Quiles Albero, David (2022), Hacia un nuevo orden europeo. Las relaciones entre Madrid y Venecia en el contexto de la guerra de Candia, Editorial Mediterránea, Palermo, 332 págs. ISBN: 978-88-5509-361-3
A pesar de que las relaciones ítalo-españolas han sido una constante dentro de los estudios modernistas, como bien ha demostrado David Quiles Albero, siempre quedan temas pendientes sobre los que se debe profundizar o renovar aplicando nuevas perspectivas y teorías ya consolidadas durante las últimas décadas. A ello se ha entregado el investigador al adentrarse en las complicadas aguas del Mediterráneo a propósito de la guerra de Creta o Candía en la que se enfrentaron la República veneciana y el Imperio otomano con sus respectivos aliados durante el siglo XVII. La política de alianzas internacionales y, en concreto, las relaciones hispano-venecianas son el objeto principal de análisis de esta investigación.
La obra está dividida en cinco grandes capítulos que, de manera cronológica, explican la evolución de las relaciones diplomáticas hispano-venecianas atendiendo al contexto internacional europeo. En el primero de ellos se resumen de manera excepcional los casi ciento cincuenta años que discurren entre los albores del siglo XVI y el inicio de la guerra de Candía marcados, entre otros conflictos, por las guerras de Italia y la guerra de los Treinta Años. Este último conflicto, no resuelto hasta la firma de la Paz de Westfalia en 1648, marcaría en buena medida la política internacional de todas las potencias europeas. Como se explica en el segundo capítulo, a pesar del inicio de las hostilidades entre el imperio otomano y la república de san Marcos, hasta que no cesó el conflicto entre las potencias europeas y, especialmente, entre Francia y la monarquía hispánica, no se pudieron tejer alianzas fuertes y efectivas.
Los capítulos centrales están dedicados al desarrollo de la guerra de Candía atendiendo, de manera especial, a las distintas contribuciones realizadas por la monarquía hispánica y el resto de las potencias católicas. A fin de cuentas, Venecia trató de recabar apoyos basándose en la retórica de la lucha contra el infiel que, de algún modo, debía llevar a la unión de todos los estados católicos. En ese sentido, resulta especialmente significativo el papel del pontífice que también es analizado junto con los intentos de crear una nueva Liga Santa que, finalmente, fracasan. También lo hacen las aspiraciones venecianas que rinden Candía el 6 de septiembre de 1669 a pesar de la ayuda naval española en la última fase del conflicto.
La obra se complementa con un excelente apartado de anexo documental en el que se pueden encontrar transcripciones procedentes del Archivo Histórico Nacional o del Archivo di Stato di Venezia. De hecho, las fuentes consultadas en las que se apoya el autor abarcan una variedad nada desdeñable de archivos españoles, italianos y franceses. Ello le ha permitido poder elaborar una detallada lista sobre los embajadores y residentes venecianos en Madrid, Milán y Nápoles que precede al amplio apartado de bibliografía con la que cierra el estudio.
La guerra de Candía supuso la constatación de una nueva realidad tras la firma de la Paz de Westfalia en 1648, de ahí la importancia del análisis de las relaciones hispano-venecianas dentro del contexto internacional. La república de Venecia y la monarquía de Felipe IV pasaron de una enemistad manifiesta en su lucha por la hegemonía en Italia a una amistad forzada por las circunstancias y derivada de un nuevo contexto internacional en el que el papel predominante que habían tenido hasta la fecha, especialmente la monarquía hispánica, había acabado por diluirse. Sin embargo, más allá de la retórica y de políticas internacionales que hoy se analizan como un todo, muchas de las decisiones, alianzas y pequeños conflictos fueron desarrollados desde un plano casi personal en el que la actuación de los embajadores y enviados resultó clave. A fin de cuentas, como concluye Quiles Albero, «los embajadores constituyeron la piedra angular de las relaciones diplomáticas durante el seiscientos. En muchas ocasiones, al margen de la estrategia tejida desde su metrópoli». Y es, precisamente, la atención a las diferencias surgidas entre el juego diplomático hispano-veneciano establecido por las potencias y el llevado a cabo por los individuos, una de las razones que convierten a esta obra en imprescindible para comprender el nuevo orden europeo surgido a mediados del siglo XVII.
M.ª Teresa Ávila Martínez
Universidad de Alicante