Barrera, Begoña (2019), La Sección Femenina, 1934-1977. Historia de una tutela emocional, Alianza Editorial, Madrid. 546 págs. ISBN: 978-84-9181-706-2

En un conocido artículo de 1993, Rosario Sánchez López se refería a la Sección Femenina como una «institución en busca de investigador»1. Desde entonces, son muchas las investigadoras que se han ocupado de la organización falangista y que han buceado en infinidad de aspectos concretos o en su andadura a nivel local o provincial2. Sin embargo, aunque la abundancia de trabajos pudiera dar cierta sensación de saturación o de agotamiento del tema, lo cierto es que, sobre todo, se ha analizado su implantación en las primeras décadas del franquismo. En cambio, su evolución, adaptación y relación con las circunstancias socioculturales de los años sesenta y setenta es menos conocida3. El libro de Begoña Barrera, La Sección Femenina, 1934-1977. Historia de una tutela emocional, publicado en 2019 por Alianza Editorial, viene a cubrir este vacío. Y lo hace, además, desde una perspectiva historiográfica innovadora, a la luz de las nuevas herramientas metodológicas y enfoques teóricos a nuestra disposición. Por ello, se trata de un hito renovador en la extensa bibliografía sobre la Sección Femenina y que aporta nuevas claves interpretativas al estudio de la longeva rama de FET-JONS.

La Sección Femenina, 1934-1977. Historia de una tutela emocional es una adaptación de la tesis doctoral presentada por Begoña Barrera en 2019 en la Universidad de Sevilla. Por tanto, es fruto de una meticulosa y exhaustiva labor de documentación a lo largo de varios años y que resulta de interés tanto desde el punto de vista de la historia política e intelectual, como del análisis sociocultural. El libro explora la historia de la organización falangista desde su fundación en 1934 hasta su desaparición en 1977, abarcando cuestiones que tienen que ver con su funcionamiento institucional, pero también otras relativas a su discurso de género y, lo que constituye una de sus aportaciones más novedosas, a la construcción de un modelo afectivo. Por tanto, no solo se centra en analizar el modelo de feminidad impulsado por las falangistas, con todas sus conocidas ambivalencias referidas al paradójico «ideal de la mujer falangista»4, sino también la fabricación de un determinado estilo emocional.

Así, la autora parte de la imbricación entre el género y las emociones como dos elementos que se informan mutuamente. Se basa en propuestas teóricas provenientes de la historia de las emociones, como los emotives y los «estilos emocionales» de William Reddy o las «comunidades emocionales» de Barbara Rosenwein. A ello añade perspectivas propias de la teoría de género, la tradición foucaultiana y los estudios de la memoria. De ese modo, Barrera se sirve de influencias diversas para examinar el discurso de la Sección Femenina. Además, también presta atención a la forma en la que las falangistas dotaron de significado a su propia misión histórica, conforme atravesaron los periodos de la Segunda República, la guerra civil, la posguerra, los cambios derivados de la consolidación política de la dictadura y la nueva situación internacional en el marco de la guerra fría, las transformaciones socioculturales del desarrollismo y la transición a la democracia. Todo sin olvidar que, tras la desaparición de la Sección Femenina, sus antiguas militantes trataron de controlar el relato que se construyó sobre ellas y que se les escapaba de las manos en un contexto de emergencia de investigaciones feministas sobre el pasado reciente.

Para estudiar el ideal de género y emocional construido por las falangistas, el libro pone en el centro del análisis a la Regiduría de Prensa y Propaganda, destacando su relevancia como la «médula discursiva» de la Sección Femenina. Esta era la encargada de producir y canalizar el discurso y la doctrina oficial que se trasmitía a la población a través de la diversidad de canales, centros, instituciones, escuelas, publicaciones y medios de los que se sirvió para hacer llegar su mensaje a las españolas. Entre las fuentes utilizadas para reconstruir esta historia destaca la ingente documentación generada por la propia organización, depositada en el Archivo General de la Administración y en la Real Academia de la Historia, así como sus publicaciones periódicas, que pueden consultarse en la Biblioteca Nacional de España o en la Hemeroteca Municipal de Madrid.

El libro se divide en dos partes, con un total de nueve capítulos, una introducción y un balance final. En la primera parte, titulada La formación de las españolas: más allá de la propaganda, describe la estructura y evolución política de la Sección Femenina, lo que nos ayuda a comprender el contexto en el que surgió, las luchas internas y estrategias de las falangistas para obtener cotas de poder en un mundo masculino y, más tarde, sus esfuerzos para adaptarse a una sociedad en la que eran cada vez más irrelevantes. Desde el capítulo 3 aborda el estudio de su servicio de prensa y propaganda, encargado de emitir las consignas políticas. Igualmente, analiza la creación de los principales medios de expresión de la organización y que sirvieron para fabricar y difundir sus mensajes: sus distintas revistas (Y, Consigna, Medina, Ventanal, Bazar o Teresa) y la editorial Almena, sin olvidar el uso que hizo de la prensa, la radio, el cine y los actos propagandísticos.

Los cinco capítulos que forman la segunda parte del trabajo, titulada Saber, aprender y sufrir la diferencia, adoptan una perspectiva más cultural y atienden a la dimensión simbólica del discurso de la Sección Femenina. Por tanto, este apartado explora los significados que la organización atribuyó a la feminidad y su objetivo de controlar los destinos, definir las expectativas y gobernar las experiencias de las españolas. Ello lo hizo a través de lo que la autora denomina «dispositivo formativo», que abarca las instituciones, los discursos y las prácticas de la organización. Las falangistas produjeron un estilo emocional caracterizado por la alegría, el sacrificio o la austeridad. Además, a pesar de su insistencia en la domesticidad como elemento central de la feminidad, también hicieron grandes esfuerzos por dirigirse a las estudiantes y a las trabajadoras asalariadas, en un afán de controlar a todas las mujeres y de apropiarse de cualquier cambio social o legal relativo a la población femenina. Al mismo tiempo, el libro examina las formas en las que esta rama de FET-JONS se enfrentó a las transformaciones del desarrollismo y de la Transición, a la emergencia de la sociedad de consumo, a la popularización de nuevos modelos de feminidad, a la «revolución sexual» y al surgimiento del feminismo.

En definitiva, el libro de Begoña Barrera no es solo el estudio más completo y actualizado sobre la Sección Femenina hasta la fecha, sino que también arroja luz sobre aspectos menos conocidos de la organización, así como sobre el panorama cultural y los ideales de género del desarrollismo y el tardofranquismo. Se trata, pues, de un libro de referencia para quienes se acercan a la Sección Femenina en particular, pero también, en general, para quienes estudian la cultura política falangista, los ideales de género en el franquismo, la posición social de las mujeres en la España del siglo XX y las transformaciones culturales que caracterizaron la consolidación, desarrollo y ocaso de la dictadura.

Mónica García Fernández

Universidad del País Vasco

1. Sánchez López, Rosario (1993), «Sección Femenina, una institución en busca de investigador. Análisis crítico de la bibliografía disponible», Historia Social, 17, pp. 141-154.

2. Un reciente balance historiográfico en Begoña Barrera (2020), «La Sección Femenina en perspectiva. Historias y otros relatos sobre las mujeres de Falange», Historia Contemporánea, 62, pp. 265-295.

3. Hay algunas excepciones, entre las que podemos destacar el trabajo de Sofía Rodríguez López (2010), El patio de la cárcel. La Sección Femenina de FET-JONS en Almería (1937-1977), Centro de Estudios Andaluces, Sevilla. Este estudio también resulta de gran interés desde el punto de vista de la evolución de la organización en los últimos años del franquismo.

4. Barrachina, Marie-Aline (1991), «Ideal de la Mujer Falangista. Ideal Falangista de la Mujer», en Las mujeres y la guerra civil española, Instituto de la Mujer, Madrid, pp. 211-217.