Lo que popularmente conocemos como “España vaciada” es ese término que se ha acuñado a esa parte de la población que reside en pequeños municipios y pueblos a lo largo de nuestro territorio nacional y que, desgraciadamente, sufren cada vez más una acelerada despoblación. ¿Pero esta es consecuencia de la “España vaciada” o la “España vaciada” es consecuencia de una falta de recursos y servicios que propicia esa despoblación?
Precisamente esta monografía dirigida por las profesoras Rodríguez Escanciano y Álvarez Cuesta (Universidad de León) y que cuenta con un elenco de prestigiosos autores procura ofertar un abanico de soluciones partiendo de una base que asegure la sostenibilidad medioambiental, social y económica de estos territorios.
Ya en el apartado introductorio, a cargo de D. Tomás Quintana López (Procurador del Común de Castilla y León y Catedrático de Derecho Administrativo) se advierten algunos de los problemas que, sin solución de continuidad, siguen presentes hoy en día. En concreto, destaca que el progreso de emigración interior y del territorio rural no es algo que haya surgido de manera repentina, sino que ya a finales del S.XX se manifestaba, pero no era considerado como un problema, sino todo lo contrario, bien visto desde las instituciones y, para más inri, agravado con la inclusión de España en el nuevo marco europeo. También se destaca la dispersión de la población española, así como la falta de servicios públicos de calidad, con especial hincapié en los servicios sociosanitarios que cobran especial relevancia en territorios enormemente empobrecidos como consecuencia de la fuga de jóvenes. Por último, recalca la necesidad de implementar servicios tecnológicos y digitalizar territorios especialmente anticuados en este aspecto —en España, por desgracia, en pleno 2021 existen municipios sin acceso a una red de internet o a cobertura para teléfonos móviles—, pues esto supondría un gran aliciente en una era especialmente tecnológica —circunstancia más notable a raíz de la pandemia causada por el COVID-19—.
Sobre esta temática inicial versan los primeros capítulos de la monografía que corren a cargo de los excelentes autores D. Dionisio Fernández De Gatta Sánchez, D. Miguel Ángel González Iglesias, Dª. Ana Belén Casares Marcos y Dª. Mª Ángeles González Bustos.
Como ya se advertía en el epígrafe introductorio, uno de los problemas que ha ocasionado la despoblación rural en España ha sido el de la estructura de la administración local, es decir, la distribución poblacional y excesivamente municipal de nuestro Estado. Un aumento progresivo de las competencias, funciones y obligaciones municipales, unido a un régimen estático y agravado tras la crisis iniciada sobre el año 2007 han hecho de esta organización un ente previsible y homogéneo.
Si a esta vía de sentido único la unimos unos servicios públicos escasos o, según el caso, nulos, tendríamos una combinación perfecta para concluir el desastre. Así, cobra especial importante el asociacionismo municipal en figuras tales como consorcios, mancomunidades u otras fórmulas, así como planes de cooperación o desarrollo asociado que permitan integrar en cierta medida esa imagen dispersa que proyecta España.
Este segundo conjunto de temas es una rigurosa obra en palabras de la estimada profesora Susana Rodríguez Escanciano, Dª Beatriz Agra Viforcos, D. Diego Megino Fernández y Dª María de los Reyes Martínez Barroso.
Como ya se ha comentado, el primer grupo poblacional que no duda en abandonar su lugar de residencia es el de los jóvenes. Evidentemente, su motivación es la de cursar sus estudios superiores, la falta de otros grados de formación alternativos (formación profesional, cursos de formación públicos, etc.), la escasez de empleo o las dificultades de emprendimiento en zonas escasas en recursos y población receptora del producto o servicio. Este conjunto de problemas invita a los más jóvenes a abandonar sus hogares de forma cada vez más precoz, haciendo que los territorios que dejan vayan envejeciendo exponencialmente.
Con esta mayoría de población en edad avanzada parece claro que, para atraer nueva población que reviva estos territorios, se deben cuidar y conservar la ya existente. Así, no es raro pensar que los principales servicios públicos a cubrir llevan la nota de salud enormemente aparejada. El cierre de consultorios locales y el centralismo rampante hacen que, en zonas con infraestructuras escasas, transportes nada modernizados y escasez de recursos la posibilidad de desplazarse rápida y eficazmente sea una quimera. La distancia es, por lo tanto, un término realmente gravoso.
Es por ello por lo que en esta monografía se proponen soluciones de todo tipo, desde el servicio de ayuda a domicilio al apoyo mediante teleasistencia. Claro está, que no se debe descuidar la atención presencial y cercana, pero si además se refuerza con otros medios el avance será mayor. Sin embargo, volviendo a rememorar problemas ya citados, es harto complicado ofrecer un servicio de teleasistencia adecuado con unos servicios tecnológicos y de telecomunicaciones claramente atrasado. Al final unos problemas son consecuencias de los otros y viceversa.
Sobre conciliación familiar y atrasos digitales en el mundo rural la obra cuenta con la prestigiosa opinión de las autoras Dª. Natalia Ordóñez Pascua, Dª. Cristina González Vidales y Dª. Lidia García Martín.
La tarea de conciliación familiar es un tema pendiente en cualquier tipo de población, pero más si cabe en el mundo rural donde, fruto de otro tipo de males que dificultan enormemente la empleabilidad y sus formas, se ve sensiblemente agravado dicho fenómeno. Evidentemente, como no podía ser de otra forma, es el género femenino el que más soporta este daño, en tanto en cuanto las poblaciones rurales —como tantas otras— pecan de un sector agrario, ganadero y otro tipo de labores eminentemente masculinizadas, lo que dificulta la incorporación al trabajo de la mujer. De hecho, su participación mayoritaria es mediante sistemas ajenos a la laboralidad común, mediante un trabajo informal en el que se percibe una remuneración sin haber un vínculo contractual o, de no ser así, intervendrán mediante emprendimiento y autoempleo, fórmula que en el S.XXI está cobrando mayor importancia.
Este trabajo tan imperfecto se une a problemas como la falta de servicios públicos y/o privados que juegan un papel positivo en lo que a conciliación se refiere, tales como guarderías, ludotecas u otros. De hecho, estas actividades sí están al alcance de la población residente en grandes municipios o ciudades que, unido a trabajos más formales y reglados, ayudan a una conciliación que, aún así, sigue siendo mejorable.
Por último, la brecha digital es quizás el gran escollo de estos territorios, pero en este manual no se hace referencia exclusivamente a cuestiones ya mencionadas tales como internet o servicios telefónicos, sino que avances propios de la civilización urbanizada como las relaciones telemáticas con la Administración suponen un déficit o agravio comparativo en estos territorios, en tanto en cuanto la población ya se ha explicado que está sensiblemente envejecida y sus conocimientos tecnológicos son limitados, por lo que se les puede llevar a privar de una serie de derechos o llegar a hacer incumplir una serie de deberes por una brecha digital que no deja indiferente a nadie en los pueblos.
La voz especializada en turismo rural como vía para el progreso de estos territorios la ponen los estimados D. Roberto Fernández Fernández y Dª. Ana María Castro Franco.
Que el sector turístico representa una porción muy elevada de la economía española no se le escapa a nadie, y lo que según como se mire puede ser un problema por la falta de alternativas quizás para los territorios rurales pueda ser una buena oportunidad. Y es que el aprovechamiento paisajístico, natural, gastronómico y de la biodiversidad existente en estos territorios hacen de estos activos muy importantes para competir turísticamente.
Sin embargo, el hecho de poseer todos estos nichos de negocio significa que han de cuidarse y protegerse, fomentando un turismo seguro y comprometido con el cuidado de estos territorios que se base en principios como los de sostenibilidad y racionabilidad.
Cierto es que la pandemia causada por el COVID-19 ha sido devastadora para todo un sector turístico que ha repercutido de manera notable en las arcas públicas y privadas españolas y, consecuentemente, también ha afectado a territorios rurales, aunque en menor medida al ser alternativas menos concurridas y masificadas que han sido preferencias a la hora de elegir sus destinos por los viajeros.
El reciente doctor D. Francisco Xabiere Gómez García es quien pone la voz experta en lo que a la posición de la empresa en el mundo rural se refiere con un punto de vista claramente centrado en el progreso y la innovación. Junto a él, D. Rodrigo Tascón López es quien expresamente desarrolla la idea de las empresas de inserción y el abanico de posibilidades que abren a estos territorios. Son los profesores D. José Gustavo Quirós Hidalgo y Dª. Henar Álvarez Cuesta quienes explican el papel de los centros especiales de empleo y las cooperativas agrarias, respectivamente. Finalmente. D. Juan José Fernández Domínguez y Dª. Patricia Prieto Padín son las voces autorizadas para poner el broche final a una excelente obra cerrando la misma con el último capítulo dedicado a conversar acerca de buenas prácticas en el fomento de la economía social y el trabajo autónomo en las zonas rurales.
Parece automático pensar que poblaciones no urbanizadas, sin recursos, alejadas de las civilizaciones que colman el mundo empresarial, tecnológico y la innovación vayan a tener oportunidad de dar alcance a estos. Pero, nada más lejos de la realidad, estos espacios pueden ser los óptimos para determinados progresos que en las ciudades y grandes urbes no se pueden desarrollar, tales como proyectos ambientales, relacionados con la biodiversidad y el ecosistema, los espacios verdes y otras características que en el plano físico separan el mundo rural del mundo urbano. En definitiva, lo que a veces se ve como un imposible, si se mira con otra perspectiva puede estar lleno de oportunidades.
A la inversa, también el mundo rural necesita del mundo urbano para su desarrollo en planos como los transportes, las infraestructuras y otros servicios ya comentados. Uno al que no se ha hecho referencia es el de las empresas de inserción, mediante las cuales se pueden proporcionar muchas de estas actividades a estos territorios y que estos lo devuelvan en forma de progreso, innovación y productividad.
Evidentemente, una vez más se debe hacer referencia a las personas con capacidades modificas y a su inserción laboral, por lo que el análisis de los centros especiales de empleo también cobran importancia en esta monografía por lo relevante de su papel en el mundo rural en función de lo ya explicado.
También, por lo específico del trabajo agrario y ganadero en los pueblos, hay que hacer especial hincapié en este sector y en sus modelos mercantiles y laborales, con figuras tales como las cooperativas agrarias y de trabajo asociado, así como el trabajo autónomo del campo y la ganadería.
En definitiva, el mundo rural es un espacio lleno de oportunidades, de personas muy válidas con ganas de progresar, emprender y trabajar, un lugar con unas cualidades físicas y medioambientales no al alcance de cualquier otro y con unos recursos muy interesantes por explotar de forma sostenible.
Todos los medios aquí expuestos pasan por la acción de las instituciones y la apuesta definitiva por el desarrollo de estos territorios, luchando contra la despoblación y el centralismo. Dotar de infraestructuras y servicios públicos quizás sea el primer paso y el más costoso, pero es la manera de sentar unas bases que hagan que la gente no deba mirar fuera de sus límites territoriales para encontrar oportunidades a la vez que concilian una vida unas comodidades similares a las de las personas que residen en las urbes.