ROSAURA GUTIÉRREZ VALERIO
Instituto Superior Formación Docente Salomé Ureña, República Dominicana.
rosaura.valerio@isfodosu.edu.do
VERÓNICA VIRGILIO
Corporación Escuchar, Chile.
virgilio.veronica@gmail.com
NAHDY MORENO
Corporación Escuchar, Chile.
nahdym2014@gmail.com
CARLA MARURI TORRES
Colectivo Círculo de Mujeres, Ecuador.
carlitamaruri@gmail.com
RESUMEN:
El presente estudio responde de forma directa a la búsqueda docente de herramientas pedagógicas innovadoras, de enseñanza y aprendizaje, vinculadas al desarrollo consciente del ser humano. Este direccionamiento admitió la implementación de la Terapia Comunitaria Integrativa Sistémica (TCI) y sus Ruedas Vinculantes en el Recinto "Urania Montás". La intención principal fue elevar la calidad de la formación docente, a través de la construcción y fortalecimiento del sí mismo, y de vínculos solidarios y saludables en estudiantes y docentes.
El uso de esta herramienta y la riqueza de su metodología, permitió el registro de datos cualitativos y cuantitativos, sostenidos, que permitieron identificar situaciones y emociones limitantes para el desarrollo humano y profesional de los participantes; a su vez se registraron experiencias y estrategias resilientes que refuerzan ambos componentes del objetivo del proyecto. Se realizaron 45 Ruedas Vinculantes con la asistencia de 188 personas. Los resultados de su aplicación indican que el 75% (141 casos) señalaron malestares relacionados a situaciones de estrés, conflictos en general y familiares, discriminación y violencia. Las emociones registradas fluctúan entre las familias del miedo (39%), rabia (36%), tristeza (22%), culpa y desconfianza (3%). En consonancia con su metodología, las Ruedas Vinculantes afloran la posibilidad de compartir estrategias y experiencias resilientes; es así que, de las 110 estrategias compartidas, 61% apuntan a la construcción y fortalecimiento del sí mismo; 21%, a la construcción de vínculos solidarios y saludables, 5% a ambos, y 13% a otros. La consonancia de la aplicación de la herramienta con los objetivos del proyecto y resultados del mismo, vislumbran la Terapia Comunitaria como un aporte innovador para la formación docente.PALABRAS CLAVE: Educación humanista, calidad educativa, relación estudiante-maestro, entrenamiento de sensibilidad, comunicación interpersonal, grupos de ayuda social.
ABSTRACT:
Innovative pedagogical tools on university campus Urania Montás, San Juan de la Maguana, Dominican Republic
This study responds directly to the pedagogical need to find innovative tools for teaching and learning, directed to the conscious development of the human being. This objective has led to the activation of a Systemic Integrative Community Therapy (TCI) and its circles, named ruedas vinculantes, in the "Urania Montás" Campus. The main aim has been to raising the quality of teacher training, through the strengthening of the very self, and the construction of solidarity and healthy connections within and between students and teachers.
The use of these tools and the rich methodology behind them has supported the collection of qualitative and quantitative data, which allowed identifying situations and emotions that were constraining the human and professional development of participants; in turn, experiences and resilient strategies were recorded; all this contributing to both components of the project objective.KEYWORDS: Humanist education, education quality, student-teacher relationship, sensible training, interpersonal communication, social binding meeting.
1. Introducción
La formación profesional de nuevos docentes, y la cualificación posterior de su desempeño, implica, inicialmente, la revisión consciente de la formación académica y humana que los mismos reciben durante su preparación, y aquello que se espera de ellos en su ejercicio profesional. El análisis minucioso de este proceso permite reflexionar sobre aquello que plantean Garrido y Arnaiz Sánchez (2010), “Nuestra sociedad debe establecer planteamientos educativos orientados a la gestión de la convivencia pacífica, desarrollando procesos que construyan interacciones positivas, contribuyendo a la construcción de ambientes pacíficos en nuestros centros, aspecto que es un gran reto” (p. 4). Si bien es cierto que la afirmación final de los autores, en muchos casos, supera las realidades y posibilidades de los distintos países latinoamericanos; a su vez se entiende que, el cumplimiento de este cometido promueve un mayor empoderamiento del individuo pues lo lleva a reconocer los espacios educativos como lugares idóneos para el desarrollo de sus potencialidades y la canalización adecuada de sus emociones.
El aula de estudio se transforma, resignifica la vinculación individual - colectiva y se convierte en un lugar de reflexión constante e integral, tanto para el docente como para sus estudiantes. Así se aterriza en el planteamiento de Prada Rozo (2018): “la escuela se convierte en un espacio importante de socialización que permite la formación de competencias ciudadanas, ya que este elemento permite la promoción de factores protectores a través de la resolución de conflictos, la promoción de una sana convivencia, el empoderamiento de valores transpersonales como el respeto a la integridad de las personas, el respeto a la diversidad, a la valoración del sí mismo” (p. 50). Es precisamente esta la búsqueda de la formación docente; donde cada integrante del espacio educativo se convierta en promotor y creador de la escuela como un espacio óptimo de convivencia inter e intra personal en pro de mejorar las distintas realidades que en ella se manifiestan.
En relación con este principio Sánchez Mariñez, Rector del Instituto de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU), cuando se refiere a la formación del futuro educador, plantea: “Sólo podemos hablar de una formación integral si el proceso formativo aborda las capacidades de pensar, razonar, sentir y vivir las propias emociones y los sentimientos y emociones de los demás por vía de la empatía…” además, señala: “El gran reto del Instituto, procurando establecer un nuevo paradigma para la formación docente, es entonces el de forjar cotidianamente, en los hechos, un modelo pedagógico que no olvide en ningún momento el precepto de que “como se aprende se enseña”. (Sánchez Mariñez, 2018, pág. 76-77).
Una de las prácticas docentes que han favorecido el desarrollo de vínculos más humanos en el contexto universitario, ha sido la llamada pedagogía del ser, vista como una práctica de educación transversalizada con una formación integral, visibilizando la educación socio-afectiva. En este sentido tal como plantean, Curiel, Ojalvo y Cortiza, (2018), existe un llamado de atención, y la necesidad de “enfatizar en los valores, la dignidad del ser humano, la solidaridad, la tolerancia, la comprensión del otro” (p. 2), elementos que promueve el desarrollo moral, los vínculos afectivos y, por consiguiente, la facilidad para trabajos colaborativos y cooperativos permeados de alta sensibilidad ante la situación del otro y la sociedad. Esta práctica pedagógica se nutre de un compendio de actividades articuladas entre sí, y basadas en el uso de las estrategias de comunicación grupal, entre las que destacan las Ruedas Vinculantes mismas que se presentan como estrategia adecuada para abordar la educación emocional, convirtiéndose en un recurso educacional.
Tal como diría Pichón Riviére (1982) “el aprendizaje es un proceso de apropiación instrumental de la realidad, en el cual las conductas del sujeto se modifican a partir de sus propias experiencias en las cuales tiene lugar el vínculo”, y sigue diciendo el autor: “Al hablar de proceso, estamos significando que el aprendizaje es una situación de cambio que ocurre como resultado de una práctica” (Pichón Riviére, citado en Serebrinsky, H. A., 2014 p.168). Entonces, “Cuando el conocimiento resulta relevante y significativo para la persona, tanto intelectual como afectivamente, es asimilado de forma más fácil, duradera y eficaz” (García, García, 2009, p.3).
Durante una Rueda Vinculante, se favorece la escucha activa; se promueve un espacio con parámetros generales que impiden juzgar, interpretar y emitir juicios acusativos o descalificadores. Tal y como señala Camarotti ¨la Terapia Comunitaria Integrativa: ¡-de lo individual para lo grupal – es el desafío! ¨. Es un abordaje en grupo y como tal está centrada en y tiene como objetivo el grupo. Para esta autora “el grupo es un fenómeno cuya esencia reside en su poder de transformación, en su poder de escuchar, de sentir, de posicionarse, de arriesgarse a comprender el proceso de significación del vivir y de responsabilizarse” (2013, p.10).
La Rueda Vinculante permite a sus participantes ser parte de un espacio que le brinda acogida, seguridad, confianza, escucha; y con esto, el desarrollo de habilidades sociales a través de la autorregulación emocional, la resignificación de la historia y con ello, el fortalecimiento del sí mismo. Esta nueva narrativa promueve otro tipo de relacionamiento grupal, encaminados a la mirada del otro como parte del sí mismo, es lo que refieren estos autores: “La transformación de lazos comunitarios hacia vínculos solidarios con el fin de la constitución de la propia comunidad como sujeto activo de transformación de sus realidades” (Silva Suárez et.al., 2017, p.11). En ese sentido, el uso de estrategias de comunicación grupal ha sido evidenciado como positivo en cualquier individuo que atraviesa sufrimiento psíquico. No sólo para futuros empresarios, expuestos a altos niveles de estrés, sino para todo ser humano que se ve envuelto en situaciones que desgastan y disminuyen el sentido grato por la vida.
En Ecuador, donde dos de las autoras se formaron como Terapeutas Comunitarias y aplicaron esta herramienta; se pudo desmentir prejuicios sobre las culturas amazónica y andina respecto de su comunicación, pues tienen fama de usar poco la comunicación abierta y directa. Sin embargo, en el contexto de las Ruedas Vinculantes, aplicadas, se posibilitó que los jóvenes comenzaran a hablar de sus problemas personales, y encontraran espacios vinculantes con sus pares al ver que otros tienen problemas similares. De acuerdo con Gutiérrez et al (2015), “esto es percibido como el alivio de una carga, y se puede esperar que la TCI tenga impactos positivos dentro del sistema de educación universitario, en la salud integral de los estudiantes, que ayude a mejorar el rendimiento académico y a reducir la cuota de deserción estudiantil, fomentando la inclusión e indudablemente generando vínculos de solidaridad y apoyo” (Martínez Sánchez, R. 2016).
Este estudio muestra una estrategia efectiva para llevar a la práctica el propósito de los nuevos planes curriculares. Prada Rozo (2018) las Bases de la Revisión y Actualización Curricular, señalan: “por eso hoy la educación no se limita a promover la emisión de conductas, sino que pretende la conformación de ciertas actitudes. Por otra parte, las actitudes pueden ser conscientes o inconscientes. Son conscientes cuando se puede razonar acerca de ellas” (p. 50). En consonancia con esta afirmación existen ejemplos promisorios de escuelas de Brasil, “donde en el sector de educación primaria se estableció la Terapia Comunitaria Integrativa en el currículum escolar, y constituye un espacio de diálogo, democrático e igualitario, que sirve para la estructuración de la planificación pedagógica” (Reis y Salerno, 2011).
Se considera entonces que la aplicación de la Terapia Comunitaria Integrativa Sistémica y sus Ruedas Vinculantes como herramientas pedagógicas innovadoras, favorecen al cumplimiento de los objetivos propuestos en el proyecto, además de reforzar la formación docente desde una perspectiva holística del Ser.
2.1. Participantes
Los participantes de este estudio, fueron aquellos asistentes registrados durante las 45 Ruedas Vinculantes realizadas en el programa aprobado en el Instituto de Formación Docente Salomé Ureña, (ISFODOSU), Recinto “Urania Montás”. En total hubo 949 participaciones, de las cuales: 677 corresponden al sexo femenino, y 272 al sexo masculino. Entre ellos cuentan: estudiantes matriculados para las carreras de Educación Básica (primer y segundo ciclo, nivel inicial) y Educación Física; estudiantes residentes en el Recinto; docentes en ejercicio en escuelas donde los estudiantes realizan su práctica docente; y, en un caso puntual, la familia de una estudiante que temía abandonar los estudios.
2.2. Procedimiento
La metodología utilizada durante el proyecto fue la Terapia Comunitaria Integrativa Sistémica, reconocida en el Recinto por la aplicación de sus “Ruedas Vinculantes”. Esta herramienta pedagógica innovadora fue seleccionada para este proyecto, precisamente, porque apunta a desarrollar la escucha activa como medio para la creación de vínculos de apoyo mutuo entre quienes asisten; lo que se extiende al medio social en que están insertos, promoviendo emociones constructivas que generan comunidad.
Para la ejecución de las ruedas, se siguió el patrón metodológico que la Terapia Comunitaria contempla:
El objetivo de esta estructura es facilitar un proceso de intervención psicosocial que propende una transformación del estado emocional de los participantes. Esta transformación se va construyendo en una secuencia de etapas: a) construir con de confianza y declarar las reglas que lo faciliten; b) dar sentido: para qué, de qué (y de qué no) y cómo hablar; c) escuchar el malestar: acoger la situación que molesta a la persona e identificar la emoción que le despierta; registrar y escoger por votación la que más resuena a los participantes; d) contextualizar brevemente el tema para facilitar la comprensión y conexión de todos; e) escuchar y recolectar experiencias resilientes o “perlas”: ¿quién ya vivió esa emoción/situación y qué hizo para superarla? Se incentiva el compartir de acciones (visibles, aprensibles, ejemplos) que los participantes realizaron para salir de dicha emoción; f) cierre: cada quien declara qué se lleva de la Rueda Vinculante.
Este tipo de terapias provoca que cada uno descubra su propio carácter, sus formas habituales de ser y de comportarse. Todo ello dependerá de los valores, de las familias y de la cultura en la que se encuentre, así como de la toma de decisiones que haya llevado a cabo en su vida. El objetivo primordial que plantea este tipo de terapia, es el acoger a las personas y su empoderamiento dentro de su comunidad, a la misma vez que se crean redes solidarias. Estos contextos permiten encuentros entre sí, que luego dan pie a la confianza, la empatía, la autoestima, el alivio del estrés; y permiten tal cual señala Lazarte, (2011): que la comunidad actúe donde la familia y las políticas sociales no alcanzan a dar soluciones, ya que, la TCI otorga herramientas sociales para promover en las personas el vínculo entre ellas, el autoconocimiento, las vivencias prácticas, y la socialización.
Esta metodología se enmarca en el paradigma de investigación social cualitativa-interpretativa (Espitia, 2000; González M, 2001, citado en Gutiérrez et al, 2016). La asistencia y participación en la propia Rueda, es voluntaria. En el caso del Recinto “Urania Montás” se ha obtenido un consentimiento informado en donde se nos autoriza a utilizar las informaciones recolectadas en cada una de las ruedas para fines de sistematización y divulgación de resultados. Se cuenta con un repositorio donde se encuentra cada uno de estos consentimientos debidamente firmados.
2.3. Análisis de datos
Sistema Alti de Registro de Ruedas Vinculantes
Para el registro y análisis de los datos se utilizó el Sistema de Registro Alti, mismo que surge en Chile — dentro de un proyecto de implementación de la Terapia Comunitaria Integrativa Sistémica para la promoción de salud mental comunitaria— sobre la base de la experiencia en Brasil y adaptado a la realidad chilena. El sistema considera las definiciones de la Organización Mundial de la Salud para los determinantes sociales, ambientales y económicos de la salud mental; y los factores de protección de la salud mental, mismos utilizados para categorizar la información ingresada.
Este Sistema de Registro e Informes tiene como características generales que: a) funciona sobre una plataforma web; b) utiliza una base de datos estándar; c) para el registro de fotografías utiliza una estructura de carpetas de archivos en la nube. El sistema tiene dos niveles de usuarios: administrador y usuario común. Es un sistema multiproyecto, simple y amigable, lo que permite ser utilizado desde cualquier lugar del mundo por cualquier interesado en mantener un registro ordenado de sus Ruedas Vinculantes.
El sistema tiene funciones estándar, similares a las utilizadas en otras plataformas digitales. Inicialmente solicita la identificación del usuario mediante nombre y contraseña; ya dentro de la plataforma se realiza el ingreso de datos de los formularios, incluyendo fotografías y evaluaciones de cada Rueda Vinculante; y, lo más importante, permite consultas sobre los datos ingresados por el usuario. El sistema entrega 4 tipos de reportes de manera estándar y consultas mediante filtros. Al estar construido sobre una base de datos SQL permite agregar nuevos reportes y obtener una copia plana de la base de datos (tablas en formato Excel). Esta modalidad permitió que la autora, desde República Dominicana, tuviera acceso al sistema e ingresara los datos correspondientes al objeto de este estudio.
Un objetivo específico del sistema es identificar las situaciones que afectan la salud emocional y mental de las personas, y mostrar cómo la metodología en aplicación puede mejorar la calidad de vida de los participantes en el proyecto. En este sentido, el uso de este sistema permitió almacenar y administrar toda la información relacionada con las Ruedas Vinculantes con el fin de obtener estadísticas y hacer análisis sobre los distintos conceptos que se registran: cantidad de encuentros, número de participantes, grupos etarios, temas (malestares) planteados, emociones declaradas y acciones resilientes o estrategias manifestadas.
La metodología de registro sigue la secuencia con la que se desarrolla la Rueda Vinculante, y se orienta a evidenciar el proceso de transformación que ocurre en el desarrollo de la misma. Los datos registrados han permitido observar el estado emocional inicial y final de los participantes a fin de extraer conclusiones y evaluar la efectividad del proyecto.
3. Resultados
3.1. Estadísticos descriptivos
A continuación, se muestran los resultados relevantes de este proyecto.
Se realizaron 45 Ruedas Vinculantes, con un total de 949 participaciones, de las cuales: 677 corresponden al sexo femenino, y 272 al sexo masculino. El gráfico 1 muestra la composición de los participantes del proyecto por edad y género. De los participantes el 93% fueron estudiantes y 17% docentes.
Gráfico 1. Participantes de Ruedas Vinculantes, separados por sexo y edad. Fuente: Elaboración propia.
Como muestra este gráfico, la afluencia de participantes fue en su mayoría del sexo femenino y adolescentes. En este sentido, la participación reducida del sexo masculino procurará posteriores espacios de análisis y reflexión.
Conforme la metodología de la Rueda Vinculante, esta se presenta como un espacio para acoger los malestares y sufrimientos de los asistentes. Cada expresión de ello se registra, con lo que es posible tener una visión agregada de las situaciones que se expresan y las emociones que despiertan en los participantes. Algunas de las condiciones de sufrimientos expresadas fueron:
“La dificultad de expresar mis emociones lo que me hace daño y desviarme a otras cosas sin resolver”; “La preocupación que siento por la falta de confianza en los demás, temo que los demás me hagan daño”; “La tristeza y decepción con las malas notas que obtuve en matemáticas”; “La tristeza y el estrés que le genera la cantidad de tareas y el pesimismo de no alcanzar las metas”; “Ira, rabia de no poder resolver los problemas familiares”; “El temor de que el marido no regrese a casa, por los riesgos de sus funciones como policía”; “El dolor de ser engañada por algún familiar 1”.
El registro total de temas expuestos, se muestra en el siguiente gráfico:
Grafico 2. Malestares expuestos en las Ruedas Vinculantes. Fuente: Elaboración propia.
Un alto porcentaje de malestares propuestos tienen relación directa con el estrés, seguido de conflictos generales y familiares, depresión, discriminación y violencia, trabajo y otros.
Estas situaciones expuestas, posteriormente son tipificadas según la emoción que aquello le produzca y en ese momento se presente como prioritaria; es así que durante este estudio se registraron las siguientes emociones.
Grafico 3. Emociones registradas, agrupadas por familias, durante las Ruedas Vinculantes. Fuente: Elaboración propia.
De acuerdo al grafico 3, se observa que las emociones corresponden en un 39%, a la familia del miedo (miedo, estrés, ansiedad, inseguridad, incertidumbre y preocupación). Muy cerca le sigue la familia de la rabia, con un 36%, en la que hemos agrupado rabia, enojo, frustración e ira. En tercer lugar, con 22%, está la familia de la tristeza, donde se ha incluido soledad, impotencia, decepción y angustia. Otras emociones expresadas fueron la culpa y la desconfianza, con un 3%.
Luego de acoger situaciones y emociones que generan sufrimiento, el proceso que se desarrolla en la Ruedas Vinculantes invita a compartir experiencias resilientes que los participantes hayan tenido cuando vivenciaron una emoción similar. La invitación se materializa a través de la pregunta ¿quién sintió una emoción similar y qué hizo, o está haciendo, para superarla?
Durante las Ruedas se compartieron experiencias. Tales como:
“Viví muchas escases de dinero, soy el tercero, mi casa de tejamaní con dos camas para 6 personas. Caminaba 14 kilómetros a pies, y lo que hice y hago es enamorarme del estudio para salir adelante”; “Decidí amarme a mí misma y vivir y brindar lo que quiero y sentirme llena con cada acción que hago”; “Aprendí a quererme, a poner límites, soltar cargas 2”.
Estas experiencias resilientes o “perlas”, han sido clasificadas a fin de observar su relación con el objetivo del proyecto. A efectos de identificar más específicamente las experiencias que se comparten en la Rueda, se separó el objetivo general en sus partes componentes.
Grafico 4. Experiencias resilientes registradas durante las Ruedas Vinculantes. Fuente: Elaboración propia.
En este sentido se pudo observar que un 64% de “perlas” se relacionan directamente con la construcción y fortalecimiento del sí mismo, seguido de un 22% de estrategias relacionadas con la creación de vínculos solidarios y saludables, y finalmente un 14% de otras experiencias resilientes compartidas con el grupo.
A detalle, estas estrategias se muestran en el siguiente gráfico.
Grafica 5. Detalle de experiencias resilientes registradas durante las Ruedas Vinculantes. Fuente: Elaboración propia.
Al finalizar las Ruedas Vinculantes, los participantes dieron declaraciones tales como:
“Esta rueda vinculante ha sido excelente, ya que muchos de nosotros guardamos muchas emociones que nos hacen daños cada día y poder expresar lo que sentimos nos hace más libre y ligeros, porque es una carga menos. Considero que esto debe seguir, ya que evitaría suicidios, depresiones, y daños en el corazón (como presión arterial, infartos…). Y a veces lo que muchas personas necesitan es que los escuchen y no que lo llenen de sermones e insultos. ¡Muchas gracias!” Anónimo femenino.
“Considero que este tipo de actividad, debe implementarse desde el inicio hasta el final de la carrera, ya que les permitirá a los grupos la compenetración y la empatía entre cada uno de los estudiantes, lo que le permitirán una interrelación de compromiso entre todos”. Anónimo masculino
“También como futura docente me ayuda para poder lidiar con las diferentes situaciones que se presenten en el contexto escolar. En algunos casos me puse en su lugar, sentí lo que ellos sentían y hasta lloré 3.” Anónimo femenino
Los participantes describieron positivamente su participación en la Terapia Comunitaria. El 40% de las declaraciones revelan un aumento del desarrollo y fortalecimiento del sí mismo; el 34%, un aumento de los vínculos solidarios y saludables, y un 26%, el aumento de ambos.
4. Discusión y conclusión
De acuerdo a las exposiciones en cada una de las 45 Ruedas Vinculantes se concluye que el 75% de los participantes manifestaron sentirse afectados por situaciones de estrés y conflictos, lo que implica que, a nivel familiar y social, esas personas están sometidas a una tensión que muy probablemente interfiere con su capacidad de atención y de aprendizaje en el proceso de formación, ya sea como estudiantes o como formadores. Estos datos concuerdan con los hallazgos de los estudios realizados con estudiantes en el contexto universitario en la Universidad Estatal Amazónica en Ecuador (Gutiérrez, et, al., 2016; Gutiérrez, et, al., 2017).
De acuerdo a Robles et, al., (2008), y sus investigaciones en estudiantes universitarios, “la población joven no escapa a este mal. Los estudios en muestras representativas reportan que los estudiantes expresan que la preocupación, la ansiedad y el estrés son temas centrales en sus vidas”. (p. 55). Esta es una situación que requiere ser visibilizada para tomar las acciones necesarias que amerita el bienestar estudiantil pues se pretende que, como aspira la institución que ha permitido la realización de este proyecto, los futuros docentes puedan tanto enseñar como aprender con calidad.
En el aspecto emocional, el estudio muestra que predominan, también al 75%, las emociones del miedo y de la rabia, y sus respectivas familias. Para Cossini y colaboradores (2017), dentro de los modelos teóricos del procesamiento de las emociones, se puede identificar el modelo del procesamiento de emociones básicas, las cuales pueden ser mínimas y discretas, pero a su vez caracterizadas por innatas, universales y sin influencia sociocultural. (p 254). Cabe suponer que, cada una de ellas lleva la atención a los factores que las producen, ya sean estos peligros, amenazas o agresión.
Un aprendizaje de calidad requiere, antes de los contenidos, un ambiente en el que el maestro y/o el estudiante tenga la posibilidad de aprender acerca de sus emociones: reconocerlas en sí mismo y en los otros; identificar sus señales y comprender los antecedentes que las gatillan, para tomar conciencia de sí y hacerse cargo de transformar lo que entraba su desarrollo como persona. Más allá de estas apreciaciones es necesario un proceso que involucre lo cognitivo, lo afectivo a partir de un espacio en donde se propicie la interacción social para fomentar el bienestar personal, social de manera holística e integral. De igual manera, tal como citan Curiel, Ojalvo y Cortiza, (2018), sobre la importancia de “la educación socioafectiva y el desarrollo moral, ya que los afectos, en relación con la eticidad de la conducta y las relaciones con los demás, constituyen dimensiones fundamentales del ser humano que el proceso formativo en las universidades no puede subestimar”. (p. 3)
A pesar que queda mucho por indagar en relación a la aplicación de la metodología en el contexto educativo, los resultados aquí reflejados muestran que las experiencias resilientes, o “perlas”, en cada Rueda, están orientadas a la construcción y fortalecimiento del sí mismo y de vínculos solidarios y saludables, esto parece indicar que estamos frente a una metodología que permite observar el sufrimiento y a la vez, aliviarlo, fortaleciendo a la persona y su capacidad de vincularse de manera constructiva. En ese sentido Gaxiola, González, y Contreras (2012), resaltan el papel preponderante que tiene en el rendimiento académico las metas intrínsecas, la autorregulación, así como otras variables relacionadas a la misma resiliencia vista como, “una variable moduladora que promueve la autoeficacia y las metas académicas, las cuales, a su vez, impactaron el rendimiento académico de los adolescentes” (p. 167). Para estos autores la resiliencia asociada a una alta auto estima, promueve el trabajo autónomo y cooperativo lo que indudablemente fomenta vínculos solidarios en el contexto.
En ese sentido, tal como declara Curiel, Ojalvo y Cortiza, citando la UNESCO:
El papel de la Educación Superior resulta crucial al ser la encargada de entregar a la sociedad profesionales que estén a la altura de su tiempo. Tiene entre sus misiones contribuir al desarrollo humano sostenible, a través de la concepción de espacios que propicien el aprendizaje permanente, además, promover, generar y difundir conocimientos mediante la investigación científica y tecnológica (UNESCO, 1998). (Curiel, Ojalvo y Cortiza, 2018, p. 3)
Es necesario repensar en las acciones individuales y favorecer las colectivas en un entramado cada vez más conectado a redes sociales. Es por eso que acuñando la metáfora de repensando la tecnología para generar vínculos sustentables, nos permitimos citar a Thomas, (2007) cuando señala: “Es posible definir las Tecnologías para la Inclusión Social como “formas de diseñar, desarrollar, implementar y gestionar tecnologías orientadas a resolver problemas sociales y ambientales, generando dinámicas sociales y económicas de inclusión social y de desarrollo sustentable” (p. 2). Un contexto educativo que necesita lidiar con diferentes problemáticas sociales necesita de docentes que puedan articular, desde su formación, estrategias que den respuestas a esas demandas.
Por los resultados aquí presentados la Terapia Comunitaria y sus Ruedas Vinculantes se perfilan como una herramienta pedagógica innovadora que brinda nuevas posibilidades para crear un espacio de escucha activa y vinculación interpersonal. Se recomienda profundizar el estudio ampliando la muestra y replicar la metodología en otras zonas y recintos de la institución.
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1 El texto presentado ha sido una transcripción fiel a lo dicho por cada participante. No se han aplicado normas de sintaxis y corrección para el mismo.
2 El texto presentado, ha sido una transcripción fiel a lo dicho por cada participante. No se han aplicado normas de sintaxis y corrección para el mismo.
3 El texto presentado, ha sido una transcripción fiel a lo dicho por cada participante. No se han aplicado normas de sintaxis y corrección para el mismo.