues la investigación sobre reincidencia ha puesto de manifiesto que es un factor especialmente importante en ellas (ANDREWS y otros, 2011).


    Trabajos previos ya habían señalado que los ítems sobre autolesiones y experiencias adversas funcionan diferencialmente, y que sería necesario mejorarlos para aprehender adecuadamente su impacto en chicas y chicos (LI y otros, 2023). Más allá de esto, se considera que el presente trabajo indica que, al seguir adecuadamente las indicaciones del manual, los/as profesionales podrían estar sobreestimando el impacto de ciertos factores individuales en las chicas, como la impulsividad, sin tomar en consideración el conjunto de sus trayectorias, marcadas por experiencias adversas y malestar emocional. La adversidad y las manifestaciones previas de malestar emocional quedan en segundo plano para los/as profesionales, quizá por haber sido calificados como “estáticos”, es decir, no modificables, en el SAVRY. Compartimos con BARTOLOMÉ (2021) que, aunque las experiencias adversas previas no pueden cambiarse, los daños derivados de esas experiencias no pueden considerarse estáticos, sino que tienen un impacto en el presente de las mujeres que debería ser tomado en consideración. En este sentido, se viene demandando al modelo RNR cambios en relación con la consideración del trau- ma en el trabajo correccional con mujeres y hombres. Por una parte, el trauma puede ser relevante en la valoración del riesgo porque guarda profundas relaciones con las necesidades criminógenas consideradas dinámicas, hasta el punto de ser considerado un mecanismo etiológico subyacente de esas necesidades (véase FRITZON y otros, 2021). Por otra parte, trabajar el trauma facilita la vinculación con las intervenciones y mejoran el progreso durante las mismas (BAGLIVIO y otros, 2021), lo que sería acorde con el principio de responsividad. El presente trabajo indica que no atender el trauma afectará especialmente a la valoración de las chicas que cumplen medidas de internamiento. Si los/as profesionales aplican adecuadamente los principios del modelo RNR, la valoración que reciben las chicas, que sobreestima el riesgo alto y las necesi- dades individuales, y subestima las necesidades relacionadas las experiencias adversas y con el trauma, se traducirá en intervenciones menos coherentes y responsivas para ellas.

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    Estos resultados son novedosos y de sumo interés, pues muestran la necesidad de plantear el debate en España sobre la neutralidad de la valoración del riesgo y, en conjunto, de la atención a las menores que cumplen medidas judiciales, como ya se viene haciendo en el ámbito penitenciario (QUIROGA-CARRILLO y otros, 2024). Esto no implica necesariamente que se deban desarrollar nuevas herramientas de evaluación de riesgos específicas para las chicas o desestimar el modelo RNR. Existe evidencia de que los principios RNR funcionan bien con chicas (ANDREWS y DOWDEN, 2006; DOWDEN y ANDREWS, 1999), la cuestión que se plantea es si la perspectiva neutra que subyace a la valoración y al conjunto del modelo permite atender a las necesidades y trayectorias de buena parte de las chicas. No debemos olvidar que, en los metaanálisis que han servido de aval empírico al modelo, no se incluyeron estudios que valoraran el impacto de la victimización previa ni programas sensibles al género (DOWDEN y ANDREWS, 1999). Lo que sí implica, en nuestra opinión, es que los instrumentos (y el modelo RNR) deben ser revisados a la luz de la evidencia sobre necesidades criminógenas y trayectorias delictivas diferenciales. En esta línea, se ha sugerido que el SAVRY debería ofrecer información sobre los efectos concretos de los factores en chicas y chicos; de esta manera, sería más fácil para los/ as profesionales decidir qué factores son más relevantes en cada caso, interpretar las diferencias específicas entre chicas y chicos y ajustar, en consecuencia, las estrategias de reducción de riesgos (HILTERMAN y otros, 2016). Además, este instrumento debería incluir necesidades específicas, como hacen los instrumentos denominados sensibles al género (PUSCH y HOLTFRETER, 2018). Finalmente, sería necesario introducir factores protectores que hayan demostrado ser relevantes para las chicas, pues incluir factores de protección o potencialidades, podría ayudar a reducir el pesi- mismo o la visión negativa del profesional que lleva a cabo la valoración, mejoraría la validez predictiva del instrumento y ofrecería información necesaria para el diseño de intervenciones exitosas para el desistimiento (BARNES-LEE y CAMPBELL, 2020; BARNES-LEE y PETKUS, 2023b).


    Por otra parte, un elemento trascendental tanto de la evaluación como de la in- tervención con menores que cumplen medidas judiciales son los/las profesionales. Desafortunadamente, no existe información en España sobre cómo las cuestiones de género les afectan en su trabajo, que es un tema que necesita de mayor atención por parte de la investigación criminológica. En ocasiones, se ha señalado que las diferencias

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    observadas en el funcionamiento de los instrumentos de valoración pueden deberse a sesgos de género en quienes evalúan (SCHWALBE, 2008). En todo caso, es cierto que cada vez se demanda más que los/as profesionales conozcan la investigación específica sobre mujeres que delinquen y sean capaces de manejar los instrumentos y diseñar las intervenciones atendiendo a las diferencias identificadas entre mujeres y hombres (HILTERMAN y otros, 2016; PECHORRO y otros, 2023). Más allá de conocer y atender esas diferencias, la criminología feminista defiende que la implementación de la perspectiva de género, que se pone de manifiesto en esas diferencias, pero implica preguntarse por las relaciones de poder que subyacen en ellas, favorecería una com- prensión más profunda e integral de las trayectorias delictivas de cualquier persona, y un marco reflexivo útil para diseñar estrategias y actuaciones que impulsen y sostengan el proceso de desistimiento (BARTOLOMÉ, 2021).


  5. Limitaciones


    A pesar de su contribución a este ámbito de estudio, la presente investigación adolece de una serie de limitaciones. La primera de ellas hace referencia a la muestra, que ha sido extraída únicamente de las Comunidades Autónomas de Castilla- La Mancha y Cataluña, lo que dificulta la generalización de los resultados. Asimismo, el tamaño de la muestra de chicas fue notablemente inferior al tamaño de la muestra de chicos. Si bien esta disparidad no es más que un reflejo de la distribución por sexo de la población inmersa en el sistema de Justicia Juvenil en España, ciertamente supone una limitación importante para la estimación de los modelos de regresión, ya que no permite estimar- los de manera separada para chicos y chicas.


    Otra limitación hace referencia a la aplicación del instrumento, y más concretamen- te, a la necesidad de colaboración de los/as técnicos dedicados a la atención de los/as menores para su aplicación, lo que dificultó la recopilación de los datos. Además, no se pudo contar con la valoración de un segundo profesional para poder contrastar la fiabilidad interjueces. Sin embargo, la mayor limitación deriva de no disponer de datos de seguimiento, lo que permitiría un mejor conocimiento de la validez predictiva del instrumento y de los cambios que suceden en los/as jóvenes durante el cumplimiento de la medida.


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  6. Conclusiones

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    El presente estudio arroja resultados novedosos sobre las diferencias entre chicas y chi- cos en la valoración del riesgo de violencia en jóvenes en el contexto español. Como se ha puesto de manifiesto, conocer los factores concretos asociados a los comportamien- tos violentos resulta especialmente útil para anticipar el riesgo de que se produzcan, y poder prevenirlos e intervenir sobre ellos de maneras más eficaces.


    Los hallazgos de esta investigación muestran la potencialidad de ciertos factores para comprender la conducta violenta de las chicas. Además, son coherentes con las evi- dencias previas sobre la conducta antisocial de las jóvenes infractoras. En este sentido, y como se desprende de los hallazgos de esta investigación, la violencia en las chicas parece estar más asociada a experiencias adversas caracterizadas por la victimización y las relaciones disfuncionales, lo que a su vez se vincula a manifestaciones interiorizadas de malestar emocional, como son los intentos de autolesión y suicidio y el consumo de drogas. Esta, sin duda, es una de las contribuciones más significativas del presente estudio, pues sugiere que las chicas presentan trayectorias delictivas que se iniciarían y/o mantendrían por factores distintos que los chicos.


    En cuanto a la neutralidad del instrumento, los hallazgos muestran que los factores que tienen un mayor impacto sobre la estimación del riesgo son similares en chicas y chicos, a pesar de que, como se ha señalado, los factores que se asocian a la conducta violenta son distintos. Es decir, el instrumento se diseñó y se aplica de forma neutra, lo que invisibiliza y obvia las necesidades más salientes en las chicas; además, se sobre- estima el riesgo alto y las necesidades individuales, lo que podría afectar a la coherencia y adecuación de las intervenciones. Por tanto, estamos ante un instrumento con un importante sesgo de género.


    Para finalizar, quiere señalarse que, aun siendo una sólida contribución al ámbito de la evaluación del riesgo de violencia de los/as jóvenes infractores, el SAVRY adolece de una mejor identificación de los factores de protección, especialmente en el caso de las chicas, lo que permitiría adecuar el PIEM elaborando objetivos y articulando la intervención en función de los mismos.

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Financiación

Este trabajo forma parte del proyecto titulado “Un estudio comparativo del VRAIG y el SAVRY: validez predictiva e incremental”, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (PSI2011-29704-C03-02). El presente artículo ha sido posible gracias al apoyo de dos becas de iniciación a la investigación para estudiantes de másteres univer- sitarios oficiales, cofinanciadas por el Fondo Social Europeo a cargo de la Universidad de Castilla- La Mancha.