Villena Jurado, José (2020), Málaga por el Rey don Felipe, nuestro señor, tercero de este nombre (1598-1621), Promotora Cultural Malagueña, Málaga, 827 págs. ISBN: 978-84-18453-05-2

Dentro del marco cronológico aceptado para la Edad Moderna, la ciudad de Málaga ha gozado de cuantiosos estudios de diferente signo y contenido, firmados por una nómina de autores muy destacados. En un panorama donde son preeminentes las investigaciones cuyo objeto y vertiente trascienden hasta la esfera nacional o, en su defecto, proliferan excelsas monografías con calado y vocación municipal, enfocadas sobre todo en etapas de mayor esplendor y gloria, es evidente que aún existen periodos de tiempo a normalizar y penetrar en la jurisdicción malacitana. Es en esta disyuntiva donde la ambiciosa investigación que a continuación presentamos, amén de necesaria, posee su acomodo y sentido.

El libro que reseñamos, fruto de una tesis doctoral reorientada hacia un público no tan especializado, se titula Málaga por el Rey don Felipe, nuestro señor, tercero de este nombre (1598-1621). Este trabajo, cuya naturaleza asume un amplio espectro temático, se apoya en un compendio bibliográfico y documental inconmensurable, y retrata con exquisitez la ciudad de Málaga y la sociedad malacitana de finales del siglo XVI y las primeras décadas del XVII, a raíz de la muerte de Felipe II y la proclamación del nuevo monarca Felipe III. La propuesta de análisis nos sitúa de lleno en los quehaceres de los órganos de gobierno y el poder municipal, en los avatares fiscales y las vicisitudes políticas, sociales y culturales, acaecidas en esta época, tan heterogéneas y de indudable interés histórico. Frente a axiomas clásicos que oscilan entre la grandeza de una centuria y la decadencia de otra, el autor pone en tela de juicio ciertos dogmas que aún perviven en la memoria colectiva, sin perder la oportunidad de arrojar luz sobre la figura de uno de los reyes que integran los denominados y a veces denostados Austrias menores.

Son once los capítulos que vertebran la obra y sobrevienen a un prefacio en el que adquieren protagonismo el prólogo y la introducción, que ya de inicio instituyen una verdadera declaración de intenciones, en tanto en ellos son descritos el trasfondo y el desarrollo de la investigación, y se acentúan los objetivos, junto a las aclaraciones que el autor propone oportunamente al lector, con independencia de que esté versado o no en el mundo académico. Los dos primeros capítulos, dedicados a la situación de Málaga en la estructura político-administrativa estatal y a la configuración física de la urbe, sirven para contextualizar al público, de un lado, en el entramado de la Monarquía Hispánica, tanto el encaje del núcleo malacitano en el reino de Granada como en la corona de Castilla, a través de un breve repaso a la historia de la España moderna; de otro, se esbozan las particularidades cartográficas, urbanísticas y arquitectónicas de la ciudad, acompañadas de un suculento material gráfico, así como de las villas y lugares de la jurisdicción y las comunicaciones terrestres.

El cuerpo central del texto, en cuyas líneas se materializa el propósito de esta investigación, queda orquestado por los capítulos restantes del libro, donde sobresale el inagotable y generoso despliegue de documentación original efectuado, por supuesto, tras miles de horas de prospección archivística. Las coordenadas de la redacción apuntan ahora hacia la idiosincrasia de la población, los elementos sociales y económicos o a las pródigas figuras de autoridad u órganos de gobierno de la época. De esta manera, en el tercer capítulo, el autor acomete la tarea de ahondar en cuestiones demográficas y económicas, detallando las estructuras sociales, los modos de vida y el sustento de los colectivos que integran los estamentos. En este punto ganan significación las minorías y los marginados sociales, con especial atención a las realidades que afectan a pobres, esclavos, gitanos y prostitutas. En el apartado económico se plantean unos presupuestos preliminares, con carácter de esbozo, que giran en torno a la agricultura, la ganadería y la pesca; y también a la industria derivada de la transformación de productos originarios de actividades primarias, el sector servicios o la gestión tributaria.

Los tres capítulos siguientes son de gran riqueza, por cuanto el autor se detiene en las complejidades inherentes a las actuaciones de gobierno encarnadas por el cabildo municipal, ejercicio que se plasma en su más vasta extensión al atender a ordenanzas y procedimientos administrativos, y en las autoridades (corregidor, alcalde mayor, alguacil mayor, etc.) dependientes directamente de la Corona. Es más, se sigue escrutando la dimensión económica del municipio y la jurisdicción, gracias a un examen exhaustivo y escrupuloso en extremo de la fiscalidad toda, las rentas, el servicio de millones, la hacienda local o incluso los oficiales económicos. Esta parte del estudio concluye con un análisis dilatado de algo tan excesivamente polifacético como son las interrelaciones de naturaleza política y administrativa entre el concejo municipal y la Corona, los consejos reales o la Real Audiencia y Chancillería de Granada. El autor no se conforma con este modelo de observación, sino que discurre más allá y establece conexiones, valgan como ejemplo las comerciales, entre Málaga y otras ciudades, así como con villas de la propia jurisdicción. La concomitancia de instituciones y entidades sirve de acceso y proemio para ilustrar la siempre sugestiva convivencia entre los órganos municipales y las casas nobiliarias o las autoridades eclesiásticas, todo ello acompañado de un incesante uso de las fuentes primarias.

Los capítulos finales del libro nos remiten a la gestión ejercida desde la gobernación local, pero bajo diferentes prismas y directrices de acción en contextos muy específicos. Uno de los mismos refiere a la defensa del reino, entendiendo el área de estudio como una de las plazas clave para la salvaguardia del sur peninsular e inapelable lugar de arraigo de industrias bélicas y abastecimientos. Otro de los hitos tratados con sumo rigor versa sobre el papel que tuvo la ciudad en la expulsión de los moriscos tras el decreto de 1609. A su vez, en un capítulo sobre la salud, la beneficencia y la educación, el autor enfatiza la gestión que de la peste bubónica se hizo desde la ciudad a partir del año 1599. Con idéntico proceder, son apreciables los esfuerzos por acercarnos al patrimonio inmaterial de la Málaga del momento, sección que expresa las cualidades y rasgos de la cultura popular y las tipologías de fiestas religiosas y conmemoraciones, si bien aún existe margen para dar cabida al tema de la seguridad y la paz pública en relación a las celebraciones locales. No menos importante es el undécimo capítulo, dirigido al estudio de los suministros, es decir, al análisis en su más amplia extensión del sustento material y las necesidades de la población. Culmina la obra en virtud a unas conclusiones en las que se hilvana el conjunto de materias esgrimidas, ardua tarea intelectual en nuestra humilde opinión la de unificar con brillantez dicha amalgama histórica a través de una exposición sintética y accesible. De seguro, al igual que el propio libro, la parte dedicada al desglose de las fuentes se erigirá en un esqueleto documental y bibliográfico para estudios venideros.

Por último, es ineludible subrayar que las aportaciones de José Villena Jurado al ámbito de la historiografía malagueña son meritorias, no solo por consagrar su tesis doctoral a este espacio geográfico y jurisdiccional en el escenario temporal que comprende el reinado de Felipe III, sino por sus variadas contribuciones académicas incardinadas en el corregimiento de Málaga durante la Edad Moderna. Por tanto, estamos ante una obra avalada por una suficiencia investigadora sobresaliente y un corpus documental muy rico además de prolijo, que junto a la elocuente exposición que nos brinda el autor, eleva este texto a categoría de experiencia estimulante para cualquier amante que se precie de la historia, constituyendo una aproximación imprescindible a la compleja realidad, de por sí poliédrica y quizá no lo suficientemente abordada, de la Málaga de los tiempos de Felipe III. Es por ello que, al principio, para referirnos a esta investigación, empleáramos el término ambiciosa. Su predisposición a aglutinar tantas capas y matices del mundo cotidiano, factores que en la actualidad no se estilan demasiado en el terreno académico, hacen de este libro una lectura obligada, a la par que referencia inexcusable para investigaciones futuras.

Manuel Onieva Tarifa

Universidad de Málaga