Ibañez Tarín, Margarita (2020), Los Gaos. El sueño republicano. Historia de una familia de la burguesía ilustrada fracturada por la guerra civil en Valencia, Publicacions de la Universitat de Valencia, Valencia, 268 págs. ISBN: 978-84-9134-544-2
El apellido ‘Gaos’ no nos es desconocido, tampoco podríamos considerarlo como un rara avis en el ámbito de la investigación, principalmente aquella de naturaleza filosófica, histórica, intelectual o literaria. Sin embargo, la obra publicada por la historiadora Dra. Ibáñez Tarín, “Los Gaos. El sueño republicano. Historia de una familia de la burguesía ilustrada fracturada por la guerra civil en Valencia”, es un estudio completamente original, que contribuye al conocimiento de los “indisolubles silencios” de esta familia marcadamente antifranquista. Publicada en el convulso 2020, es fruto de la beca de investigación «Habló como un Hombre» que le fue concedida en el año 2018 por la Fundación Max Aub.
Rompiendo con el modelo de biografía tradicional y participando de su reciente valoración historiográfica, con una mirada dinámica, Ibáñez Tarín reconstruye y analiza la trayectoria familiar y el conjunto de trayectorias vitales de los y las Gaos, dando relevancia al impacto que supuso la guerra civil. En este sentido, la familia y sus miembros no son comprendidos únicamente como individuos sino como seres sociales, consolidándose como claves de conocimiento de las transformaciones políticas, culturales e intelectuales del período comprendido entre la II República y la dictadura franquista. La ruptura, el desgarro y la disrupción vital y profesional de todas ellas a raíz del conflicto bélico, y a consecuencia de la propia significación política e intelectual que adquirieron los Gaos en tiempos anteriores al golpe de Estado, nos permite comprender la morfología de su devenir. El escenario familiar tiene como punto de partida el matrimonio entre Josefa González-Pola, la primera de las figuras femeninas de esta obra, marcadamente tradicional y de religiosidad católica, y José Gaos Berea, siendo este último el auténtico protagonista de las influencias sobre la familia, especialmente tras su traslado a tierras valencianas, las cuales parecían aunar las condiciones idóneas para avivar a este hombre de leyes, «polémico y humanista», laico y, posteriormente, partícipe del conjunto de intelectuales que optaron por el activo aliadófilo en tiempos de la primera Guerra Mundial. Entre 1900 y 1921, nacieron nueve hijos e hijas Gaos González-Pola: José, Carlos, Maruja, Alejandro, Ángel, Ignacio, Vicente, Fernando y Lola. La presencia variable de cada uno de ellos y cada una de ellas en la obra queda determinada por su propia trayectoria vital, elemento del que deja constancia Aznar Soler en su prólogo a la obra.
Superada la etapa marcada por las instituciones docentes, la autora nos hace partícipes, a través de la reproducción de las reflexiones, los proyectos y las amistades de los hermanos, de la vitalidad que experimentaron los Gaos en tiempos republicanos, especialmente los mayores José y Carlos Gaos, vigorizados por el conjunto de elementos esenciales que vertebraron la expresión intelectual y de sociabilidad cultural de la época. Movimientos como las exposiciones y los congresos, la Junta para Ampliación de Estudios, las tertulias en cafés, teatros, música y, por supuesto, su participación en revistas y publicaciones. En este sentido, la obra conecta con la expresión vitalista de las redes culturales y literarias que transmitió Santos Juliá en su historia intelectual de las dos Españas, para el que lanzar o participar en una revista era una forma de presencia, de “hacerse presente en el debate público”. Revistas como Nueva Cultura, Revista de Occidente, Verdad, Claridad o La Voz de Valencia forman parte de esta investigación, enriqueciendo su perspectiva. No solo se expone el desarrollo de una juventud literaria, ya fuera a través del verso o la prosa, sino también de unas figuras, como la del propio Alejandro y Ángel Gaos, de imbricación y reivindicación política progresista y democrática. En este sentido, la pluralidad política (Partido Socialista, Partido Comunista e Izquierda Republicana) nos introducen de lleno en la naturaleza antifascista de los Gaos. Y su permanencia a lo largo del tiempo en este antifascismo, y especialmente antifranquismo, consolidan al relato como un capítulo necesario para la comprensión de la historia del antifranquismo, como la desarrollada por Abdón Mateos.
Desde el punto de vista de las trayectorias individuales, en el caso del padre de ellos y ellas, José Gaos Berea, en este estudio podemos conocer el desconcierto y el miedo a las represalias como motor de acción del exilio a Francia junto a uno de sus hijos, particularmente a Perpiñán. La delicadeza, una nota común de este libro, nos permite conocer a través de su muerte (1939) uno de los testimonios más desgarradores de la fractura. El análisis que aplica Ibáñez Tarín nos permite comprender una auténtica “autopsia emocional” (expresión de Jordi Gracia) que llevó a cabo Gaos Berea. El elemento de reflexión, autoreflexión y toma de conciencia de sus circunstancias históricas guarda en la obra un peso muy concreto. Elemento que toma presencia desde la propia edición del estudio mediante la acertada elección de cada uno de los títulos de sus trece capítulos, los cuales son “pensamientos, ocurrencias, observaciones o reflexiones” del mayor de los hermanos, el filósofo José Gaos, así como del poeta Vicente Gaos y el escritor Max Aub. En este sentido, junto con el análisis metodológico de documentación procedente de centros documentales y archivos históricos inevitables para el estudio de este período histórico (Archivo General de la Administración, Centro Documental de la Memoria Histórica, Arch. Histórico General de Defensa o el Arch. del Partido Comunista), así como el archivo personal de Alejandro Gaos (Madrid), el de la Fundación Max Aub y el Archivo de Valencia, los estudios literarios, las novelas contemporáneas y coetáneas, son claves principales en la comprensión global del análisis. Especialmente destaca El Mundo de Ayer de Stefan Zweig. Concretamente, las reflexiones en torno a la vida, a la guerra civil europea, el fenómeno del exilio y la experiencia exílica de Zweig se encuentran presentes a lo largo de toda la investigación, dotando de una dimensión internacional a un estudio que, por su condición geográfica, podríamos comprenderla en el ámbito local o nacional y, tras la fractura, su disgregación hacia el marco francés y mexicano. Esta perspectiva queda coaligada a través de la propia comprensión transnacional de determinados fenómenos históricos, más allá de los puramente políticos, conectando con tesis fundamentales como la defendida por Julián Casanova. De otro lado, a través de un conjunto de entrevistas con los y las testigos de las trayectorias de los hermanos, realiza un ejercicio de recuperación y defensa de la memoria histórica, como podemos conocer en los estudios de Vega Sombría, evidenciando la riqueza de aunar las fuentes documentales y los testimonios orales.
El prisma de trayectorias que abre el conflicto bélico nos introduce en diversos derroteros, ya fuera hacia el exilio, en el caso no solo del padre, sino también de los hijos como José, Carlos, Ángel, previo paso por Francia hasta 1947, o Fernando. Poder observar una visión de conjunto de las experiencias exílicas, que guardan la particularidad de origen compartiendo un parentesco común y de diversas especialidades profesionales, contribuye a la ardua labor de romper con la visión monolítica del exilio. Una de las más conocidas es la del filósofo catedrático José Gaos, cuyas reflexiones sobre su autopercepción en el exilio lo llevaron a acuñar el término ‘transterrado’, un concepto discutido desde su aparición pero que, finalmente, forma parte del conjunto conceptual necesario para comprender el fenómeno del exilio republicano, llegando a formar parte del título de una de las primeras obras que lo analiza de la mano de Patricia Fagen (Ciudadanos y transterrados, 1973). El examen de Ibáñez Tarín nos permite comprender a José Gaos en el seno de la intelectualidad liberal que reacciona y reflexiona ante el devenir político y lo que se esperaba de la II República, muy cercano a los postulados defendidos por la Alianza por la Defensa de la República. Es de mérito la observancia de la autora y la forma en la que retrotrae las reflexiones sobre la “impaciencia histórica” de algunos intelectuales que conecta con los estudios de Trapiello, J. Gracia, o incluso, con J. C. Mainer. Por otro lado, el esfuerzo por plasmar los recorridos hacia el exilio, nos ha permitido comprender las conexiones geográficas que mantienen los hermanos Gaos con otros y otras intelectuales coetáneas. Zonas fronterizas del noroeste peninsular como Perpiñán, Le Boulou, donde la grabadora, miliciana y esposa de Ángel Gaos, Rosa Ballester, marchó hacia México junto a su hermano Josep Renau y otros familiares tras el auxilio de Picasso en Toulosse, o Port Bou, lugar donde Carlos Gaos cruzaría la frontera junto con su familia. Entran en sintonía con las investigaciones sobre estas mismas trayectorias de Mercè Ibarz y Carme Arnau, sobre el exilio de Mercè Rodoreda, Marta Pessarrodona en torno al exilio intelectual de las escritoras catalanas, e incluso con las propias memorias de Antoni Rovira i Virgili.
De forma particular, las figuras de Ángel y Alejandro Gaos aúnan dos trayectorias que nos permiten conocer los procesos de violencia, represión y condena, así como las acciones culturales antifranquistas paralelas, que se experimentaron en Valencia a partir de 1937. Cabría añadir que estos elementos son analizados en alto grado dada la amplia especialización de la propia autora, elemento que consigue transmitir e, incluso, abrir nuevos caminos a la investigación de la historia cultural en tiempos de guerra. A través del análisis de este proceso de represión, la autora examina la importancia de los pliegos de cargos y descargos, así como la importancia de las denuncias, acusaciones y delaciones falsas como elemento de refuerzo de los “lazos con la Dictadura”: «el recurso a la complicidad e implicación del ciudadano». Este examen consigue poner sobre la palestra un elemento de análisis social determinante para conocer el desarrollo de un gran número de procedimientos de represión. Ángel y Alejandro Gaos experimentaron la llegada del ejército franquista a Valencia, conscientes de su implicación con la República. Por su parte, Alejandro Gaos, que había sido capitán del Ejército Popular de la República, fue detenido y encarcelado en la cárcel Modelo desde septiembre a noviembre de 1939, momento en que se celebró su juicio sumarísimo. Para Ángel Gaos, como comunista y antifascista, colaborador asiduo de la prensa liberal y la Alianza de Intelectuales, así como participante en la defensa de Madrid, la llegada de los soldados franquistas del Cuerpo del Ejército de Galicia a Valencia, significó el inicio de su particular proceso represivo. Tras su paso por campos de concentración, fue condenado a muerte en la cárcel Modelo de Valencia. Es de especial interés el análisis comparativo que establece la obra, evidenciando la falsedad de determinadas acusaciones, las cuales aunaban retazos de vida de todos sus hermanos. Finalmente, Alejandro conseguiría reunir numerosos avales de altos cargos del régimen franquista, accediendo así a la conmutación de su pena. De forma particular, la conmutación de la sentencia de condena a muerte de Ángel Gaos se produce principalmente gracias a las influencias y la solicitud de su madre, Josefa González-Pola, en una petición de indulto a Franco, así como los escritos del arzobispo de Valencia, poetas y ensayistas como Laín Entralgo. Siendo Ángel Gaos «uno de los últimos presos políticos» que consigue la libertad condicional en 1946, es especialmente destacable de qué manera la fractura, entendida aquí como el punto de arranque de la marcada inflexión nacionalcatólica del Estado, marcaría la experiencia de Ángel Gaos. La capacidad de mostrar este proceso es uno de los elementos que consagran el alto valor de esta investigación.
También el insilio y el exilio interior quedan patentes en esta obra, a través fundamentalmente de la figura de Alejandro Gaos, llegando a recordarnos en su desarrollo al reciente estudio de Inmaculada de la Fuente sobre la figura de María Moliner. Su permanencia en España como Gaos, intelectual y poeta lo llevó a experimentar «la terrible soledad del intelectual español» (expresión que recupera Ibáñez Tarín de Max Aub), consolidándose como un espejo de las emociones de melancolía y «esperanzas cansadas».
A su vez, la puesta en valor de los escritos, ya fueran como denuncias, acusaciones o como peticiones, nos permiten comprender a las mujeres que en su investigación rescata Margarita Ibáñez. Mujeres que podríamos considerar contrarias o contrapuestas, destacando dos de ellas por su relevancia. Por un lado, Josefa González-Pola, marcada por su religiosidad católica y pensamiento tradicional, la cual no adquiere protagonismo de forma anterior a la guerra. Esto se explica por la propia fractura experimentada por los modelos de familia. Como deja patente la obra dirigida por Chacón y Bestard sobre la historia de las familias (2011), especialmente las aportaciones de la historiadora Nash, durante la república la familia continuó siendo la institución social por excelencia, al igual que en el franquismo, sin embargo, frente a la pretendida modernización desarrollada por la legislación republicana, la ideología familiar franquista se centró en los principios de la doctrina social católica. Este rasgo distintivo marcaría profundamente a los Gaos. La naturaleza social católica del modelo familiar de ideología franquista que se inicia con la dictadura, Josefa González-Pola adquiere protagonismo y la capacidad de llegar a influenciar de manera determinante en la conmutación de la pena de su hijo Ángel Gaos. De nuevo, este fenómeno es producto de la fractura. La segunda de las mujeres es la menor de las hijas, la actriz Lola Gaos, cuya impronta es incluso patrimonio cinematográfico y artístico de las actuales generaciones. Un valiente e inteligente perfil que de forma perseverante lucha por consolidar su trayectoria profesional como actriz, a pesar del terrible peso que conllevaba apellidarse Gaos en la España franquista, como bien deja patente la historiadora.
Por ello, en conclusión, el libro “Los Gaos. El sueño republicano. Historia de una familia de la burguesía ilustrada fracturada por la guerra civil en Valencia” viene a contribuir de forma fundamental al estudio de la historia cultural e intelectual de la ‘historia larga de la cultura en España’, de forma concreta, a la crisis del pensamiento liberal y al conocimiento de los procesos de represión y exilio del republicanismo y el antifascismo español. Por su brillante redacción, por su óptima metodología y sus reflexiones, así como por el esfuerzo que desarrolla por la recuperación de la memoria democrática, esta investigación se consolida como una referencia obligada para estudiar y conocer la historia contemporánea de España.
Lucía Reigal Fernández
Universidad de Málaga